Este artículo se publicó hace 12 años.
La universidad saca sus bufandas y pupitres a la calle contra los recortes
Más de un centenar de profesores imparten sus asignaturas en diferentes puntos de Madrid para visibilizar la lucha por la pública y acercarla a los ciudadanos
La Puerta del Sol ronda los seis grados y un viento helado la recorre como un turista más. Sin embargo, la comunidad universitaria no se ha quedado en casa. Medio centenar de alumnos, completamente tapados con mantas, bufandas, abrigos y gorros de lana, escuchan sentados en el suelo, sobre periódicos, las explicaciones de su profesor de Derecho Constitucional, Antonio Cabo, quien ya tiene la nariz roja tras tres cuartos de hora de clase bajo el frío.
Cabo analiza el proceso constituyente de 1978, especialmente delicado, ya que aún "estaba muy cerca el dolor de la dictadura, muy recientes las últimas ejecuciones del régimen". Alrededor de los alumnos, se han ido acumulando decenas de transeúntes, mientras el profesor habla de la posibilidad de abrir el debate sobre un nuevo proyecto de Constitución.
Terminada la clase, en el turno de preguntas, uno de los oyentes improvisados, de avanzada edad, se acerca y se lamenta de que en la Transición no se instaurase una república. "Eso de preguntarnos qué habría pasado si se hubiese hecho una u otra cosa no nos lleva a ninguna parte. Lo que tenemos que cuestionarnos realmente es qué enseñanzas podemos sacar hoy de lo que se hizo entonces", responde el profesor. Los presentes despiden la explicación con un sonoro aplauso.
Ésta ha sido una de las clases que más de un centernar de profesores de la Universidad Complutense impartirán a lo largo de todo el día en diferentes puntos de la capital (aquí se puede consultar el horario), con el objetivo de visibilizar el conflicto entre la comunidad educativa y el Gobierno de la Comunidad de Madrid y el central. Entre sus reivindicaciones, alumnos y profesores exigen el fin de los recortes en el presupuesto, la cancelación de la subida de tasas, un número suficiente de becas, el fin de los despidos y la defensa de la autonomía y el patrimonio de la universidad pública.
"Están llevando a la universidad, como al país, de un modelo social al modelo del 'sálvese quien pueda'"
"Con esta iniciativa queríamos llevar a la ciudadanía el conflicto que mantenemos por el deterioro de la universidad, y creo que lo hemos conseguido, así que ha merecido la pena pasar frío", comenta Cabo, quien asegura que esta jornada es simplemente una "toma de contacto" de cara a futuras acciones de este tipo. "Lo que le está pasando a la universidad es lo que le está pasando al país, están yendo de un modelo social, con todos sus defectos, al modelo del 'sálvese quien pueda'", denuncia.
Para este profesor constitucionalista, los movimientos en defensa de lo público se encuentran en un momento de indecisión ante los recortes del Gobierno. "Ahora estamos en fase de resistencia, pero tenemos que pasar ya a la ofensiva, salir a la calle y plantear el conflicto, en lugar de simplemente tratar de minimizar los efectos de los recortes", afirma.
"Recuperar el espacio es recuperar el discurso"Al mismo tiempo, en la plaza de Isabel II, tiene lugar otra clase universitaria, esta vez sobre la constitución discursiva y la apropiación del espacio, con el ejemplo de las luchas árabes. Allí, medio centenar de alumnos atienden con mejor suerte a las explicaciones de su profesor, Adil Moustaoui, ya que el sol baña la plaza con una preciada calidez. "El espacio crea nuevas prácticas lingüísticas. Cuando los manifestantes egipcios se apropiaron de Tahrir, también se apropiaron del lenguaje. Cuando tomamos el espacio público, tomamos también la palabra", explica Moustaoui.
"Es una vergüenza que haya gente que tenga que dejar la carrera porque no puede pagar la matrícula"
Y, precisamente en esta plaza "recuperada", los estudiantes discuten sobre el efecto de las revueltas árabes y del sur de Europa, sus paralelismos con el 15-M, la importancia de la acción colectiva. "Salir a la calle y dar voz a todos los que quieran acercarse a la clase permite que se generen conocimientos a través de todos y todas", asegura este profesor marroquí de literatura árabe e islámica.
Andrea Grijalbo, en segundo curso de 'Estudios semíticos e islámicos', sigue con atención las explicaciones de Moustaoui. "Llevando las clases a la calle simbolizamos también que la educación es para todos, ya que no estamos de acuerdo con la abusiva subida de las tasas", señala. A su lado, Sonia Boumaaza, de quinto curso, muestra su acuerdo con estas palabras. "Que se vea que no estamos para vaguear, sino para aprender. Es una vergüenza que haya gente que haya tenido que dejar la carrera a la mitad porque no se puede permitir el pago de la matrícula", lamenta.
A las 21:00, todas los participantes en las clases a lo largo de todo el día se reunirán en Sol, para valorar en asamblea la jornada y preparar futuras acciones.
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