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Cameron y Clegg temen la reacción de la City

'Tories' y liberales avisan de que su prioridad es reducir el déficit

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Un Gobierno de coalición no se monta en dos días por mucho que la prensa conservadora no dejaba de avisar ayer que cualquier vacío de poder conduciría a Reino Unido al caos.

Tories y liberales demócratas no se han dejado llevar por ese alarmismo, pero no ocultan que ven con aprensión la reacción que se produzca hoy en los mercados financieros. Por eso, ayer al término de la segunda reunión de las delegaciones de ambos partidos, que se prolongó durante más de seis horas, hicieron público un mensaje casi idéntico. Además de las tradicionales referencias a las conversaciones 'positivas y productivas', William Hague y Danny Alexander, cada uno por su lado, explicaron que la prioridad era 'la reducción del déficit presupuestario' y la 'estabilidad económica'.

Además, anunciaron que volverían a reunirse 'en las próximas 24 horas'.

Las interpretaciones a las reacciones de los mercados financieros de la City suelen estar acompañadas de definiciones algo difusas. Están los que creen que ya habían previsto la posibilidad de un Parlamento sin mayoría absoluta por lo que aventuraban las encuestas, y están los que temen que la libra esterlina sufra a partir de hoy un tratamiento de choque similar al que está padeciendo el euro.

David Cameron y Nick Clegg hablaron ayer por teléfono, menos de 12 horas después de la reunión que mantuvieron en la noche de sábado, un encuentro de 70 minutos del que no trascendieron detalles.

De forma inesperada, Gordon Brown volvió a Londres desde su casa de Escocia, lo que alentó las especulaciones. Brown se vio en secreto con Clegg pero no en el 10 de Downing Street, sino en el Foreign Office. Los liberales explicaron que Cameron estaba enterado de la cita y que el objetivo era sólo informar al primer ministro de la marcha de las negociaciones.

No había intención de abrir un segundo frente de las negociaciones, a la espera de ver lo que sucede con el primero.

Cameron se desayunó con numerosos artículos de la prensa dominical que ponían de manifiesto el malestar de muchos diputados de su partido con la forma en que se había llevado a cabo la campaña electoral y la decepción por el resultado.

Ese fue el motivo de que dedicara parte de la tarde a reunirse con diputados para tenerlos informados. Los conservadores se quejan de que Clegg recibió el visto bueno para proseguir las negociaciones mientras que nadie les ha preguntado a ellos su opinión.

Graham Brady, que presidirá el Comité 1922 un subgrupo parlamentario que reune a decenas de diputados, habló en nombre de ellos cuando dijo que no cree que Cameron necesite un pacto con los liberales: 'Me inclino por formar un Gobierno en minoría que reciba el apoyo de otros grupos cuando sea posible buscar un consenso'.

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