Público
Público

Francisco, mediador entre el Gobierno y la Iglesia en Italia en plena controversia por las misas durante la desescalada

La práctica religiosa, inevitablemente, implica acercamiento y contacto humano, el contexto perfecto para la propagación del coronavirus. La Conferencia Episcopal Italiana (CEI), sin embargo, ha reaccionado duramente ante la negativa del Gobierno transalpino de Giuseppe Conte de permitir la apertura de sus iglesias; apelando a una falta de "libertad de culto". Jorge Mario Bergoglio, finalmente, ha tenido que intervenir para que el Estado y la Iglesia italiana suavizaran sus posturas.

El papa pide unidad a los gobernantes para superar la pandemia del coronavirus
El papa pide unidad a los gobernantes para superar la pandemia del coronavirus.- EFE

MANUEL TORI

¿Evitar la reunión de fieles en las iglesias o retomar las misas con medidas de protección contra el coronavirus? La decisión no es fácil: en el primer caso, hay mayores probabilidades de protección frente a la Covid-19, en la medida en que cuantos menos contactos, mejor. En el segundo caso, sin embargo, prevalecería una solución intermedia en la que poder retomar las actividades de culto; lo cual puede favorecer, sin embargo, un nuevo repunte de contagios. Aunque todos los fieles lleven mascarillas y guantes. La práctica religiosa, inevitablemente, implica acercamiento y contacto humano, el contexto perfecto para la propagación de un virus. El debate está creando cierta controversia en Italia, hasta el punto que ha tenido que intervenir incluso el Santo Padre, Jorge Mario Bergoglio. Hacía mucho tiempo que la Iglesia italiana, de forma más o menos compacta, no reaccionaba tan duramente contra el Gobierno del país.

El Papa Francisco está mediando entre el Gobierno y los obispos en la controversia acerca de cuándo y cómo permitir la celebración de misas en los templos en Italia. Para el Ejecutivo del primer ministro transalpino, Giuseppe Conte, se trata de una cuestión de seguridad sanitaria; para la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) está en juego la "libertad de culto". En la actual crisis del coronavirus no sólo es difícil encontrar el término medio entre seguridad y libertad individuales, sino también cómo y cuándo aplicarlo. Para ello, el Santo Padre ha tenido que actuar como elemento pacificador entre ambas partes, con el objetivo de suavizar las posturas y rebajar la tensión.

El Papa está mediando entre Gobierno y obispos en la controversia acerca de cuándo y cómo permitir la celebración de misas

El jefe del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, es un firme partidario de una desescalada prudente, lo más progresiva y paulatina posible: también en el ámbito religioso. Por eso, en el decreto ley que confirma, a partir de este lunes, el desconfinamiento italiano, aprobado la semana pasada, no se especificó, de forma concreta cómo sería la vuelta a las iglesias: "En lo que se refiere a las ceremonias religiosas, estarán permitidos los funerales, a los que podrán asistir familiares de primer y segundo grado, por un total de 15 personas", explica la presidencia del Gobierno italiano a través de su página web oficial.

La cuestión de las misas, sin embargo, quedó abierta para futuras decisiones: "En los próximos días se estudiará un protocolo que permita lo antes posible la participación de los feligreses en las celebraciones litúrgicas en condiciones de máxima seguridad". Las reservas del presidente Conte acerca de la reapertura de las iglesias de inmediato, asegura el premier, nacen de las dudas del comité científico que lo asesora en la gestión de la crisis del coronavirus y que considera algo prematuro permitir las celebraciones de misas. En la decisión del Ejecutivo italiano, así pues, ha prevalecido la perspectiva sanitaria del problema. Todo ello, no obstante es bien conocido que el presidente Conte, además de ser un religioso practicante, su formación es de "izquierda, dentro del catolicismo democrático".

La discusión técnica, a lo largo de esta semana, se ha convertido en una controversia política. De hecho, la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) ha reaccionado duramente a la toma de tiempo por parte del premier Conte, asegurando que la imposibilidad de una vuelta a las iglesias, aunque sea siguiendo las medidas de seguridad y protección, incide en la "libertad de culto", unas palabras muy duras que estos días han dificultado las conversaciones entre el Gobierno transalpino y la Conferencia Episcopal del país.

"Hay una diferencia de trato inaceptable si los museos pueden abrir y las misas están prohibidas", aseguró estos días el cardenal Angelo Bagnasco

Los obispos italianos, han lamentado en diferentes ocasiones esta semana que es "injusto", dicen, que previsiblemente "los museos y las galerías abran el 18 de mayo" y no se puedan celebrar misas: "Hay una diferencia de trato inaceptable si los museos pueden abrir y las misas están prohibidas", aseguró estos días el cardenal Angelo Bagnasco, actual presidente de los obispos europeos y ex jefe de la CEI durante una década. Pero los epidemiólogos explican por qué resulta comprometedor permitir más pronto que tarde la celebración de misas: "Las iglesias son visitadas sobre todo por las personas mayores, que son las que tenemos que proteger", detalló el virólogo Pier Luigi Lopalco en la televisión italiana. Y pone un ejemplo: "Si una iglesia está concurrida, participar en una celebración religiosa y volver a casa es como ir al estadio".

El problema ha ido incluso más allá de lo político, ya que dentro del mundo católico italiano se ha mencionado la idea de que incluso se podría estar infringiendo el Concordato entre Italia y Vaticano de 1984: "El Estado y la Iglesia Católica son independientes y soberanos dentro de su propio orden", asegura Bagnasco haciendo más hincapié en los "deseos espirituales" más que en la seguridad sanitaria de las mismas. Otras comunidades religiosas presentes en Italia, como las musulmanas o evangélicas, también han lamentado la "insensibilidad" del Gobierno italiano en relación a sus fieles. Los representantes de los judíos italianos, sin embargo, tal como recuerda el diario Il Fatto Quotidiano, aseguran querer respetar el decreto "escrupulosamente" y "evitando alimentar las polémicas".

Según apuntó esta semana el conocido periódico italiano La Repubblica, la postura crítica de los religiosos transalpinos acerca las misas es "hija también del apoyo del Vaticano a través de la Secretaría de Estado", el ministerio de Exteriores de la Santa Sede, "y ha logrado unir progresistas y conservadores, opositores de Francisco y sus partidarios más fieles". La situación, a mediados de esta semana, apuntaba a una difícil reconciliación entre Estado e Iglesia italiana.

En esta situación, finalmente, tuvo que intervenir el Papa Francisco para pacificar el clima de controversia. Según se aprende a partir de los análisis de los mayores vaticanistas de la prensa italiana, una parte del episcopado del país ha estado presionando el Ejecutivo transalpino, a conciencia, para desbloquear la situación ante el hecho de que Conte, por el momento, tuviera previsto ampliar la prohibición de celebrar misas en el territorio con forma de bota. ¿Cuál ha sido la solución promovida por el Santo Padre? Finalmente, el término medio.

La situación, a mediados de esta semana, apuntaba a una difícil reconciliación entre Estado e Iglesia italiana

Jorge Mario Bergoglio está mediando para que se llegue a un punto en común, es decir, donde todos ganen: que los católicos puedan ir a misa, como piden los obispos; y que lo hagan en condiciones de máxima seguridad, como exige el Gobierno italiano. Según algunas indiscreciones periodísticas mencionadas por el célebre diario transalpino Corriere della Sera, este lunes hubo una conversación telefónica entre el presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte y el Papa Francisco; que permitió desenredar la situación gracias a la intermediación pacífica del Santo Padre.

¿Se podrá o no ir a misa en Italia? Según lo que informan los principales medios del país, como el conocido diario católico Avvenire, es posible que el próximo 11 de mayo se puedan retomar las celebraciones litúrgicas, pero al aire libre. Si todo se mantuviera tal cual, entonces el próximo 25 de mayo los feligreses transalpinos podrían volver a rezar en el interior de los templos del país, pero siguiendo todas las medidas de seguridad y protección que se aplicarán en todos los contextos durante la totalidad del desconfinamiento italiano que arrancará este lunes. Eso sí, en el caso de poder entrar de nuevo a las iglesias, los italianos no podrán hacerlo como antes de la alerta por el coronavirus: tendrán que usar mascarillas, guantes; y deberán respetar la distancia interpersonal. Como medida añadida, además, los fieles no podrán realizar el saludo de la paz.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional