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Unos 2.000 inmigrantes, encerrados sin agua, comida ni acceso a un baño en un estadio de la isla griega de Kos 

Han permanecido confinados desde la noche del jueves. Denuncian que no recibieron ningún suministro hasta pasadas 16 horas y que no había suficiente para todos

Refugiados sirios en el puerto de la isla de Kos. - AFP

AGENCIAS

Más de 2.000 inmigrantes sirios han permanecido encerrados desde la noche del jueves en un pequeño estadio de la isla griega de Kos, sin comida ni agua y sin acceso a un baño, según ha informado el diario británico The Guardian.

Youssef, de 29 años, es uno de los inmigrantes refugiados que ha llegado hasta la isla griega y que permaneció en la instalación, aunque actualmente está en libertad. Según ha explicado, cuando finalmente les dieron los suministros y los baños portátiles, 16 horas después de que los primeros refugiados llegaran a la zona, no había suficientes para tantas personas, entre ellas él. "La primera vez que nos dieron agua fue alrededor de la 1:00 horas", ha afirmado. "Y aún así llegó sólo a la gente de la parte delantera", ha añadido.

Según han contado los propios inmigrantes, los agentes de seguridad les dijeron que irían al estadio para obtener los papeles del permiso de residencia necesarios para permanecer en la isla. Más de 124.000 personas, en su mayoría de nacionalidad siria y afgana, han llegado a las islas griegas desde Turquía en lo que va de año, de los cuales hasta 7.000 permanecen actualmente en Kos.

"Nos dijeron: vamos, vamos, vamos. Os daremos los papeles", ha asegurado Youssef. "Y después nos encerraron allí como en una prisión", ha agregado. Los inmigrantes más jóvenes podían entrar y salir por una de los muros bajos del estadio, pero muchos otros no y ante el calor del mediodía tuvieron que recibir atención de Médicos Sin Fronteras, tal y como han asegurado los refugiados sirios, que han afirmado que se desmayaba al menos uno cada 15 minutos.

En los posteriores enfrentamientos, la Policía hizo frente a los inmigrantes con escudos y porras y les rociaron con extintores para incendios. "No fue culpa sólo de la Policía", ha declarado Abu Ahmed, un ingeniero de 24 años. Sin embargo, otros refugiados han afirmado que su frustración y posterior rechazo a formar filas de manera ordenada estaban justificados. "Era como la revolución siria, pero contra la Policía", ha explicado Majid, uno de los últimos sirios en abandonar el estadio.

La tensión en la isla es tal que también se han desatado peleas entre los inmigrantes. En las inmediaciones de la principal comisaría de Kos,, cerrada por la festividad del 15 de agosto, unos 50 personas procedentes de Afganistán, Pakistán e Irán se enfrentaron entre sí este sábado lanzándose piedras e intercambiando golpes ante la pasividad de los antidisturbios helenos.

El objetivo de todos ellos es conseguir los papeles para poder quedarse en la Unión Europea tras cruzar en botes la escasa distancia que separa Turquia de Grecia para dejar atrás la pobreza o los conflictos que viven en su país.  No va a ser fácil que los inmigrantes consigan permanecer en Europa, aunque las autoridades trabajan para dar prioridad a los sirios, que son tratados como refugiados, ya que huyen de la guerra civil que sufre su país y por lo tanto tienen más derechos que el resto de inmigrantes en base al derecho internacional.

De hecho, este domingo, unos 320 refugiados sirios han sido alojados en un buque fletado por el Gobierno. El embarque se produjo a primera hora entre grandes medidas de seguridad. Además de los sirios, se hospedan algunos miembros de las organizaciones no gubernamentales que les asisten y policías, lo que provocó los enfrentamientos de ayer.

La nave Eleftheros Venizelos, con capacidad para albergar hasta 2.500 personas, llegó el viernes a la isla para tratar de ayudar en las tareas de alojamiento de los miles de inmigrantes y refugiados, que se quejan por las condiciones de insalubridad y falta de comida, mientras esperan obtener los documentos para salir de Grecia. Se prevé que la nave se quede en Kos cerca de dos semanas y luego puede que sea sustituido por otro buque, según las autoridades locales.

En las últimas semanas, las autoridades de Kos y otras islas del Egeo como Lesbos, Jíos y Samos se encuentran desbordadas por el gran aumento de la llegada de embarcaciones con inmigrantes debido a su cercanía con la costa de Turquía. Los inmigrantes forman colas por unos 20 euros para coger un ferry en la costa turca, un viaje 50 veces más barato que el de vuelta a sus países.  Los datos presentados la semana pasada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) recogen que en los primeros siete meses de 2015 han desembarcado en Grecia 124.000 refugiados e indocumentados, principalmente en las islas de Kos, Lesbos, Jíos, Samos y Leros.

Uno de los inmigrantes sirios, llamado Abu Hamza, ha relatado que 20 de sus amigos actualmente están ahorrando en Turquía para seguir sus pasos. "Una vez que consigan el dinero, vendrán", ha expresado. Según Hamza, el razonamiento es simple, "(los inmigrantes) no pueden ir a otros países árabes". Turquía niega el acceso al empleo y educación a la mayoría de ciudadanos sirios que debería proporcionar bajo la ley internacional de refugiados, y además, tampoco pueden volver a Siria.

"Hoy hay 50 cohetes Katyusha en Damasco", ha asegurado Hamza. "Mi esposa cogió a los niños de la piscina y después comenzaron a caer bombas. Por tanto la gente quiere estar segura y el lugar más seguro es Europa", ha añadido. "No sé si Europa es el cielo o el infierno, pero sólo quiero un lugar para mis hijos", ha culminado.

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