Dominio público

El PSOE ha olido sangre a su izquierda y aprieta las fauces contra Sumar

Sato Díaz

Jefe de Política de 'Público'

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Congreso, en una imagen de archivo. / Eduardo Parra (Europa Press)
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Congreso, en una imagen de archivo. / Eduardo Parra (Europa Press)

Cuando los lípidos de la sangre se rompen y entran en contacto con el aire, se conforma el E2D, un componente molecular que puebla las heridas abiertas. Su olor es metálico, muy característico, con el que relacionamos la sangre. El E2D tiene la virtud de producir una reacción y su contraria. En el depredador, el olor genera una inquebrantable atracción; en el ser humano, una terrorífica repulsión.

Nadie recuerda ya las elecciones gallegas y todavía no se ha cumplido un mes desde que el PP de Alfonso Rueda revalidara su mayoría absoluta; el BNG de Ana Pontón se reafirmara en la oposición; el PSdeG se pegara un trastazo monumental; y la izquierda alternativa estatal sencillamente hiciera el ridículo. En este mundo agitado, veloz y volátil que es la política, nadie se acuerda ya de los comicios de Galicia, sin embargo, las lecciones políticas que se extrajeron de aquello todavía perduran.

En Génova, respiraron aliviados y Alberto Núñez Feijóo se afianzó en un liderazgo que, por momentos, parecía en la cuerda floja. El PP podría seguir con su estrategia de acoso y derribo a un Gobierno que quedaba todavía más débil. En Ferraz, fueron conscientes de que el respiro que supuso el 23J sólo fue eso, un respiro. Con el 18F regresaba la dinámica del 28M, de las elecciones autonómicas y municipales de mayo donde la derecha, en connivencia con los ultras, logró un gran poder institucional. A la izquierda de los socialistas no había todavía nada en Galicia, y en el resto del Estado lucha por componerse a marcha forzadas.

Las heridas abiertas en la izquierda alternativa desprenden un olor metálico. El E2D enloquece a lobos, perros salvajes, fieras y grandes felinos que recorren kilómetros en busca del cuerpo sangrante, salivando. El PSOE ha olido sangre a su izquierda, ha girado la cabeza y ha divisado un cuerpo herido que intenta levantarse. Con un proceso de sanación, podría volver a ser lo que fue, pero no logra cicatrizar las heridas. El depredador no quiere que la presa huya y, si la agarra, sus fauces no la liberarán.

El PSOE ha leído los datos gallegos. La conclusión para Ferraz es que toca resistir, aguantar hasta que el mundo gire. Los Presupuestos de 2023 se prorrogan hasta 2025, evitando así otro desgaste en una negociación parlamentaria en el Congreso más difícil y dividido. Si el año que viene el Gobierno es capaz de sacar las cuentas adelante, se asegura mantenerse en Moncloa hasta final de la legislatura. Entonces, allá por 2027, el mundo será irremediablemente otro.

Los socialistas ven una buena oportunidad para darle la vuelta a la tostada, cambiar la inercia, en Euskadi y en Catalunya. Saben que ambos territorios son muy difíciles para el PP. Sin embargo, el PSOE puede lograr buenos réditos en las dos naciones sin Estado: en Euskadi, seguir gobernando; en Catalunya, ser primera fuerza y regresar al Palau de la Generalitat de la Plaça de Sant Jaume, haciendo a Salvador Illa president de Catalunya. En las encuestas, el PSC va el primero.

El PSOE quiere fortalecerse. A la interna no existe casi ninguna contestación a Pedro Sánchez salvo la excepción castellano-manchega de Emiliano García Page. A la externa, ve la división a su izquierda como un buen espacio para crecer y asentarse. Mediáticamente, los medios, opinadores, tertulianos y plumas más afines a Ferraz cierran filas con el partido y lanzan fuertes dardos al Sumar de Yolanda Díaz. Sin embargo, los medios independientes, más críticos y alternativos también son exigentes con cómo se crea el nuevo partido y con las divisiones y escisiones en el espacio político de las izquierdas al PSOE.

Las lecciones gallegas también pesan en Sumar. Los partidos que conforman la coalición que se presentó el 23J han estudiado con horror los malos resultados compostelanos y marcan un perfil propio. Así lo ha entendido IU, por un lado. También han tomado nota los territoriales Más Madrid o Comuns, que ahora han de salir a la pista de baile de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Compromís o MES subrayan su independencia de Madrid. La asamblea de la semana que viene de Villaverde se presenta compleja para el equipo más próximo a la vicepresidenta.

El PSOE ha olido sangre en Sumar y acota la acción de Gobierno de los cinco ministerios de las izquierdas, así como su expansión comunicativa. El PSOE deja para el próximo año unos Presupuestos que él aprobó en 2023, pero entonces Sumar no existía todavía. Los cinco ministerios de las izquierdas tendrán complicado que algunas de sus medidas estrellas tengan la financiación que precisan. Las fauces de Ferraz continúan apretando.

El PSC ha olido sangre a su izquierda también en Catalunya. Se mantuvo firme en su defensa del macroproyecto Hard Rock, arrastrando a sus posiciones a una ERC que sabe que la principal competición en la contienda de mayo será, precisamente, PSC-ERC. Comuns resistió, conocedores de que las elecciones estaban a la vuelta de la esquina, demostrando coherencia, marcando perfil propio en el abarrotado paisaje de las izquierdas catalanas. Con una CUP con una herida sin cicatrizar, en descomposición, Jéssica Albiach puede pescar en su electorado.

El PSC aprieta, también, en Barcelona. Jaume Collboni no quiere cerca a Ada Colau, quien sigue apostando por generar en la capital catalana un gobierno tripartito de las tres izquierdas, PSC, Comuns y ERC. El PSC quiere empequeñecer a Comuns, los de Colau han gobernado durante ocho años y pueden convertirse en una incómoda alternativa para quienes lograron el año pasado regresar al despacho noble del otro frontal de la Plaça de Sant Jaume.

El E2D genera en las presas rechazo. El olor metálico de la sangre activa en ellas el instinto de supervivencia para la huida. Mientras las heridas de Sumar no cicatricen, el socialismo ha olido sangre y apretará las mandíbulas.

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