Dominio público

Lecciones republicanas desde Euskadi

Sato Díaz

Simpatizantes del EAJ-PNV ondean ikurriñas en un mitin de la formación. EUROPA PRESS/H.Bilbao
Simpatizantes del EAJ-PNV ondean ikurriñas en un mitin de la formación. EUROPA PRESS/H.Bilbao

Este domingo se conmemoran 93 años de la proclamación de la II República. Y la campaña vasca sobrepasa su ecuador. Sumar jugará con la efeméride y celebrará un acto en Eibar, que adelantándose al resto del Estado fue el primer Ayuntamiento en transitar al mandato republicano el 13 de abril de 1931, y fue el primer balcón consistorial con la tricolor ondeante. Sumar celebra la II República en este municipio de Gipuzkoa y se concentra en una complicada segunda semana de campaña en la que intentará acallar la bronca interna por la lista de las europeas. IU decidirá después del 21 de abril, fecha de las votaciones en Euskadi, si concurre o no con Sumar a los comicios de junio.

Nunca una campaña de unas elecciones autonómicas en Euskadi estuvo tan competida. A un lado, el PNV, partido que siempre ha sido el más votado en estos comicios; al otro, EH Bildu, la izquierda abertzale, que podría convertirse en primera fuerza inaugurando así un nuevo ciclo político. La próxima legislatura vasca puede ser formalmente muy similar a la actual, en el sentido de que es muy probable que veamos también a un lehendakari del PNV (Imanol Pradales) en cogobernanza con los socialistas, en esta ocasión de la mano de Eneko Andueza, mientras EH Bildu prosigue liderando la oposición.

Formalmente, muy similar a la anterior, decíamos. Sin embargo, materialmente la próxima legislatura vasca puede constituir una relevante ruptura con las anteriores. Si el sorpasso de los abertzales a los jetzales tuviera lugar el domingo 21, se produciría un terremoto en la política vasca cuyo vaivén se notará en Madrid. EH Bildu sería fuerza hegemónica en Euskadi tras una profunda transformación de la izquierda abertzale capaz de abrirse a nuevas alianzas para lograr amplias mayorías y de asumir el pasado e intentar enmendarlo. Si el sentido común de la sociedad vasca se sitúa del lado de EH Bildu, esto tendrá consecuencias en la política estatal. Uno de los principales ejes del argumentario de la derecha y ultraderecha que ahora mismo va en cabeza en las encuestas (PP y Vox) es que Bildu y ETA es lo mismo.

La campaña vasca está siendo innovadora de por sí. Dos hitos han marcado una contienda política que, hasta el momento, se mantiene en un perfil bajo y que tomará intensidad esta próxima semana, sobre todo con el debate del martes 16 en la radiotelevisión pública vasca en castellano. En primer lugar, el fallecimiento del exlehendakari José Antonio Ardanza trajo al presente reminiscencias del pasado por las que algunos mostraron orgullo, mientras que otros evitaron pasar páginas hacia atrás. Pero sobre todo, marcó la campaña, en segundo lugar, la victoria del Athletic de Bilbao en la final de la Copa del Rey del pasado sábado contra el Mallorca en el estadio de la Cartuja de Sevilla. La hazaña futbolística ha paralizado Bilbao, Bizkaia y buena parte de Euskadi hasta este jueves, cuando la gabarra surcaba la ría cuarenta años después.

El debut en esta campaña de buena parte de las personas candidatas a la Lehendakaritza por los distintos partidos es, de por sí, una declaración de intenciones. Euskadi se encamina hacia un nuevo ciclo político y las formaciones así lo han entendido. Desconocidos eran, para la gran mayoría, el jetzale Pradales y el cabeza de lista de EH Bildu, Pello Otxandiano, cuando fueron proclamados candidatos. Ruptura con el pasado por parte de las dos principales escuadras vascas: ni Iñigo Urkullu, ni Andoni Ortuzar, ni Arnaldo Otegi.... Si el primer mensaje que lanza la campaña es renovación, el segundo es que es momento de proyectos, de colectividades, de organizaciones... y menos de personas y líderes políticos supremos.

Con EH Bildu disputándole una hegemonía de décadas al PNV en Euskadi, hay un folio del que las izquierdas estatales y también territoriales podrían copiarse. EH Bildu es formalmente una coalición de fuerzas de izquierdas vascas. En ella, confluye la izquierda abertzale independentista Sortu, pero también la soberanista Alternatiba que procede de una escisión de IU o la socialdemócrata independentistas Eusko Alkartasuna, que se escindió del PNV hace casi cuatro décadas. Hay fórmulas para que la pluralidad pueda trabajar conjuntamente.

Que los partidos republicanos hablen de república, que la ciudadanía republicana no tenga que estar hablando de las peleas de sus partidos. ¡Viva la república!

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