Este artículo se publicó hace 13 años.
Berlusconi se hace otra ley de impunidad a su medida
La prescripción breve para librarle del 'caso Mills' anulará 15.000 procesos
Silvio Berlusconi dio ayer un nuevo paso hacia su impunidad personal y al hacerlo asestó un severo golpe a una Justicia que tendrá que tirar a la basura al menos 15.000 procesos, según ha denunciado el Consejo Superior de la Magistratura italiana.
Causas que no son precisamente banales y de las que algunas son tan graves como la del accidente ferroviario de Viareggio de 2009, en el que 32 personas murieron carbonizadas por una negligencia.
El Parlamento italiano aprobó ayer, con 314 votos a favor, 296 en contra y ninguna abstención, el proyecto de ley conocido como el "proceso breve", que reduce sustancialmente los tiempos de prescripción para quienes, como el primer ministro italiano (juzgado 16 veces), no han sido nunca condenados en firme. La ley se aprobó gracias a los votos de 20 tránsfugas.
La consecuencia directa es que el caso Mills, en el que el jefe de Gobierno italiano está acusado de sobornar a un testigo, prescribirá en mayo. La Fiscalía considera que Berlusconi abonó 600.000 dólares (415.000 euros) al abogado David Mills para que cometiera perjurio en su favor.
Berlusconi eludirá así una casi segura condena en ese caso Mills, uno de los cuatro que afronta, pero también lo harán quienes construyeron de forma negligente las casas que sepultaron a muchos ciudadanos en el terremoto de L'Aquila, en 2009, los responsables del accidente de Viareggio, así como pederastas, estafadores y ladrones.
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Víctimas desesperadasLa noticia, celebrada por el berlusconiano Pueblo de la Libertad, ha sumido en la de-sesperación a las víctimas de L'Aquila y Viareggio. Decenas de ellos se manifestaron ayer frente a la sede del Parlamento en Roma con pancartas que rezaban: "¿Por qué para salvar a un solo hombre dejáis impunes a asesinos, culpables de tragedias y violadores?".
Daniela Rombi, la madre de Emanuela, una joven de 21 años que murió en el accidente de tren, suplicó la semana pasada a Giorgio Napolitano, el presidente de la República, que no firmara la ley. Saliéndole al paso en L'Aquila, le pidió "de rodillas" que echara atrás la norma, pendiente ahora del trámite de la aprobación del Senado.
El líder del opositor Partido Democrático, Pier Luigi Ber-sani, se solidarizó con las víctimas: "Nosotros estamos con la gente de L'Aquila", dijo, pero su grupo no logró sacar adelante una enmienda.
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