El expresidente de EEUU Donald Trump ha reconocido que tiene puesta la dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19. En un acto en Dallas junto al presentador de televisión Bill O'Reilly, el magnate hizo la confesión, a lo que el público asistente reaccionó con un sonoro abucheo, tal y como recoge la cadena CNN.

Precisamente, en el evento Trump alabó la gestión que su Administración hizo para que las vacunas contra la covid-19 se implantaran lo antes posible e, incluso, animó a que todo el mundo se vacune. Sin embargo, cuando reconoció que ya le habían administrado la tercera dosis, los allí congregados no se lo tomaron muy bien y le abuchearon. La reacción de Trump fue decir que "no" varias veces, asegurando que solo había sido un reducido grupo de personas.

Negacionismo ante el virus

La gestión de la pandemia durante el mandato de Trump estuvo marcada por sus continuos mensajes negacionistas del coronavirus. El exmandatario se negó a usar en público la mascarilla durante meses e incluso llegó a manifestar su escepticismo sobre las vacunas en varias ocasiones, lo que provocó que los expertos expresaran su preocupación por el efecto que pudieran tener sus palabras sobre la población.

Sin embargo, en marzo se supo que antes de abandonar la Casa Blanca tras su derrota en las presidenciales ante Joe Biden, él y su mujer Melania, se vacunaron en secreto contra la covid-19.

Desde el inicio de la pandemia, las políticas de Trump en relación a la covid se caracterizaron por la politización del virus, la negación de la realidad y su empeño en abrir el país con los contagios disparados, y, por último, el empleo de medidas impactantes y de demostración de fuerza, pero al margen del criterio científico, para atajar la epidemia.

Las ocurrencias de Trump para combatir el virus al margen de los cauces científicos le llevaron a recomendar el uso de inyecciones desinfectantes para tratar de ''limpiar los pulmones'' de los contagiados. Tanto el expresidente como la ex primera dama contrajeron el coronavirus a finales de septiembre de 2020. El mandatario pasó tres días hospitalizado debido a los síntomas que padecía. Fue dado de alta después de que se le administrara el cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron y el antiviral Remdesivir. Lejos de cambiar de actitud, en su regreso siguió menospreciando el coronavirus. 

Ahora, bajo el mandato de Joe Biden, el Gobierno de EEUU ha cambiado el discurso y ha asumido la gravedad de la pandemia. En estos momentos, ómicron ya es la variante del coronavirus que más contagia en Estados Unidos, donde entre los pasados 12 y 18 de diciembre supuso el 73,2 % de los nuevos casos. Ante el aumento de los casos y las hospitalizaciones en las últimas semanas, algunas ciudades estadounidenses han anunciado nuevas restricciones.