Este artículo se publicó hace 13 años.
El fanatismo trunca la vida de un joven marroquí en Tánger
Un islamista extraditado desde España en 2007 asesina a un estudiante en un conocido café
A Hassan Ziani le gustaba el café Hafa porque, en la época dorada de Tánger, artistas y escritores recalaron en ese lugar de bellísimas vistas sobre el Estrecho de Gibraltar. Aficionado a la literatura y a la fotografía, lo consideraba "un lugar especial", relataba este viernes por teléfono desde Rabat su hermano Ali.
El joven, de 25 años, al que sólo le faltaba un mes para completar sus estudios de traducción de español, no podía imaginar que el Hafa sería el escenario de su muerte. El pasado 15 de abril, Abdellatif Zahraoui, un islamista que en 2010 salió de la cárcel tras cumplir su condena en Marruecos, acuchilló a Hassan por la espalda. Zahraoui había sido extraditado en 2007 desde España, donde fue detenido por pertenecer a una célula terrorista en Catalunya.
"Estábamos sentados con un grupo de amigos tomando un café y pasándolo bien, cuando un hombre que me dio mala espina se sentó a nuestro lado", explica Laura, una española de 22 años que estudiaba con Hassan en la escuela superior Rey Fahd de Tánger.
Mientras sus amigos pagaban, Hassan y Laura se quedaron charlando: "De repente a Hassan le cambió la cara y me dijo Me han apuñalado'; entonces vi el brazo del asesino, cubierto de sangre, que sostenía un gran puñal". A pesar de estar herido, el joven cogió a su amiga del brazo para ayudarla a abandonar el café.
"Al salir, Hassan me dijo que se estaba mareando y se cayó. Entonces vi que toda la calle estaba llena de sangre. Hice lo que pude para parar la hemorragia hasta que llegó la ambulancia, una media hora que me pareció una eternidad. Mientras, la gente salía gritando del café pues el loco seguía dentro", recuerda Laura.
Hassan prácticamente murió en sus brazos. El joven expiró al poco de ingresar en el hospital. "Era una persona demasiado buena para que le pasara esto. Hassan era un chico abierto, optimista y muy tolerante", lamenta Laura. Otros dos amigos del joven resultaron heridos leves en el ataque.
Los padres y los tres hermanos de Hassan están destrozados. Su hermano Ali explica que la familia piensa que el fanático quizás creyó que Hassan era español al oírle hablar en esa lengua, que dominaba. Ali supone que el islamista Zahraoui "odiaba a los españoles".
El dolor de la familia se ve acrecentado porque el asesino logró huir y sigue libre. También por la deficiente atención médica que, aseguran, recibió Hassan: "A mi hermano ni siquiera le hicieron una transfusión de camino al hospital. En la ambulancia sólo le pusieron oxígeno; si hubiera sido hijo de uno de esos ladrones del Gobierno le hubieran trasladado en helicóptero".
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