EEUU anuncia sanciones "máximas" contra Venezuela y mientras Maduro busca apoyo en Rusia y China
Washington anuncia en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que “aplicará sanciones al máximo” al régimen de Maduro.
El chavismo moviliza a sus aliados internacionales para hacer frente a la ofensiva de EEUU. Moscú envía apoyo militar y Pekín mantiene las compras de petróleo.

Caracas--Actualizado a
En la Avenida Urdaneta con la esquina Carmelitas, en pleno centro de Caracas, se levanta un imponente edificio acristalado que desde hace años ejerce como sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela. A pesar de las fechas navideñas, el edificio es un trasiego constante de trabajadores que entran y salen. "¡Nos comeremos el pan de jamón aquí!", bromea un funcionario de la cancillería mencionando uno de los platos estrella de la gastronomía venezolana en estas fechas festivas.
La diplomacia venezolana ha redoblado sus esfuerzos para paliar los efectos del bloqueo aéreo y marítimo que EEUU pretende imponer sobre el país. En los últimos días China, Rusia, Cuba e Irán –principales socios de Caracas en el tablero internacional– han criticado públicamente la hostilidad de Donald Trump y han llamado a que el presidente estadounidense “ponga fin a las sanciones”.
"Estamos en guerra económica", dice una fuente cercana al gobierno chavista en declaraciones a Público. "EEUU está buscando afectar la economía para generar conmoción social y así justificar una invasión", asegura. "Ya lo hemos visto en Cuba, y ya lo hicieron en Irak. Pero no vamos a quedarnos parados, tenemos fuerza interna y aliados internacionales", declara.
Debate en Consejo de Seguridad de la ONU
Durante la noche de este martes 23 de diciembre el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió de urgencia para debatir, a iniciativa de Venezuela, la situación del país. En la sesión extraordinaria celebrada en Nueva York, Samuel Moncada, representante permanente de Venezuela ante la ONU, afirmó con firmeza que “el mundo debe saber que la amenaza no es Venezuela, la amenaza es el actual Gobierno de Estados Unidos”. Moncada denunció que Washington busca apropiarse de los recursos naturales venezolanos y desestabilizar al país, afirmando que “[EEUU] nos quiere divididos para conquistarnos por pedazos”, y calificó de absurdo que Estados Unidos intente justificar su acción aplicando normas de conflictos armados en una situación que, según Caracas, no constituye guerra internacional ni interna.
Por su parte, el embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, defendió la política de sanciones y advertencias militares de Washington, señalando que su país aplicará medidas “al máximo” para “privar a Nicolás Maduro de los recursos” que, según Estados Unidos, financian al Cártel de los Soles, recientemente designado como organización terrorista. Waltz subrayó que Estados Unidos no reconoce a Maduro ni a su entorno como “gobierno legítimo” y destacó la reciente interceptación de dos buques petroleros venezolanos en el Caribe como parte de la campaña para cortar los flujos que sostienen a Caracas. No obstante, el diplomático no precisó si estas declaraciones implican nuevas sanciones o acciones adicionales más allá de las ya implementadas.
Por parte, la representación de Rusia consideró que: “El bloqueo ilegal de la costa venezolana impuesto por Estados Unidos es un verdadero acto de agresión”. Considerando que “esta intervención que se desarrolla podría convertirse en una plantilla para futuras acciones contundentes contra los estados latinoamericanos de acuerdo con la nueva Doctrina Monroe de Donald Trump”.
China, condenó en términos enérgicos las acciones de Estados Unidos, calificando las interceptaciones de petroleros como una “violación grave del derecho internacional” y subrayando que Pekín “se opone firmemente a las sanciones unilaterales e ilegales impuestas sin base en el derecho internacional o autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como a cualquier acción que viole la soberanía y seguridad de otros países”.
Pekín alivia la economía venezolana
La posición del gigante asiático es trascendental, pues Pekín es el principal aliado comercial de Venezuela, llegando a comprar unos 500.000 a 700.000 barriles de petróleo diario de los poco más de un millón que el país sudamericano extrae. Es decir, cerca del 70% de las exportaciones petroleras venezolanas —que representan un 25% del PIB— sirven para satisfacer la demanda interna china.
Las sanciones estadounidenses sobre el crudo venezolano, reforzadas por el despliegue marítimo en el mar Caribe y la interceptación de buques petroleros, buscan estrangular la principal fuente de ingresos de Venezuela y dificultar de manera sustantiva sus exportaciones energéticas. Para eludir estas restricciones, China recurre a un esquema de compra indirecto y altamente sofisticado para evitar las sanciones; un riesgo a cambio del cual adquiere el crudo con importantes descuentos de precio.
En lugar de adquisiciones directas por parte de grandes empresas estatales chinas, el crudo se comercializa a través de intermediarios y se transporta a través de flotas con estructuras de propiedad opacas, cambios de bandera y prácticas como transferencias de barco a barco en aguas internacionales. La llamada flota fantasma que busca burlar las sanciones estadounidenses y que Trump a comenzado a confiscar.
En este contexto de incertidumbre geopolítica, que China continúe comprando crudo venezolano pese al riesgo de sanciones secundarias, presiones financieras o incluso interceptaciones marítimas constituye una decisión estratégica que sirve de salvavidas a la economía venezolana. China, pese a poder comprar crudo más cerca y barato en países del golfo, mantiene las compras a Venezuela primando el criterio político sobre el económico.
Rusia e Irán dan apoyo militar y logístico a Maduro
Por otro lado, el apoyo ruso se materializó el pasado jueves 11 de diciembre con el presidente Vladimir Putin telefoneando a Nicolás Maduro frente a las "acciones ilegales y unilaterales de EEUU".
Poco antes, Moscú había enviado varios sofisticados sistemas de defensa antiaérea Pantsir-S1 y Buk-M2E al Ejército venezolano. Material de carácter defensivo que busca dificultaría operaciones aéreas de alta precisión, como incursiones, vigilancia armada o ataques limitados, elevando los costos y riesgos de un eventual ataque estadounidense. Si bien su despliegue no altera el equilibrio estratégico global, sí introduce un mayor factor de disuasión.
En un reciente intercambio diplomático, Irán también reafirmó su respaldo a Venezuela ante "la piratería y el terrorismo internacional" practicado por Estados Unidos. Más allá del apoyo político, Teherán se ha consolidado como un aliado estratégico en la cooperación científica y tecnológica, especialmente en sectores críticos como la industria petrolera, enviando disolventes especializados y técnicos en momentos de crisis para garantizar la operatividad de refinerías y plantas de procesamiento.

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