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El Estado Islámico
busca nuevo líder

Se multiplican las informaciones que señalan que el califa Ibrahim ha muerto o está incapacitado para gobernar. Incluso ya se indica que habría sido sustituido por Abu Alaa Afri, un islamista que anteriormente fue profesor de Física

Abu Bakr al Bagdadi en un vídeo fechado en julio de 2014. - REUTERS

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.- Distintas informaciones que tienen su origen principal en Irak señalan que el califa Ibrahim del Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, habría muerto o se encontraría herido de mucha gravedad y en una situación de ‘muerte clínica’ desde mediados de marzo.

La primera noticia al respecto la publicó la agencia Al yawm al thamen (El octavo día), que atribuye a fuentes de la inteligencia iraquí que el califa Ibrahim resultó herido de gravedad el 18 de marzo y que doctores israelíes que lo han atendido en el Golán sirio ocupado han confirmado su "muerte clínica".

La información, que no ha recibido confirmación oficial por parte del EI, puede parecer extraña. Sin embargo se da la circunstancia de que Israel ha atendido a numerosos yihadistas de Siria, también del Frente al Nusra (Al Qaeda), en los últimos años y las relaciones entre Israel y los yihadistas que combaten al régimen del presidente Bashar al Asad son constantes e incluso han sido registradas por las Naciones Unidas en un informe elaborado a mediados del año pasado.

Es más, ni el Frente al Nusra ni el Estado Islámico, que han operado y operan activamente junto al Golán ocupado, han tenido nunca ningún incidente con Israel, ni han atacado posiciones israelíes del otro lado de la verja que separa los dos sectores del Golán. Israel tampoco ha atacado sus posiciones en el interior de Siria.

En las últimas semanas se habían publicado noticias en el sentido de que el califa Ibrahim había resultado herido de gravedad, bien en un bombardeo de Estados Unidos en el área de al Baay, bien en la ofensiva de tropas iraquíes y chiíes en la misma provincia de Nínive donde está al Baay, cerca de la frontera con Siria.

El diario The Guardian señaló hace solo unos días que el califa Ibrahim se hallaba en estado muy grave después de un bombardeo de la aviación estadounidense contra la caravana en la que viajaba. Las heridas le habrían afectado a la espina dorsal y le impedirían moverse. Sin embargo, fuentes del Pentágono dijeron que no les constaba esta circunstancia y precisaron que no habían atacado explícitamente al califa del Estado Islámico.

Esta no es la primera vez que se anuncia la muerte de Abu Bakr al Bagdadi. En otras ocasiones, como en noviembre y diciembre últimos, ya se hizo, si bien entonces el Estado Islámico divulgó mensajes de vídeo que mostraban que el líder espiritual y militar del EI seguía con vida. Esta vez, sin embargo, los rumores no han sido acallados con imágenes.

Algunos medios han dado incluso el nombre de su sucesor, Abdul Rahman al Sheiylar, alias Abu Alaa Afri, antiguo profesor de Física y autor de numerosos ensayos de física y de religión, que últimamente era un reputado juez islámico, y que en su momento militó en Al Qaeda de Mesopotamia.

Las actividades yihadistas de Abu Alaa Afri se remontan, como las del califa Ibrahim, a poco después de la invasión americana de Irak de 2003. Según algunos medios, la cúpula del Estado Islámico ya le habría prometido lealtad, aunque no todo el mundo lo habría aceptado como máximo líder, como sería el caso de la rama del Estado Islámico en Siria.

El funcionario iraquí Hisham al Hashimi, consejero del gobierno, ha confirmado a Newsweek que Afri es una figura carismática bien conocida por los militantes islamistas de Irak y Siria que asumirá la jefatura permanente si desaparece definitivamente al Bagdadi y se convertirá en líder del Estado Islámico, aunque no mencionó la palabra califa. Según Newsweek, el califa Ibrahim sigue con vida y se encuentra en el área de Mosul.

Ibrahim nació hace aproximadamente 44 años en Irak y asumió el poder en el Estado Islámico en 2010, convirtiendo a este grupo, que hasta entonces había sido una rama local de al Qaeda, en una entidad propia que elevó luego a la categoría de califato y que ha superado a al Qaeda en cuanto capacidad de convocatoria y operaciones.

Estados Unidos puso a su cabeza el precio de 10 millones de dólares hace cuatro años. Su vida de yihadista se inició inmediatamente después de la invasión americana y solo unos meses después fue detenido por las tropas invasoras. Una vez liberado, Abu Bakr al Bagdadi ascendió rápidamente en la lucha contra los ocupantes. En algunas ocasiones se ha escrito que durante su estancia en el campo de internamiento americano fue captado por la CIA.

En Occidente y en Oriente Próximo se especula acerca de si habrá cambios en la estrategia del Estado Islámico si se confirma la desaparición de Ibrahim. Algunos piensan que su muerte o incapacidad podría dar inicio a una época de inestabilidad dentro de la organización que acabará dividiendo al grupo en distintas facciones.

No obstante, parece claro que de momento la política de Estados Unidos y sus aliados no va a modificarse. Washington mantendrá con toda seguridad la guerra de desgaste que en los últimos meses ha hecho perder al Estado Islámico una parte sustancial de los territorios que conquistó en Irak el año pasado, e incluso de los territorios que ocupaba hasta hace poco en el norte de Siria.

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