Este artículo se publicó hace 3 años.
Arte en crisis LíbanoEl arte en Líbano no para pese al dolor de un país sumido en la desesperanza
La Revolución de octubre, la explosión del puerto o la crisis económica y social son los temas mas recurrentes entre los artistas.
Fátima Subeh
Beirut-
En los últimos meses, los artistas libaneses han homenajeado a través de sus obras a las víctimas de la tremenda explosión del puerto del pasado agosto. Es el caso de Hayat Nazer, una joven libanesa que esculpió a una mujer hecha a base de escombros en lo que queda del puerto de Beirut y, en honor a las víctimas de la trágica deflagración. Asimismo, las piezas de los artistas han lanzado, desde que comenzara la Revolución en octubre del 2019, potentes mensajes de resistencia y unión contra la clase política corrupta y negligente y, en sus obras, se ha expresado un profundo dolor por el Líbano, sumido ahora en una crisis descomunal tanto a nivel económico, político y humanitario.
Hala Dabaji creció en Camerún hasta que en la adolescencia regresó a Líbano, país originario de sus dos padres. Actualmente, se ha convertido en una artista libanesa multidisciplinar que se dedica a la pintura, el dibujo, la fotografía, la creación de objetos artísticos y muebles, y tiene incluso, su propia colección de ropa pintada a mano. "Me gusta aplicar mi arte a cualquier medio que me inspira", cuenta en una conversación con Público.
Según la joven, la situación de los artistas libaneses era estable antes del colapso general que se está viviendo en el país, pero que a día de hoy, este sector se encuentra "profundamente sacudido". Dabaji asegura que los compradores de arte están intentado sacar dinero en efectivo de los bancos para invertir en las piezas de los "artistas de renombre", pero que para los autores menos conocidos, la situación es "desalentadora".
Según indica Dabaji, la situación de los autores menos conocidos es "desalentadora"
Los artistas estarían teniendo problemas incluso para "comprar el material para realizar sus obras", debido a la subida de precios por la situación económica actual del Líbano, la peor desde la sangrienta guerra civil que duró 15 largos años (1975-1990). A todo esto, hay que añadirle los continuos cierres de galerías de arte por la pandemia de la covid-19, por la crisis económica o porque fueron destruidas el pasado agosto durante la explosión del puerto de Beirut.
Mar Michael, una de las zonas más afectadas por el estallido, esta formada por un conjunto de calles llenas de cafeterías, bares y restaurantes donde los jóvenes libaneses disfrutaban de su tiempo de ocio. Asimismo, este barrio está considerado el barrio del arte local, y así lo demuestran sus galerías, el arte callejero decorando las paredes de sus edificios, o sus coloridas escaleras que conectan el barrio con otras zonas.
Después de la explosión, y de "limpiar y reparar la casa" la artista trabajó en un mapa que representaba Beirut como un a ser "vivo y orgánico", según explica. "Traté de representarlo como un territorio común de carne y hueso. Porque esto es lo que sentimos los beirutíes. Nos sentimos como un ser interconectado y golpeado por la explosión. Rico o pobre, joven o viejo, nadie se salvaba", afirma Dabaji.
La artista se encuentra actualmente ilustrando un libro de la escritora libanesa Zeina Fayad, sobre la conocida como Revolución de octubre en Líbano, que hace alusión a las protestas multitudinarias que comenzaron en el país mediterráneo el 19 de octubre de 2019 y, que se han mantenido con mayor o menor intensidad hasta día de hoy. Los libaneses saltaron a las calles para exigir la salida de una clase política sectaria, corrupta e incompetente después de que el Gobierno pretendiera comenzar a cobrar las llamadas telefónicas a través de las redes sociales tipo Whatsapp.
Por su parte, Hady Beydun, de 47 años, lleva desde el 1995 dedicándose a lo que más le gusta: el arte. Es un autor polifacético: hace pintura, fotografía, escultura o poesía, entre otras muchas disciplinas artísticas. Una gran parte de sus ingresos provienen de su estudio de tatuajes, un negocio que "no suele caer porque es muy terapéutico para la gente que los recibe", asegura el artista. Recuerda por ejemplo, que tras la explosión del puerto muchísimos clientes vinieron a su estudio para tatuarse la palabra Beirut en árabe.
Beydun: "Cuando uno se encuentra en la oscuridad, los artistas pintamos, dibujamos o escribimos poesía"
Beydun reflexiona sobre el "gran talento" que hay en Líbano, y asegura que en el país mediterráneo hay "grandes artistas y muy variados como pintores, fotógrafos o diseñadores gráficos", entre muchas otras variedades. "Cuando uno está mal y está sufriendo, cuando uno se hace muchas preguntas y se encuentra en la oscuridad, los artistas pintamos, dibujamos o escribimos poesía (...) En estas situaciones sale mucho arte de dentro", en referencia a todos los golpes que ha recibido Líbano en los últimos años y todo lo que ha surgido de estos momentos de crisis.
Beirut es una ciudad con mucho arte callejero también. "Comencé a usar mi arte para abordar temas humanitarios y sociales, y lo llevé a las calles para ayudar a difundir la conciencia y también la esperanza a una sociedad en apuros", cuenta a Público Roula Abdo, una artista visual que compagina la pintura con el arte callejero. Roula pintó varios murales repartidos por todo Beirut, y especialmente durante la Revolución de octubre. Sus obras durante este periodo consistían en dibujar algunas partes del cuerpo como "rostros en blanco y negro, ojos, manos..." junto a mensajes "claros y sencillos" para que todo aquel que lo leyera pudiera entenderlo sin complicaciones. Según la artista, los mensajes visuales pueden dejar un "impacto mayor" en la mente de las personas, e incluso "pueden relacionarse con ellos como si fueran sus propios pensamientos (...) y así obtener la motivación para seguir exigiendo cambios", en referencia a las protestas multitudinarias contra la corrupción y mala praxis del Gobierno.
La artista Roula Abdo cree que los mensajes visuales pueden motivar a la gente para "seguir exigiendo cambios"
Uno de ellos, esta localizado en Hamra, el barrio musulmán más famoso de la capital libanesa. Este mural de 30 metros de altura, que realizó junto a su amiga y artista Mary Shammas, es un homenaje a Emily Nasrallah, una escritora y activista por los derechos de las mujeres y, Huguette Caland; pintora, escultora y diseñadora de Líbano.
"Pinté los retratos de dos destacadas mujeres libanesas que dejaron un gran impacto en nuestra sociedad. Quería presentar sus logros y honrar sus respectivos legados. Sus obras encarnan la libertad de expresión y brindan no solo inspiración, sino que actúan como un cataclismo para que las generaciones más jóvenes emprendan el camino que Emily, Huguette y muchas otras han forjado, a pesar de las dificultades", cuenta Abdo.
La joven asegura que la situación de los artistas en Líbano es la misma que la de todos los demás y, que su sector intenta sobrevivir al colapso económico además de hacer todo lo posible para seguir creando piezas a pesar de las condiciones tan difíciles en las que se encuentran. Finalmente, lanza un mensaje con optimismo, ya que considera que "tal y como se suele decir, los artistas son los últimos en perder la esperanza ante una situación desesperante".
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