A las cinco en punto de la tarde del martes se restableció el servicio de electricidad en el norte de la franja de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, después de dos días de ausencia de energía.

La electricidad llegó a esa hora en algunas zonas pero caída la noche había áreas que no habían recuperado la luz, aunque se esperaba que a lo largo de hoy se normalice la distribución.Durante la jornada de ayer llegaron a la única planta eléctrica de Gaza 16 camiones cisterna con 720 metros cúbicos de combustible que Israel vendió a los palestinos después de que Estados Unidos expresara a Israel su disgusto por haber creado una 'crisis humanitaria'.

'La continuidad del suministro no está garantizada porque no sabemos lo que hará Israel en los próximos días', dijo a Público a última hora el ingeniero Sami Yalal, subdirector de la planta.

El ingeniero aseguró que la UE les ha asegurado que Israel no volverá a cortar el suministro y que los palestinos recibirán los 2,2 millones de litros semanales que necesitan, como ocurría hasta el pasado viernes. Sin embargo, Israel sólo ha prometido que entregará la cantidad necesaria para una semana durante los próximos tres días, pero no se ha comprometido a mantener las entregas regularmente.

Lanzamiento de cohetes

Es muy posible que los israelíes condicionen la entrega al cese del lanzamiento de cohetes Qasam contra las poblaciones del Neguev. Las milicias palestinas dispararon ayer una docena de estos cohetes sin causar daños personales.

Israel acusa a Hamás de haber capitalizado la crisis energética en la franja de Gaza, pero lo cierto es que durante la última semana no se ha dicho ni una palabra de la constante construcción de viviendas para colonos judíos en Cisjordania, que es la madre de todos o casi todos los problemas.

Los palestinos han rechazado una entrega adicional de 70.000 litros de gasolina para los automóviles por considerar que esta cantidad es insuficiente para las necesidades de la franja, donde cada día se ven menos coches circulando.

La Cruz Roja ha hecho un llamamiento a Israel, sin mencionar explícitamente a este país, para que deje entrar artículos y productos de primera necesidad que escasean y cuyos precios se han disparado y son prohibitivos para la mayoría de la población.

'La entrega de bienes humanitarios esenciales debe asegurarse a largo plazo para evitar más dificultades, así como el colapso de una infraestructura que ya es de por sí muy frágil', comentó Dorothea Krimitsas, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja.

La situación empeora día a día y la población de la franja, más de un millón y medio de personas, apenas consiguen sobrevivir en medio del caos económico que ha creado el boicot internacional auspiciado por Israel.