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Los 'camisas rojas' no abandonan su protesta

Esperan que el Gobierno tailandés acceda sus demandas después de la batalla campal que dejó 20 muertos

EFE

Los 'camisas rojas' tailandeses han insistido en que no abandonarán sus protestas hasta que el Gobierno acceda a sus demandas, después de la batalla campal que anoche dejó 20 muertos y más de 800 heridos sobre el asfalto de Bangkok.

'Nunca hablaremos con asesinos, tenemos la obligación moral ante los fallecidos de devolver la democracia a este país', afirmó Jatuporn Prompan, uno de los cabecillas del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, organizador de las protestas.

Prompan indicó que el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, tiene las manos 'manchadas de sangre', y cerró la puerta al diálogo con el Ejecutivo hasta que no se disuelva el Parlamento y se convoquen elecciones anticipadas.

Los manifestantes leales al depuesto ex gobernante Thaksin Shinawayra también responsabilizaron de la carnicería a las fuerzas de seguridad, que -según denunciaron- emplearon balas reales para dispersarles, y mostraron varios rifles y ametralladoras que requisaron a algunos soldados.

El portavoz gubernamental, Panitan Wattanayagorn, lo negó y dijo que algunos efectivos hicieron disparos al aire para instar a los activistas a que abandonaran las zonas públicas que ocupaban, mientras que los antidisturbios dispararon balas de fogueo o proyectiles de goma.

Por su parte, el Ejército tailandés manifestó que fueron los 'camisas rojas' quienes provocaron a sus hombres, disparándoles con munición real y arrojándoles granadas. Una de las víctimas mortales es un camarógrafo japonés de la agencia de noticias Reuters, Hiroyuki Muramoto, que recibió un tiro en el estómago disparado, al parecer, por un agente de las fuerzas de seguridad.

Miles de manifestantes siguen acampados cerca de donde se produjeron los combates

Miles de manifestantes siguen acampados en el cruce de Phan Fa, cerca de donde se produjeron los combates callejeros, que dejaron charcos de sangre, un reguero de casquillos de bala y vehículos destrozados. Al retirarse el Ejército, los 'camisas rojas' destrozaron los vehículos militares y se incautaron de armamento que blandieron en señal de victoria.

Esta tarde, Phan Fa estaba todavía llena de activistas, que afirman no tener miedo a los soldados y proclaman que no se moverán a pesar de que esta semana empieza el largo periodo vacacional por el Songkran o Año Nuevo budista, que suele convertir a Bangkok en una ciudad desierta. Un 'camisa roja' declaró que no espera que dimita Vejjajiva, haciendo un claro gesto con la mejilla como que no tiene vergüenza.

Los enfrentamientos más encarnizados se produjeron en el entorno de la concurrida calle de Khao San, muy famosa entre los mochileros y donde los turistas pudieron oír con claridad los ruidos de balas y explosiones. Precisamente el sector turístico está siendo uno de los más perjudicados por las protestas, que han motivado que decenas de embajadas hayan recomendado a sus ciudadanos no viajar en estos momentos a Tailandia.

Cerca de Khao San se encuentra el Monumento a la Democracia, donde los manifestantes han preparado los ataúdes para celebrar más tarde un funeral por sus muertos y mañana tienen previsto recorrer con los féretros las calles de la ciudad para rendirles un último homenaje.

Los militares pueden declarar el toque de queda y censurar a los medios de comunicación 

Desde el pasado miércoles rige en Bangkok el estado de excepción, que permite a los militares asumir el control de la seguridad, prohibir asambleas callejeras, declarar el toque de queda y censurar a los medios de comunicación.

La medida de emergencia ya ha sido aplicada para suspender el canal de televisión P-TV y bloquear varias páginas de Internet por 'incitar a la violencia' en la crisis más grave que padece el país desde 1992.

Tailandia sigue inmersa en una profunda fractura política por la enorme división entre partidarios y detractores desde el golpe de estado que derrocó en 2006 a Shinawatra, prófugo de la justicia y que desde el exilio se empeña en continuar siendo protagonista. Los 'camisas rojas' simpatizan con las clases humildes de las zonas rurales del noreste del país, enemigos de la élite de Bangkok que encarna el Partido Demócrata de Vejjajiva.

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