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El líder ceilanés se perpetúa gracias al fin de la guerra

El rival de Rajapaksa lo acusa de fraude en un hotel de Colombo cercado por soldados

ELISA RECHE

El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, lució de nuevo ante sus partidarios la amplia sonrisa que ha prodigado en tantos carteles electorales y espacios televisivos. La Comisión Electoral lo declaró ayer vencedor de los comicios presidenciales con un 57% de los votos frente al 40% logrado por su opositor y antiguo jefe del ejército, el general Sarath Fonseka.

Rajapaksa ha logrado así su objetivo: rentabilizar en las urnas en unos comicios adelantados dos años a su fecha prevista la victoria militar sobre la guerrilla separatista tamil en 2009.

Pero el entusiasmo no era compartido por todos. Fonseka rechazó el resultado y amenazó con acudir a los tribunales después de que tropas ceilanesas rodearan el hotel de lujo en Colombo donde se alojaba, alegando la búsqueda de posibles 'desertores'.

'Le hemos pedido que anule el resultado', denunció el general ante un grupo de periodistas, según Reuters. Por su parte, un portavoz del ejército negó que las tropas intentasen intimidar a Fonseka y justificó el asedio al edificio como una 'medida de protección'.

'Existen serias preocupaciones con el escrutinio de votos en algunos distritos, pero todavía se desconoce la escala precisa', advirtió por teléfono a Público el analista político Paikiasothy Saravanamuttu.

'Existen serias preocupaciones con el escrutinio de votos en algunos distritos'

El cerco de las tropas al hotel donde estaba Fonseka ha sido el colofón a la fuerte tensión que atenazó al país durante la campaña electoral. En los días previos a los comicios, se produjeron cuatro muertes y cientos de episodios violentos que favorecieron al presidente ceilanés.

Rajapaksa, como presidente, y Fonseka, como jefe del ejército, aplastaron a los Tigres Tamiles hace ocho meses, poniendo fin a 26 años de guerra civil. Posteriormente, el general se sintió relegado de la victoria y decidió concurrir a las elecciones.

Los ceilaneses acudieron en masa a las urnas, pero si la media de participación fue del 70%, en las regiones con mayoría tamil, en el noreste no alcanzó el 30%. La minoría étnica favorecía la esperanza de cambio ofrecida por Fonseka. 'El margen de la victoria es demasiado amplio. Además, estoy seguro de que habrá una caza de brujas', escribió en un e-mail el director del diario ceilanés Sunday Leader, Lal Wickrematunge, cuyo hermano fue asesinado por sus críticas al Gobierno.

“Un rebelde con causa”. Así se define el revalidado presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, en su página web. La causa de este veterano político, de etnia cingalesa y budista como la mayoría del país, fue la derrota a sangre y fuego de los Tigres Tamiles el pasado agosto tras 26 años de guerra civil. Para vencerlos, no dudó en recurrir a bombardeos masivos, al encierro de hasta 100.000 civiles en campos durante meses y a tolerar los asesinatos de periodistas críticos con su política de mano dura. Rajapaksa, de 64 años, encara el nuevo mandato con una nueva causa: gobernar la paz de Sri Lanka con los medios y la violencia de su parte, sin ceder a la autonomía que reclaman los tamiles.

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