Jennifer López (54 años) es una diva a la antigua usanza, de esas que se hacen esperar. Desde la publicación de A.K.A., su octavo álbum de estudio, ha tenido en vilo a sus seguidores durante más de una década hasta anunciar la llegada de This Is Me… Now, un nuevo proyecto del que avanzó un primer single, Can’t Get Enough, el pasado 10 de enero. Si ellos han permanecido fieles durante tanto tiempo, su comparecencia ante los medios internacionales bien podía hacerse de rogar algo más de una hora. Finalmente, al borde de las 22.00 (hora española), López hizo aparición por videoconferencia desde Los Ángeles ataviada con un total look negro y un sombrero de ala ancha. No estaba sola. A su lado, el director ganador de un Grammy, Dave Meyers, también respondió a las preguntas de los periodistas porque este resurgir no es solo discográfico, sino que viene acompañado por una película musical que ya está disponible en Prime Vídeo. Ambos optaron por bautizarla con el título del trabajo que engloba las nuevas canciones, pero con un añadido: «A love story».

No es habitual que una estrella nominada a los Globos de Oro [2020, Estafadoras de Wall Street] admita que su vida privada se cuele entre los temas a tratar en una rueda de prensa, pero en esta ocasión los límites se difuminan, porque This Is Me… Now cierra un círculo que se inició con This Is Me… Then en 2002, cuando comenzó su relación con Ben Affleck un año después de que rodasen juntos Una relación peligrosa (Gigli). El nombre de la película resultó ser casi premonitorio y dos años más tarde, Bennifer ―como los tabloides denominaron a la pareja del momento―se rompió. Ambos estaban en la cima de sus carreras, todo iba viento en popa e incluso hubo el actor pidió matrimonio a la del Bronx con un anillo de diamantes valorado en dos millones y medio de dólares. La boda no llegó a celebrarse. En paralelo, ambos vivían con desasosiego la persecución de los paparazzis e incluso aprovecharon el videoclip de Jenny From the Block para denunciar como sus fotos eran sacadas de contexto en las revistas del corazón. No hubo declaraciones explícitas, pero López pasó de dedicarle a Affleck las barras: «I love you, you’re perfect / A manifestation of my dreams / You make my body feel / About a million different things» [en español: «Te quiero, eres perfecto, una manifestación de mis sueños, haces que mi cuerpo sienta como un millón de cosas diferentes»] en su tema Dear Ben a la ruptura definitiva. 

«Lancé mi tercer álbum y en él hablaba todavía de ser Jennifer, la del bloque y de haberme enamorado por primera vez de un modo que nunca había experimentado antes. Y eso es lo que inspiró la música. Cuando comencé a crear This is me… Now , ni en un millón de años me habría imaginado que volvería a estar con el que fue la musa de ese disco y mucho menos hacer uno totalmente nuevo centrado en lo mismo. Para mí, es surrealista, mágico y muy bonito. ¡Una locura!», admitió cuando se reveló que este nuevo trabajo está inspirado en su relación, que retomaron en 2021 y los llevó hasta el altar al año siguiente. Las letras de las canciones no dejan lugar a dudas: «Came back into my life, you opened up the gates. With you, it’s paradise and it was worth the wait. And, baby, this is fate, yeah, yeah, got me mad in love like«, que traducido sería algo así como: «Volviste a mi vida, abriste las puertas. Contigo, es el paraíso y valió la pena la espera. Y, cariño, esto es el destino, me volvió loca que fuera de esta manera».

Pero a la cantante de origen puertorriqueño no le valía con proclamar el triunfo del amor con hits que probablemente asciendan como la espuma en las listas de éxitos. Ella aspiraba a hacer algo más y para eso quiso contar con el responsable de vídeos musicales como No Tears Left to Cry de Ariana Grande, ME! de Taylor Swift y Adore You de Harry Styles. Dave Meyers y López han tomado como punto de partida la narrativa del disco para crear un álbum visual y conceptual, cargado de referencias mitológicas, que muestra su viaje hacia el amor y la sanación personal. «Cuando alguien me preguntaba qué quería ser de mayor, siempre decía que quería estar enamorada; pero entendí por las malas que no siempre hay un final feliz», confiesa la actriz, cantante, compositora, bailarina y productora discográfica al arranque de esta película. Este comienzo podría confundir a un espectador impaciente y hacer que se sienta tentado a abandonar la plataforma de streaming de Amazon para huir de otra historia de amor tóxica, pero nada más lejos de la realidad.

Jennifer López ha ganado 348 premios, entre los que se encuentran el American Music Awards, MTV Video Music Awards y MTV Europe Music Awards. En este audiovisual se reconoce ―con mucho sentido del humor― como una romántica empedernida, capaz de devorar decenas de veces clásicos como Tal como éramos [The Way We Were], pero también defiende su ambición e incluso se dibuja por medio de la mirada de sus amigos como una especie de workalcoholic [adicta al trabajo]. No hay falsa modestia ni balones fuera. Cuando uno de los personajes que representan a su entorno en aquellos tiempos remotos en los que la fama aún no la había tocado le dice: «Las flores no crecen en el Bronx», ella ya responde: «Algunas veces sí».

Así es como López deja claro que, desde niña, siempre supo de su potencial. Con espectacular vestuario, impresionantes coreografías y los cameos estelares de Fat Joe, Trevor Noah, Kim Petras, Post Malone, Sofía Vergara, Jenifer Lewis, Jane Fonda y Ben Affleck, entre otros; la artista se burla de sus fracasos amorosos ―incluidos sus tres divorcios― e incluso parodia algunas de las comedias románticas en las que ha participado como Una boda explosiva, Cásate conmigo, La madre del novio o Planes de boda en las que aparece vestida de novia una y otra vez. Sin embargo, todo este espectáculo visual y sonoro parte de un recuerdo mucho más intimista: una leyenda puertorriqueña sobre dos amantes desamparados en mitad de una guerra entre sus tribus taínas: Alida y Taroo. Era una historia que la madre de Jennifer López le relató centenares de veces en su infancia y con ella se reconcilia con la niña que fue.

Este recorrido introspectivo que dura 65 minutos y se construye mediante una sucesión de videoclips oníricos que van intercalándose con las visitas de Jennifer López al psicólogo, podría ser el final de la carrera musical de Jennifer López. Durante una entrevista para Entertainment Tonight dejó una sentencia lapidaria: «Este podría ser mi último álbum para siempre. La verdad es que ni siquiera sé si alguna vez haré otro álbum después de este. Siento que es el final de una era para mí y el comienzo de una nueva». Con este bombazo en el aire, quedaba pendiente su encuentro ―Zoom mediante―con los medios europeos, que se produjo horas antes de la premiere que se celebró en el Dolby Theatre de Los Ángeles. Público estuvo en ese encuentro digital en el que López respondió a las preguntas más repetidas sobre este trabajo que podría ser la guinda a ese pastel nupcial.

¿Qué fue primero, las canciones del álbum o la idea de más?

Lo primero que vino, claramente, fue que Ben y yo volvimos a estar juntos. Estábamos tan felices y enamorados que no podíamos creer que tuviéramos esta segunda oportunidad que ninguno de nosotros pensó que se produciría jamás. Y como artista, me inspiró a volver a hacer música. En cierto modo no lo había hecho desde This Is Me… Then, hace 20 años.

Como artista estás constantemente traspasando límites, innovando de una manera que la gente a menudo no reconoce. Podrías haber lanzado This Is Me…Now y los fans se habrían quedado satisfechos. ¿Qué te impulsó a dar un paso más?

Me había preguntado toda mi vida como cualquier romántica empedernida: «¿Existe el amor verdadero?». Yo también lo estoy buscando. Me han roto el corazón. He pasado por tres divorcios. Lo intento una y otra vez y no parece funcionar. Me di cuenta de que creo realmente que sí existe, pero entre tanto hubo un viaje de 20 años que me llevó de regreso a este lugar y pensé: «¿Cómo voy a expresar las cosas que aprendí y descubrí de mí? Es más, yo quería compartir las lecciones que aprendí en el camino. Esa fue la verdadera razón que me impulsó a crear este proyecto.

Tradicionalmente una historia de amor se define como un romance entre dos personas, pero esto es mucho más que eso. ¿Por qué era tan importante para ti llamarlo This is me now… A love story?

Una vez que identificaste el corazón de la historia, ¿cómo la desarrollaste?

Entré al estudio e hice este álbum y cuando lo terminé, pensé: «Hay algo más grande que quiero hacer con esta música. No quiero hacer lo normal, publicar un video, promocionar y bla, bla, bla». Entonces llamé a Dave, nos sentamos y hablamos de ello. Le puse algo de música, canté y le dije: «No sé exactamente qué quiero hacer» y quizás por eso acabó siendo algo que en realidad no se había hecho. No encajaba en ninguna categoría específica. No es una película ni un vídeo, pero es muy original.  Dave me dio el poder para hacer exactamente lo que quería hacer como artista y luego le añadió su talento. Cada vez que decía: «¿Qué hacemos aquí?», él respondía: «Eso sólo lo sabes tú. ¿Qué quieres decir?». Esto no sería lo que es si no fuera porque él es estable, firme y no prima en absoluto su ego.

¿Por qué decidiste que este era el momento para compartir un proyecto que te mostrase vulnerable ante el mundo? ¿Tuviste alguna duda a la hora de exponer algo tan personal?

No hubo un momento en el que dije: «Oh, voy a hacer esto en algún momento de mi vida». Me encontré en una etapa que quería capturar, que parecía muy mágica e incluso surrealista y eso me inspiró. Si eres un artista inteligente, recibes un impulso y lo sigues sin pensar demasiado, porque cuando empiezas a pensar, empiezas a asustarte, a preocuparte y a hacer cosas que son antitéticas a lo natural y orgánico que está sucediendo. Intenté aislarme de todo eso, aunque a veces estaba nerviosa y asustada, lo admito.

Es probable que los espectadores interpreten gran parte de la película como autobiográfica, a pesar de que está hiperestilizada y tiene una narrativa muy onírica. ¿Dónde trazaste la línea entre realidad y ficción?

No hay ningún proyecto en el que haya estado involucrada, ya sea música o películas, en la que no haya puesto mucho de mi vida y de mi experiencia personal. Como artista sé que eso es lo que realmente tienes que aprovechar, tu experiencia y la de otras personas que te rodean. Estoy en un momento muy importante de mi vida, una especie de punto de inflexión y me di cuenta de que todo esos que sentía y sabía sobre mí misma eran buenas para ponerlas en este proyecto de alguna manera. Así que sí, hay partes muy autobiográficas, que se trataron de una manera súper honesta y verdadera; pero también luego hubo cosas con las que nos tomamos licencias por la narrativa de la película. Esa combinación hace que sea una historia personal, pero también fantástica, surrealista y mágica.

Hay muchas referencias mitológicas en esta película, pero sobre todo vienen a nuestra mente clásicos como Cantando bajo la lluvia. ¿Qué películas musicales que te inspiraron?

Justo esa no la hemos visto, pero es cierto que mi madre era una auténtica enamorada de los musicales y crecí con ellos. También bebe de los videos musicales épicos de los años 80 y 90 que veía en la MTV y la combinación de todas esas experiencias nos sirvió para hacer algo realmente nuevo. Todos los musicales, desde Funny Girl hasta West Side Story, pasando por The Music Man, y todas las películas de Disney que he visto, como la Bella y la Bestia, han dejado su pequeño toque aquí. Hoy en día hay muchos vídeos que se hacen sin dinero, en un iPhone y ese es un tipo diferente de arte, pero cuando creces en la edad de oro de los videos musicales y del cine, desarrollas un tipo diferente de imaginación y no estaba dispuesta a dejar ir esa idea que tenía de hacer algo aún más épico. Teníamos un presupuesto considerable, pero no era el presupuesto de una película de 50 o 60 millones de dólares. Dave fue el que consiguió que unas pantallas verdes suplieran esa diferencia y hacer algo milagroso con los de efectos especiales. Le conté al equipo todos los detalles, como tenía que ser Heart Factory, los pétalos de rosa y la habitación. Él tomó eso y lo expandió hacia la estratosfera de una manera que me deja boquiabierta cada vez que lo veo.

Coordinar las agendas de ese elenco debió de ser una pesadilla, ¿cómo lográsteis hacerlos coincidir en el set?

Fue un desafío, porque hay muchos cameos en la película. Algunos vinieron el mismo día, pero otros no. Teníamos que hacerlo funcionar. Hicimos todo lo que pudimos y al final se resolvió con una pantalla verde.

La mayoría de ellos forman parte del Consejo Zodiacal. ¿Por qué optasteis por dar protagonismo a los signos del zodiaco en este viaje introspectivo? ¿Crees en la astrología?

¡Y Fat Joe como tu terapeuta! Esas sesiones con el psicólogo nos remontan a tu pasado y muestran cómo has llegado a un lugar saludable. ¿Cómo has hecho ese trabajo?