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El G7 se prepara para establecer cortafuegos internacionales para el comercio de diamantes rusos

El encuentro que se celebra en Hiroshima pone a China en el punto de mira. Las principales potencias económicas buscan el difícil equilibrio de más diálogo, pero menos dependencias con Pekín.

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El Museo y Parque de la Paz de Hiroshima (oeste de Japón), donde desde este viernes se celebra la cumbre del G7. — Edurne Morillo / EFE

bruselas, Actualizado:

Los líderes del G7 se dan cita desde el viernes hasta el domingo para celebrar la cumbre número 48 de su historia. Lo harán en la ciudad japonesa de Hiroshima con una agenda que vuelve a fijar su plato principal en el apoyo a Ucrania y en una mayor presión y aislamiento de Rusia. El país de Vladimir Putin formó parte del foro económico hasta la invasión de Crimea en 2014. Ahora, por primera vez, las principales potencias económicas se disponen a estrechar el cerco sobre los diamantes rusos, una medida que habían esquivado durante los ya quince meses de guerra.

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Tras el veto al petróleo ruso, el G7, formado por EEUU, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Japón, pone los diamantes rusos en la picota. Fuentes europeas confirman que la intención de los líderes es dibujar una estrategia para bloquear el comercio de Rusia con estas piedras preciosas. Para Occidente, suponen una de las grandes vías de financiación del Kremlin para la guerra en Ucrania. EEUU ya ha impuesto sanciones contra Alrosa, una de las compañías de diamantes más grandes del mundo y dueña del 90% de la producción en Rusia. La UE importó en 2022 diamantes rusos por valor de 1.500 millones de euros. A pesar de las propuestas de países como Polonia y de la presión de Ucrania, en la UE este movimiento ha sido imposible de canalizar debido al veto de Bélgica.

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La importación y exportación de este caro y cotizado mineral es una de las principales actividades económicas de Bélgica. De hecho, la ciudad belga de Amberes es uno de los centros de comercio de diamantes más importantes del mundo. Con cinco siglos como corazón del diamante a sus espaldas, la villa acoge a más de 1.500 empresas del sector, que movilizan cientos de millones diarios. "No más compras en Milán, no más fiestas en Saint-Tropez, ni diamantes en Amberes", tuiteó Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, pocos días después del inicio de la guerra. Pero 15 meses después y tras sancionar el oro, el vodka, el petróleo o la tecnología, los diamantes continúan fuera del órdago punitivo de Bruselas.

Por ello, la intención del G7 en la doble jornada en Japón es dibujar la base que permita hacer un seguimiento al comercio global de estos diamantes, un sector que opera con mucha opacidad. No se espera un acuerdo para sancionarlos, sino una hoja de ruta para seguir su trazabilidad. "En los próximos meses los diamantes rusos serán un tema importante. Necesitamos reducir sus exportaciones", aseguran fuentes europeas.

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En este sentido, una labor importante será alinear y convencer a países como India, que tienen una potente industria de estas piedras. Bajo las condiciones actuales, los comerciantes europeos podrían ir a capitales como Nueva Delhi a adquirir los diamantes rusos sorteando así las sanciones internacionales. Además, los pulidos en otros lugares se clasifican en el país donde han sido transformados. Y todo ello puede cambiar ahora.

El plan preliminar del G7 pasa por crear un mecanismo de rastreo de estas piedras, que en su etiquetado carecen de la información sobre su origen y, por lo tanto, suponen un dolor de cabeza para las aduanas. También están sobre la mesa otras iniciativas que pasan por utilizar la tecnología para conocer la procedencia de estas piedras analizando sus cualidades. El objetivo es que Bélgica se sienta cómoda con estas salvaguardas iniciales que garanticen que las piedras no van a otros mercados y así, finalmente, acabe cediendo para que la UE aplique sanciones completas.

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La obsesión actual de los europeos en materia de medidas restrictivas es cerrar las lagunas que permiten incumplirlas. Este es el núcleo del nuevo paquete de sanciones que prepara Bruselas, el número 11 desde el inicio de la invasión. Pero Hungría lo está bloqueando porque Ucrania ha incluido a su banco OTP en la lista de patrocinadores del terrorismo.

La guía del G7 en tres temas calientes: China

Durante las últimas cumbres de este foro, el gigante asiático había sobrevolado en la atmósfera. Pero en esta ocasión es uno de los grandes protagonistas. Los siete líderes buscarán un equilibrio entre confrontar directamente a China con contundencia en temas que los dividen, como el comercio o los derechos humanos, y al mismo tiempo evitar quemar puentes estableciendo líneas de diálogo en materias como el clima. Es el palo y la zanahoria. O como lo definen en Bruselas: derisking, pero no decoupling. Disminuir el riesgo de choque sin desacoplar.

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En la capital comunitaria celebran que esta sea la línea que se esté imponiendo, más alejada de la mano dura sin alternativa que desde hace años promulga Estados Unidos. "Vemos que en Washington están adoptando nuestra visión sobre China: rival, socio y competidor", afirman otras fuentes, que inciden en la necesidad de continuar dialogando con Pekín para abordar los desafíos de la inseguridad económica tras las últimas sacudidas de la pandemia y la guerra, las disrupciones en la cadena de suministro o la escasez creciente de materias primas. El centro del debate del G7 sobre China pasará precisamente por reducir las dependencias con productos clave, como las materias raras o la tecnología. El reto en este aspecto será mantener la unidad, porque el G7 está menos unida sobre qué hacer con China que sobre Rusia. Y la cacofonía de voces europeas en torno a Pekín durante las últimas semanas es una buena muestra de ello.

Nuclear

En lo que sí coinciden todos es en la necesidad de aunar fuerzas para evitar la proliferación nuclear. Este será de hecho uno de los temas a debate. Y el lugar no puede ser más simbólico. 78 años atrás, Estados Unidos arrojó el arma atómica Little Boy asolando la ciudad y matando a más de 70.000 personas. Uno de los temores actuales es el potencial riesgo de una guerra nuclear con epicentro en Ucrania. Todos los bandos la han descartado. Pero el mundo cuenta con unas 12.500 ojivas nucleares y con menos acuerdos de cooperación y supervisión, como muestra la suspensión del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Nucleares entre Rusia y Estados Unidos, las dos superpotencias nucleares del mundo.

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Guerra en Ucrania

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acudirá a la cita de manera presencial. Así lo confirmó el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania (NSDC), Oleksii Danilov en el medio ucraniano Ukrainska Pravda: "Allí (en Japón) se decidirán cosas muy importantes, por lo que la presencia física de nuestro presidente es absolutamente importante para defender nuestros intereses". Con su asistencia, Zelenski aumenta la presión sobre Rusia en una ciudad que fue testigo de los horrores de las armas nucleares.

A pesar de las palabras de Danilov, no se esperan grandes sorpresas sobre ayuda fresca a Ucrania. Occidente ha reiterado su no a la demanda de Kiev sobre los cazas F-16. Y Zelenski llega a Japón después de una gira europea donde ya ha aglutinado importantes paquetes de apoyo militar como los proporcionados por Berlín, Londres y París. Uno de los grandes desafíos futuros de los aliados es mantener el ritmo de apoyo financiero y económico ante una guerra que se anticipa larga.

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Sobre la cita sobrevuela también la idea de comenzar a preparar la base para poner en marcha una cumbre internacional para la paz, pero fuentes comunitarias le quitan peso porque creen que "todavía es pronto para hablar de ello". La UE continúa rechazando las iniciativas diplomáticas planteadas por Brasil o China y mantiene que la única base aceptable por el momento es el plan ucraniano de diez puntos. "Nada sobre Ucrania sin Ucrania", resumen las mismas.

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