Este artículo se publicó hace 16 años.
Disparar primero, investigar después
La cifra de civiles muertos en los bombardeos en Afganistán se multiplicó por tres en 2007
Las cuentas no cuadran. Estados Unidos ha iniciado una investigación para determinar lo sucedido en el ataque aéreo contra un pueblo en el oeste de Afganistán que según la población local, Naciones Unidas y las autoridades afganas, acabó con la vida de 90 personas, la mayoría mujeres y niños.
Tras el bombardeo del 22 de agosto contra la localidad de Azizabad, el mando militar estadounidense informó de la muerte de 35 militantes talibanes y de cinco civiles en daños colaterales. Pese a las acusaciones locales y de la ONU, Estados Unidos mantuvo hasta el domingo su versión oficial: una operación que cumplió con su objetivo de acabar con un comandante talibán.
Pero la difusión de un vídeo grabado con un teléfono móvil en el que se puede ver decenas de cadáveres junto a la mezquita de Azizabad ha provocado el cambio de posición de los estadounidenses. En las imágenes se puede apreciar uno a uno los cuerpos de 11 niños muertos con heridas en la cabeza. Diez días después del bombardeo, los vecinos desenterraron al último muerto sepultado por el ataque aéreo.
Los habitantes de Azizabad acusan a las tropas estadounidenses de atacar la localidad basándose en la información falsa aportada por un informador interesado en acabar con una de las familias locales por unas disputas con otro poderoso clan local. Según los supervivientes, el ataque, que también contó con tropas sobre el terreno, era injustificado ya que no había presencia talibán en el pueblo.
Oliver North reaparece
El mando militar dijo que su cifra inicial sobre el número de muertos estaba avalada por un periodista "independiente" que se encontraba con las tropas de EEUU. La presunta fuente fiable resultó ser Oliver North, corresponsal de la cadena Fox, conocido por sus posiciones radicales a favor de la guerra contra el terrorismo y por protagonizar en los años 80 el escándalo Irangate en el que EEUU vendió armas a Teherán para financiar a la contra nicaragüense.
Human Rights Watch (HRW) presentó ayer un informe en el que denuncia el aumento de la muerte de civiles por los bombardeos de las Fuerzas de la misión de OTAN para Afganistán (ISAF). Según la ONG estadounidense, el uso de la fuerza aérea en detrimento de las tropas terrestres ha llevado un aumento de los "errores".
"Las muertes de civiles causadas por los ataques aéreos se han convertido en una herramienta para aumentar el reclutamiento para la causa talibán, además de mermar los esfuerzos de la comunidad internacional para dar un mínimo de seguridad a la población afgana", afirmó Brad Adams, director de HRW en Asia.
La ONG ha determinado en su informe que en 2007 fallecieron un mínimo de 321 civiles afganos en los bombardeos de las tropas extranjeras. La cifra casi triplica la del año anterior: 116. Los muertos a manos de los talibanes alcanzaron los 950 en 2007 comparado con los 700 del año 2006.
HRW denunció que la mayoría de las víctimas se producen por ataques que no son suficientemente planificados, sobre todo cuando se trata de dar apoyo a tropas sobre el terreno. El informe de HRW critica la respuesta de EEUU tras las muertes de civiles. Antes de investigar niegan su responsabilidad o culpan directamente a los talibanes.
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