Este artículo se publicó hace 14 años.
Guerra abierta entre clanes en el desierto de Mali
Secuestran a un conocido mediador en la zona en la que pueden estar retenidos los cooperantes españoles
El ambiente está cada vez más enrarecido en el norte de Mali, donde el creciente enfrentamiento entre clanes está poniendo al Gobierno en aprietos. Al ataque contra una patrulla del ejército con varios muertos en Abéïbara o el tiroteo entre bandas de traficantes a principios de año en el norte, ahora se suma el secuestro el pasado viernes del patriarca de los Kounta y alcalde de Anefis, Baba Ould Sidi Almoctar Kounta, de 88 años, un respetado líder tribal que ha mediado en el pasado junto con los Tuareg en la liberación de rehenes occidentales de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) según varios medios locales, que apuntan a los narcotraficantes como responsables del secuestro.
El clan de los Kounta controla históricamente la región de Kidal, en el norte del país y en pleno desierto del Sahel, donde se ocultan los terroristas que mantienen retenidos a los tres cooperantes españoles secuestrados el pasado mes de noviembre en el vecino Mauritania cuando participaban en la caravana de la ONG catalana Acció Solidaria. A punto de cumplir dos meses de cautiverio, apenas hay noticias de Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, de los que sólo se ha tenido noticias a través de un vídeo que no ha trascendido y en el que aparecen en buen estado de salud. AQMI tiene en su poder igualmente a dos turistas italianos, Sergio Cicala y su esposa Filomena Kabouree, además del francés francés Pierre Camate, al que han amenazado con asesinar si el próximo día 31 de enero el Gobierno maliense no libera a varios presos terroristas.
Detrás del secuestro de Kounta hay un asunto de ajuste de cuentas entre clanes en el tráfico de drogas en la zona del Sahel, según Alabass Ag Intallah, diputado de Kidal por su partido Unión por Mali (RPM en sus siglas en francés). La guerra entre clanes hace de esta zona un lugar cada vez más ingobernable y peligroso, donde la seguridad se está degradando rápidamente y donde el Ministerio de Exteriores español recomienda no viajar. Según la página web del ministerio, "el riesgo de secuestro de occidentales se estima muy elevado en las regiones de Tombouctou, Gao y Kidal", por lo que desaconseja totalmente cualquier viaje a la zona y se insta a los españoles que se encuentren en estas tres regiones a abandonarlas y desplazarse a la capital Bamako. Sin embargo, según ha podido comprobar Público, todavía hay numerosos turistas españoles y occidentales que siguen viajando al norte a pesar del elevado riesgo.
El tránsito de cocaína es una de las muchas actividades delictivas que se desarrollan en el desierto del Sahel, un inmenso territorio al que los locales ya llaman el paraíso del "gansterrorismo", un lugar inhóspito e inaccesible que va del mar rojo hasta el océano Atlántico y que por sus condiciones extremas de vida ofrece el abrigo perfecto a traficantes de armas, mafias de inmigración ilegal con destino Europa y a terroristas argelinos que operan bajo las órdenes de Al Qaeda, que han atravesado fronteras y practican el cada vez más lucrativo negocio de los secuestros de occidentales con los que han ganado más de 10 millones de euros en estos últimos años, según explicó a Público el ex ministro de defensa maliense, Soumeylou Boubeye Maïga.
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