Este artículo se publicó hace 2 años.
La guerra rusa de la que nadie habla contra los lobos en Siberia
Manadas de 400 ejemplares asediando pueblos en Yakutia o niños a los que se prohíbe ir a la escuela. Entre 2018 y 2020 hubo 712 ataques de lobos a humanos. En respuesta, miles de cánidos salvajes son abatidos cada año.
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Circulaba a mediados de este mes en Rusia un vídeo grabado por una cámara de vigilancia donde se aprecia a un perro plantado sobre la nieve, no lejos de la empalizada de una granja. Se trata del remoto asentamiento de Novotroitskoe, la clase de lugar a donde no llegarías ni aunque te perdieras mil veces en Siberia.
El animal rompe a correr cuando en el plano irrumpe una imponente loba de cuatro veces su tamaño que trata de cortarle el paso. El perro de la imagen consigue zafarse, pero otros tuvieron menos suerte. Antes que él, al menos dos perros de la población murieron degollados y varios fueron heridos, entre ellos un cachorro y también un caballo.
La loba va a por todas y se dirige hacia una silueta oscura. La pésima calidad del vídeo permite adivinar la figura de un hombre. Hay una especie de fogonazo y algo parecido a una lucha alborotada, cuerpo a cuerpo, entre la furibunda loba y un granjero no menos desatado que desea vengar la muerte de los perros y también salvar su vida.
¡La mató con sus propias manos, estrangulándola, y luego posó con ella en una foto! Y por si alguien tiene dudas, el campesino aclaró después que aquellos fogonazos no eran disparos, extremo que se confirmó tras examinar el cadáver del cánido.
A juzgar por la imagen y el modo en que lo sostiene, era un animal soberbio que podría superar los 40 kilos. En el noreste de Rusia, se ha documentado la presencia de machos de hasta cien y enormes manadas de centenares de ejemplares vagando por la taiga. No hay nada que un humano sin armas pueda hacer contra un puñado de ellos.
Los ataques suelen producirse en circunstancias que se están convirtiendo en recurrentes. Y una de las grandes razones es la injerencia humana en los viejos dominios de uno de los más bellos, nobles y perseguidos animales del planeta: el lobo. Más en concreto, el lobo de la tundra o canis lupus albus.
Entre los contenidos de los diarios del remoto este de Rusia y, en general, de casi todas las áreas rurales del país, menudean las crónicas de ataques, no ya contra animales domésticos, sino contra los humanos. Y con cada herida, con cada muerte y con cada eco distante de una razia lobuna se retroalimenta el miedo atávico al lobo. Y, a menudo también, el odio a esos imponentes cánidos salvajes de los que cada vez sabemos más, sin que eso atempere nuestros prejuicios. Cierto es que también hay una amplia corriente de solidaridad hacia los caídos entre los rusos.
En el Óblast Judío
El asentamiento de Novotrotskoie se halla en el Óblast Autónoma Judío, no muy lejos de la frontera china y de la población de Leninski. Se denomina de ese modo la región debido a un disparatado plan de las autoridades comunistas concebido durante la década de los 20 para concentrar a la población judía del país en Siberia (lo habían intentado ya antes en Crimea).
Fue una especie de proyecto fallido para crear un Israel no muy lejos de la ribera del Usuri, donde Arseniev halló al nativo Dersu Uzalá, inmortalizado por Akira Kurosawa en su soberbia película. Apenas lo habitan 200.000 personas, de las cuales los hebreos no llegan ni a 2.000 hoy en día. Es la clase de lugar caracterizado por fríos formidables donde los lobos todavía reinan en tenebrosos e ignotos bosques. Mientras escribimos esto, la temperatura en Leninski es de 31 grados bajo cero y la sensación térmica, de -37º.
¿Qué alentó entonces a esa loba a atacar una granja? Los hechos descritos acaecieron la madrugada del 2 al 3 de enero. Un día después, el jefe adjunto del Departamento para la Protección y el Uso de Objetos de Vida Silvestre del Gobierno regional, Konstantin Loshchilov, aseguraba que desde el pasado mes de noviembre se habían registrado ya otras razias de lobos en los asentamientos de Leninski. Como norma general, los depredadores se conforman con asesinar animales domésticos, pero según decía Loschilov, en uno de los ataques un lobo agredió a un humano.
Infectada de rabia
Con la esperanza de averiguar las causas precisas de lo ocurrido, las autoridades enviaron al día siguiente un equipo de veterinarios del distrito, que tomó muestras de la cabeza para efectuar una autopsia en el laboratorio del Ussuri. "Eso no es la conducta habitual de un animal salvaje", decía Loschilov. "Las causas más probables de lo que ocurren son la ausencia de alimento en su hábitat, la rabia o una combinación de ambas cosas". Puede darse también el caso de que actúen de ese modo los lobos solitarios y hambrientos que han sido expulsados de la manada. Y en efecto, acertó.
La veterinaria local animó a los vecinos de los asentamientos a que abatieran lobos en sus salidas
Tan solo unos días después, la jefa del departamento veterinario del Óblast Autónomo Judío, Galina Dzyuba, confirmaba que la loba tenía rabia, lo que obligó a vacunar al granjero que luchó con ella y que resultó también alcanzado por los colmillos del cánido en el fragor de la pelea.
Hubo también de rastrearse a los perros heridos y el resto de animales. Bóvidos, équidos, ganado porcino, gatos y perros fueron vacunados antes incluso de que se confirmara la presencia del virus. La veterinaria animó también a los vecinos de los asentamientos a que abatieran lobos en sus salidas o que salieran deliberadamente a por ellos, invitación que los lugareños han aceptado de buen gusto.
Hace 14 días mataron un ejemplar cerca de Slonovka, no muy lejos de la ciudad ucraniana de Járkiv, donde las tropas de Kiev y los paramilitares se preparan estos días para la eventualidad de un ataque de Putin. En todo el territorio ruso, existen partidas de cazadores profesionales dedicadas a "diezmar alimañas". El jefe de los escopeteros del distrito de Sharlyksky, Yevgeny Ryakhovskikh, aseguró hace dos semanas tras matar al animal: "El lobo suele ocultarse pero puede atacar a las personas cuando se halla hambriento. Durante la guerra, hubo personas devoradas junto con sus botas de fieltro".
Peste porcina y hambruna de depredadores
Las autoridades rusas llevan trabajando desde 2020 en la vacunación activa de miles de animales salvajes para erradicar la rabia. La ulterior investigación realizada por Dzyuba sobre lo ocurrido en Novotrotskoye confirmó las sospechas de los aldeanos con un dato relevante que explica no solo ese ataque, sino los que se han registrado desde noviembre en otros asentamientos como Kuldur, Bashmak y el pueblo de Smidovich.
Una epidemia ha diezmado a los jabalíes de la región, principal alimento de los lobos
Una epidemia de peste porcina ha diezmado los jabalíes de la región, de los que los lobos obtienen al menos la mitad de su alimento. Ello les había obligado a volverse más osados. Pero todavía hay algo más: el ritmo desenfrenado con el que se talan bosques y se desforestan enormes superficies de la taiga está despojando a esas respetables criaturas de sus últimos refugios. Otros muchos animales lo sufren igualmente, y entre ellos, el tigre de Amur, presente también en la región.
Por norma general, las docenas, quizá cientos, de informaciones que publica la prensa rusa, china, kazaja o ucraniana sobre los ataques de animales suelen ensañarse con esas criaturas salvajes. Casi siempre claman por sus cabezas, sin entrar siempre a analizar las razones profundas por las qué han empezado a atacar al más pernicioso, arrogante y letal de los seres que habita este planeta, los humanos.
Los habitantes del asentamiento de Novotrotskoye sospechan que, no solo los lobos, sino muchos de los carnívoros que merodean por los bosques están también enfermos por la rabia, lo que explica igualmente, en combinación con la ausencia de alimento, sus conductas erráticas o el hecho de que se hayan dado casos de agresiones a humanos incluso de zorros y, por supuesto, de perros cimarrones.
"Los bosques fueron quemados y talados, así que [los lobos] no tienen nada para comer", reconocen los aldeanos
El digital ruso East to West logró hablar con alguno de los aldeanos de Novotrotksoye que presenciaron o sufrieron el ataque. Tampoco sus conjeturas anduvieron lejos de la realidad. Algunos se mostraban incluso comprensivos con la joven loba estrangulada por un humano.
"Los bosques fueron quemados y talados, así que no tienen nada para comer. Esto es lo que tienen que hacer para alimentar a sus familias", aseguraba uno de los pobladores.
En la misma línea, otro decía: "Tienen hambre, así que salen del bosque. Los jabalíes han muerto en los valles de toda la región debido a la plaga, así que no ha quedado nada para los lobos. Ahora hay manadas en Smidy y en todo el territorio circundante. También el oso camina nuevamente cerca del pueblo durante el otoño".
Entre los muchos comentarios que acompañaban a las informaciones acerca de lo acaecido, alguien incluía un ruego: "Esos lobos hijos de puta harían mejor en atacar a los burócratas. Hay muchos y no los necesitamos".
Miedo atávico
No es comprensión, no obstante, lo que habitualmente rodea al lobo. Aunque son muchos los rusos que han criticado al granjero que asesinó a la joven loba.
El año pasado, unos salvajes divulgaron un vídeo, también grabado en Rusia, donde encañonaban a un bellísimo lobo blanco que previamente habían atropellado con una moto de nieve. Los bárbaros introducían el arma en la boca ensangrentada del aterrorizado animal hasta causarle la muerte, lo que suscitó en el país una oleada de desaprobación popular.
En marzo del pasado año, otra de esas partidas de cazadores comisionadas para asesinar "alimañas" arrinconó una manada de lobos que destrozó a un perro guardián cerca de Krasnovishersk y fue eliminada a disparos en la comarca de Perm.
En el territorio de Perm mataron 112 lobos en los tres primeros meses del pasado año
El hombre y el lobo siguen todavía en guerra en Rusia, y esta es la clase de conflicto cuyo perdedor se conoce siempre de antemano. En cada una de las distintas regiones que componen ese vasto y fascinante país, los Gobiernos regulan anualmente el número de animales que pueden abatirse y expiden permisos a los cazadores para que puedan matar lobos tanto durante la temporada cinegética como durante la veda.
En el antes mencionado territorio de Perm mataron 112 en los tres primeros meses del pasado año. Muchos miles más son cazados cada año en el país de Putin. En 2001 y 2002, por ejemplo, más de diez mil animales fueron asesinados mediante diferentes métodos. Entre otros, cebos envenenados y lazos prohibidos.
Primas de 300 euros por pieza abatida
Actualmente, la prima por abatir un ejemplar alcanza en ciertas zonas hasta los 30.000 rublos, unos 300 euros. Para obtener ese dinero, basta con que el cazador lleve la piel hasta una agencia forestal e informe del área donde efectuó el disparo.
Se estima que la población de lobos ronda los 50.000 ejemplares
La propia Agencia Tass advertía en un titular de una crónica publicada en 2017: "No entres en el bosque: la población de lobos en Rusia ha alcanzado proporciones alarmantes". Los daños estimados que, a su juicio, causa la superpoblación de cánidos salvajes al país oscilan entre los 11.000 y 12.000 millones de rublos (algo menos de 140 millones de euros). Algunos elevan esa cifra hasta los 16.000 millones (algo más de 184 millones de euros).
La población total de lobos se estima en unos 50.000 ejemplares, una cifra mayor a la que existía tras el final de lo que los rusos llaman la Gran Guerra Patriótica. Solo en 2020 se registraron 210 casos de ataques de lobos a personas y más de 23.000 a mascotas. Entre 2018 y 2020 se produjeron 712 casos de ataques de lobos a humanos y 93.865 casos de ataques a animales de granja.
Las situaciones documentadas a lo largo de los años son a menudo extraordinarias. Hace ahora 12 años, una súpermanada de 400 lobos mató treinta caballos y se dirigió después a una aldea situada en el distrito de Verkhoyansk, lo que obligó a tomar refugio a sus vecinos. En 2016, los niños del pueblo de Verkhniy Nugush no pudieron acudir a clase debido a las frecuentes razias que efectuaban los lobos.
Hace ahora diez días, medios rusos informaron de que otra manada de lobos tenía un pueblo entero bajo asedio en Gverzdon, en la región de Pskov. Dada la magnitud épica de la contienda que sostienen los humanos y los lobos, no es de extrañar que no sea la primera vez que un ruso mata a un lobo con sus manos. En abril del año pasado, otro campesino estranguló delante de su esposa a un macho rabioso en Borisoglebsk. Sucesos semejantes se han registrado en Georgia o Kazajistán, solo que nadie hasta la fecha había grabado en vídeo la irrupción del animal.
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