Este artículo se publicó hace 12 años.
El escote de una modelo argentina opaca el debate electoral en México
No fueron las propuestas ni las promesas electorales. El escote de la azafata del plató de televisión acaparó el interés de la audiencia en el primer debate a las presidenciales mexicanas
Paula Escalada Medrano (EFE)
Ni la opinión sobre educación de Josefina Vázquez Mota, ni la estrategia de seguridad de Enrique Peña Nieto, ni las propuestas de empleo de Andrés Manuel López Obrador, ni las ideas de Gabriel Quadri sobre medio ambiente; lo que México comenta del primer debate electoral es el escote de una modelo argentina. Hasta la noche del domingo Julia Orayen, quien fue portada de Playboy México en su edición de septiembre de 2008, era una desconocida para la mayoría de la población.
Tras 24 segundos en televisión en los que apareció repartiendo un sobre a cada uno de los candidatos con su turno de intervención, la joven acaparó las páginas de los diarios y pasó todo el lunes dando entrevistas a los medios de comunicación. Todo ello por un escote criticado por muchos por prominente y poco adecuado para la situación, aunque alabado por otros. La modelo lucía un vestido blanco muy ajustado, con una abertura en la espalda y largo hasta los pies, y con un escote en el frente.
Esta prenda llevó al propio Instituto Federal Electoral (IFE), encargado de organizar el primer debate entre los cuatro candidatos presidenciales de cara a los comicios del 1 de julio, a emitir un comunicado para pedir perdón por el "desacierto de producción asociado a la vestimenta" de la asistente. El IFE "ofrece una disculpa a la ciudadanía y a la candidata (Josefina Vázquez Mota) y a los candidatos a la Presidencia" Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri, dice la nota oficial del organismo electoral.
Según esta modelo de origen argentino, pero "de corazón mexicano", fue ella misma la que eligió el vestido y en ningún momento recibió ningún tipo de crítica ni de advertencia antes de salir a escena. Su contratación fue realizada por la empresa productora designada para la realización del debate televisado, que también pidió perdón por no supervisar el atuendo, dada "la locura" del momento.
Orayen aseguró en una entrevista que en ningún momento pensó que el vestido fuera inapropiado y que tenía demasiadas preocupaciones esa noche para pensarlo, ya que sufrió una intoxicación alimenticia y tuvo que recibir medicinas inyectadas. El vestido y las críticas suscitadas hicieron que pronto las redes sociales se llenaran de mensajes aludiendo al escote; Orayen inundó Twitter y Facebook, en donde sus perfiles se multiplicaron.
La joven sigue defendiendo la inocencia de su decisión estética y asegura que no ve inapropiado su atuendo, un vestido que le gusta mucho, pese a que "sí se abrió bastante". "Se me veía bien, creo que no le queda duda a nadie", comentó y añadió: "En un lugar así, lo que te pongas va a ser criticado, de lo que me hubiera puesto, algo hubieran dicho". "Para mí no es desde ningún punto de vista denigrante para la mujer", afirmó la modelo, quien negó que alguien la enviara al debate electoral "para desviar la atención".
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