Este artículo se publicó hace 12 años.
Assange recurrió a la embajada de Ecuador por miedo a EEUU
Su equipo de abogados insiste en que Washington quiere juzgarlo. Si el Gobierno de Correa acepta la solicitud de asilo, su traslado se complicaría. La Policía tiene la orden de arrestarlo
"La realidad es que se estaba enfrentando a una persecución política en EEUU, estaba enfrentándose a la pena de muerte o a la cadena perpetua, tenía muy pocas opciones". Las palabras de Michael Ratner, uno de los abogados de Julian Assange y miembro del Center for Constitutional Rights resumieron a la perfección qué pasaba por la cabeza del fundador de WikiLeaks el martes cuando se personó en la embajada de Ecuador en Londres con una solicitud formal de asilo político al presidente Rafael Correa.
"Cree que si es extraditado no vería la luz del día en 40 años", afirmó Ratner, según recoge el diario británico The Guardian. Assange lleva mucho tiempo advirtiendo de que Washington estaba buscando la manera de juzgarlo por las revelaciones de WikiLeaks.
Ahora, escasos días después de que el Tribunal Supremo británico desestimara el recurso presentado por su equipo legal contra la sentencia que daba vía libre a su extradición a Suecia, ha decidido actuar para intentar frenarla.
La situación es muy complicada para el matemático australiano, que todavía podía presentar un recurso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo alegando que su vida corre peligro si es trasladado a Suecia. De hecho, en su solicitud apela a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La embajadora de Ecuador en Londres, Anna Alban, aseguró esta tarde tras reunirse con representantes del Gobierno británico, que "la decisión sobre la solicitud del señor Assange será evaluada por el Departamento de Asuntos Exteriores en Quito y tendrá en cuenta la larga tradición ecuatoriana a favor del respeto de los derechos humanos".
Fueron varias las personas del entorno de Assange las que se acercaron a la embajada para verlo. el director del Centre for Investigative Journalism, Gavin Macfadyen, dijo a la salida que el australiano "se encuentra bien y muy agradecido por la hospitalidad de la embajada".
"En su momento habrá un comunicado -añadió- Él me ha explicado por qué ha tomado esta decisión pero quiero que tenga tiempo para sí mismo. Lo que se le ha hecho a Julian no es justo. Todo esto tiene que ver con su seguridad como persona contra una voluntad muy grande por llevarlo ante la Justicia".
¿Cómo salir de la embajada?Aunque una de las principales dudas que surgen si el Gobierno de Correa decidiera aceptar la petición de auxilio es cómo saldría de Reino Unido. La Policía Metropolitana de Londres dio orden a sus agentes de arrestarlo si trata de dejar la embajada amparándose en que Assange ha violado la Ley de Fianzas. El motivo es no haberse presentado en la noche del martes en la casa de Norfolk en la que ha pasado bajo arresto domiciliario los últimos 18 meses.
"Ha roto una de las condiciones de su fianza, que era estar en la dirección de la fianza entre las 22.00 horas y las 8.00 horas cada día. Puede ser arrestado de acuerdo con la Ley de Fianzas", dijo un portavoz de Scotland Yard por la mañana.
La Policía tiene orden de detenerlo por saltarse los horarios de su arresto domiciliarioAgentes de la Policía y simpatizantes de Assange estuvieron durante todo el día en las puertas de la embajada ante la espectación de los medios. De momento la única inmunidad que tiene Assange está dentro de ese edificio, considerado territorio diplomático y, por lo tanto, lejos del alcance de las autoridades británicas. El Foreign Office, a través de un comunicado, había pedido la noche anterior que "Ecuador resuelva este asunto lo antes posible".
Los medios británicos pusieron durante todo el día varios ejemplos de casos similares al de Assange, aunque todo lo que rodea al creador de WikiLeaks tiene un matiz político que no se puede escapar.
"Sinceramente creo, y le conozco bien, que teme por su vida", dijo su amigo Vaughan Smith Uno de los más nombrados fue el del activista chino Cheng Guan Cheng que decidió ocultarse en la embajada de EEUU pidiendo asilo. La diferencia en este caso es que Washington no tiene ninguna intención de facilitar la vida al australiano.
Desde la Casa Blanca no ha habido excesivo movimiento mediático por el momento aunque el equipo para investigar a WikiLeaks creado en mayo de 2011 hace desconfiar a sus abogados.
"Si EEUU hubiera ido de frente y hubiera dicho 'No vamos a procesar a Julian Assange'creo que estaría mañana enfrentándose a las alegaciones" de la Justicia sueca, insistió Ratner. "Sinceramente creo, y le conozco muy bien, que teme por su vida", dijo su amigo Vaughan Smith, la persona que le ha dado cobijo en Norfolk durante este tiempo.
En su carta a Correa, Assange recalcaba el hecho de que su extradición a Suecia, donde la Fiscalía pretende interrogarlo por dos presuntos delitos de carácter sexual que él siempre ha negado, podría implicar un posterior traslado a "países donde se aplica la pena de muerte", en clara referencia a EEUU. El martes por la noche, la embajada ecuatoriana en Londres confirmó que Assange permanecería bajo su protección hasta que se conociera el parecer del Gobierno de Quito.
El Gobierno australiano dejó claro a una de las abogadas de Assange que si EEUU quiere juzgarlo, no se meteránMientras, Claes Borgstrom, abogado de las presuntas víctimas, dijo que "su solicitud de asilo no tiene ningún tipo de sustancia. Él quiere concentrar todo en WikiLeaks, la CIA y demás, pero eso no va a hacer cambiar su situación. Será extraditado". Este miércoles fue aún más duro asegurando que la solicitud de asilo era "una tragedia" para sus dos clientes.
Otro de los motivos que llevaron a Assange a tomar esta decisión es que Australia se haya desentendido del caso. La primera ministra australiana, Julia Gillard, negó desde la cumbre del G20 que no fuera a atender al fundador de WikiLeaks: "nuestros funcionarios consulares se pondrán en contacto con él y con la embajada de Ecuador en Londres", aunque sí reclacó que "sus decisiones las puede tomar solo él".
En realidad, Assange tiene motivos suficientes para estar preocupado sobre cómo actuaría Australia en el caso de que EEUU pidiera su extradición y tratara de juzgarlo por espionaje. El pasado 2 de mayo una de las abogadas del fundador de WikiLeaks, Jennifer Robinson,que ayer se reunió con él en la embajada para analizar la situación, mantuvo un encuentro con el Fiscal General australiano Nicola Roxon para tratar el caso. En una carta posterior (PDF-Inglés) Hoxon explica lo siguiente a Robinson:
"Como ya sabe, Australia no se posicionaría en ninguna discusión de extradición que pueda tener lugar entre EEUU y Reino Unido o Reino Unido y Suecia, ya que las extradiciones son una herramienta de cooperación bilateral en materia legal.
La decisión que tome un Estado extranjero sobre realizar o garantizar una solicitud de extradición es un acto soberano que se lleva a cabo de acuerdo con las leyes y procedimientos domésticos de ese Estado [...] Si el señor Assange tuviera que enfrentarse a un juicio en EEUU, será tratado con la justicia que implica la Constitución de EEUU y las leyes de EEUU".
Dudas sobre el destino de su fianzaOtro de los temas más comentados del día giró en torno a los avales de 240.000 libras que depositó en diciembre un grupo de personalidades en favor de Assange. Los medios aseguran que ahoran podrían verse obligados a pagar al haber violado la libertad condicional y no todos se tomaron la decisión del fundador de WikiLeaks con la misma actitud.
El mismo Vaughan, del que se habla que donó 20.000 libras, dijo al Evening Standard que "el dinero es importante porque de ello depende el bienestar de mimujer y mis hijos pero ellos no están corriendo el riesgo de ser enviados a EEUU. Sigo siendo un simpatizante y es importante que reconozcamos que Assange es un disidente occidental".
Por su parte, La activista Jemina Khan se mostró sorprendida de la actitud de Assange: "Esperaba de él que se enfrentara a las acusaciones de la Fiscalía", dijo a través de su cuenta de Twitter. Otros famosos que aportaron sus avales para que el australiano pudiera salir de prisión fueron el cineasta Ken Loach y el editor Felix Dennis.
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