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Amnistía Internacional documenta numeros casos de abusos sexuales y violencia contra refugiados en Libia

La plataforma expone que estas personas sufren “palizas, explotación o disparos a manos de traficantes de seres humanos” entre otros muchos sucesos que las víctimas “han descrito con espeluznantes detalles”.

Refugiados sirios en la zona fronteriza de Al Ruqban , cerca de la frontera con Jordania noreste con Siria e Irak.- REUTERS / Mohamed Hamed

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La ONG Amnistía Internacional que trabaja por la protección de los derechos humanos en todo el mundo denuncia numerosos casos de abusos sexuales, tráfico de personas, secuestros y ataques contra personas refugiadas y migrantes que se dirigen a Libia o la atraviesan. Han recopilado “atroces relatos” de “al menos 90 personas refugiadas” que constatan las “aterradoras experiencias y condiciones” de las que han sido víctimas los refugiados al tratar de llegar a su destino.

La plataforma expone que hay más de 264.000 refugiados en Libia, sobre todo del África subsahariana, que han huido de la guerra, la persecución o la pobreza extrema, “a menudo con la esperanza de asentarse en Europa”. En su travesía sufren “encarcelamientos subterráneos durante meses, abusos sexuales, palizas, explotación, persecución religiosa o disparos a manos de traficantes de personas” entre otros muchos sucesos que “las personas refugiadas y migrantes han descrito con espeluznantes detalles” cuenta Magdalena Mughrabi, directora adjunta provisional del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

Mughrabi manifiesta que la “comunidad internacional y Unión Europea tiene que incrementar enormemente el número de plazas de reasentamiento y visados humanitarios para personas refugiadas vulnerables que se enfrentan a graves penurias y tienen pocas perspectivas en los países vecinos a los que huyeron en primer lugar”. “Nadie debería tener que sufrir secuestro, tortura y violación en Libia para pedir protección” sentencia.

"Enjuiciar los traslados de personas por la fuerza con actos como el secuestro o el engaño es una obligación establecida por el derecho internacional".


La organización considera que la “situación de anarquía y violencia que se vive en el país” ha favorecido que se “establezca un lucrativo negocio de tráfico de personas a lo largo de las rutas que van desde el sur de Libia hasta la costa mediterránea en el norte, desde donde parten las embarcaciones con rumbo a Europa”. Además señalan que ya documentaron en 2015 en su informe Libya is full of Cruelty abusos perpetrados por traficantes, tratantes y grupos armados en Libia y que junto a los testimonios más recientes muestran que, un año después, la situación no ha cambiado.

Asimismo, Amnistía Internacional sostiene que estos abusos documentados contra personas refugiadas y migrantes en Libia “constituyen trata de seres humanos y que supone un abuso contra los derechos humanos”. Dicha trata “además de estar tipificada como delito en la mayoría de los sistemas penales nacionales, incluye el traslado de personas mediante la amenaza, el uso de la fuerza o la coacción, con actos como el secuestro, el fraude o el engaño”. Y concluyen que “su interrupción y enjuiciamiento es una obligación establecida por el derecho internacional de los derechos humanos”.

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