Este artículo se publicó hace 6 años.
"Modi ha sido terrible para la India"
Con un total de 790 diputados –en la cámara baja son 545, y en la alta otros 245–, el parlamento de la India es el mayor legislativo del mundo. El país se encuentra ahora en pleno proceso electoral, cuya última fase terminará el próximo 23 de mayo con la proclamación del ganador.

Barcelona-
¿De dónde obtiene energía Vijay Prashad (Kolkata, 1951)? A este historiador marxista indio no le faltan ocupaciones: director del Instituto para la Investigación Social Tricontinental, editor de LeftWord Books, autor de 25 libros, colaborador regular en varios medios... Prashad logra sacar tiempo para hablar un momento con Público sobre las elecciones en curso en la India, a las que están llamadas a votar 900 millones de ciudadanos, un proceso que dura semanas para garantizar la seguridad. "Creo que Narendra Modi ha sido terrible para la India", afirma.
"Sus políticas económicas han entregado buena parte de la riqueza social de la India a sus amigos capitalistas, mientras los campesinos han sufrido considerablemente", explica al señalar que hay "cientos" de ejemplos, como la compra de aviones Rafale a Francia "o las multitudinarias protestas de granjeros en toda la India", que permiten "calibrar la profundidad del descontento de las políticas agrícolas de Modi".
"Si las políticas económicas han sido terribles, las políticas sociales han sido criminales", continúa. Entre otros casos, cita cómo "el gobierno de Modi ha permitido que grupos de vigilantes vayan por ahí asesinando a gente en nombre de la religión y la dominación de castas". Para Prashad, estos cuatro años de Modi "han hecho que la sociedad india sea mucho más tóxica". "Nadie con sensibilidad debería obviar estos desarrollos peligrosos" porque "reflejan la monstruosa ideología de RSS [Rastriya Swayamsevak Sangh, organización paramilitar india de ideología nacionalista hindú], una organización emparentada con el Bharatiya Janata Party (BNP)", el partido del primer ministro indio, Narendra Modi.
Vijay Prashad recuerda que "el BJP ganó las elecciones por un estrecho margen", obteniendo "solamente el 31% del voto nacional", por lo que las elecciones han de interpretarse "menos como que el BJP ganó en votos como que la oposición, profundamente dividida, perdió las elecciones". Este año, aclara, "en estados clave como Uttar Pradesh, con una población de 200 millones, la oposición no está completamente unida, pero está lo suficientemente unida como para ser capaz de derrotar al BJP en muchos escaños que ésta ganó sin muchos problemas en 2014". Y esto, agrega, "parece que se repetirá en varios estados clave". "Está claro que el BJP no obtendrá una mayoría en el parlamento", sentencia al agregar que "está por ver si será capaz de formar una mayoría con algunos partidos regionales", por lo que "todo depende de qué resultados obtenga la oposición y si será capaz de mantenerse cohesionada para formar un bloque mayoritario en el próximo parlamento".
Modi: nacionalismo hindú y neoliberalismo
Ahora el debate se basa en "el odio" y una “retórica que culpa a los musulmanes, las castas oprimidas y los vecinos de la India"
Según Prashad, “la India atraviesa una situación tensa”. En 1991, relata, “el gobierno y las élites dirigentes decidieron poner en marcha una agenda para la liberalización de la economía, lo que conocemos como neoliberalismo". Esta agenda, sigue, significó “el fin del apoyo estatal a varios mercados, especialmente el mercado agrícola, y la entrada de capital extranjero en el país”. Además, “la liberalización no tuvo en cuenta en absoluto los problemas fundamentales de la India, uno de los cuales es el hambre y una pobreza aguda". "Tienes que saber que la mitad de la población de la india van a dormir con hambre", apunta, "y esto es un dato proporcionado por la consultora estadounidense McKinsey".
Pero volviendo a 1991, desde entonces “no ha habido prácticamente ningún proyecto para lidiar con el hambre y la pobreza". Sólo durante un período de tiempo “muy breve, desde el año 2004 al 2008, el gobierno indio, con una enorme presión de la izquierda, aprobó leyes importantes para incrementar lo social en la política gubernamental". "Pero eso fue sólo durante cuatro años y no fue suficiente", lamenta el director de Tricontinental, que atribuye al "fracaso a la hora de tratar estos temas fundamentales" que “la extrema derecha, dirigida por el actual primer ministro, Narendra Modi, desplazase el foco de atención de estos problemas hacia una agenda áspera, tóxica y divisiva". Ahora el debate se basa en "el odio" y una “retórica que culpa a los musulmanes, las castas oprimidas y los vecinos de la India".
Es en este contexto donde se produce el retorno a las tensiones con Pakistán en la región de Cachemira. "Hasta principios de este año, el BJP mostró signos de debilidad, parecía como si la oposición fuese capaz de derrotar a Modi de manera clara", asegura Prashad, "pero entonces hubo un atentado suicida en Cachemira que asesinó a un grupo de soldados" y "Modi utilizó este ataque a su favor". "Lanzó ataques a Pakistán y ha basado su campaña, en contra de la normativa electoral de la India, en los cuerpos de los soldados muertos", precisa. “Este tipo de chovinismo, alimentado por los fracasos del gobierno indio en la política de Cachemira y Pakistán, ha permitido al BJP recuperar terreno", valora el autor, pero matiza que "no estamos seguros del impacto de este chovinismo, aunque es seguro que ha ayudado al BJP a recuperar terreno".
El Congreso Nacional y la izquierda
Según algunos medios de comunicación, el Congreso Nacional Indio (CNI), bajo la dirección de Rahul Ghandi, ha efectuado un giro a la izquierda. Sin embargo, Prashad considera que se trata más de una estrategia electoral que otra cosa. "Si el Congreso ha girado a la izquierda, ¿entonces por qué Rahul Ghandi se presenta por Kerala, donde la izquierda es el principal adversario del Congreso? ¿Por qué no busca combatir al BJP en su propio terreno, país adentro?", se pregunta. "Parece que el Congreso, que debería mostrar generosidad en su comprensión de las tácticas electorales en este punto, se ha extraviado… La decisión que he mencionado muestra que su retórica es vacía y su compromiso para derrotar al BJP como un aspecto clave de estas elecciones, débil", comenta.
¿Y la izquierda? En la India no existen uno, sino dos partidos comunistas: el Partido Comunista de la India (PCI) y el Partido Comunista de la India (Marxista) (PCI-M). ¿Qué los diferencia? "El PCI y el PCI-M son organizaciones fraternas", responde Prashad. El Partido Comunista de la India, dice, "se formó hace cien años y una parte se escindió de él en 1964 respecto a la posición hacia la burguesía india y la Unión Soviética, pero desde 1960 en adelante han trabajado estrechamente y formado parte del gobierno del frente de izquierdas en Bengala occidental, Tripura o Kerala". En estas elecciones su estrategia se resume “en tres objetivos: el primero, derrotar al BJP y su pariente, el RSS, el segundo, reforzar a la izquierda, y el tercero, garantizar un gobierno secular en Delhi". Sobre este último aspecto, incide, “hay un acuerdo completo en toda la izquierda, incluyendo otros partidos”, y existen asimismo “dudas sobre el compromiso del Congreso hacia estos tres principios".
Finalmente, Público preguntó a Vijay Prashad cómo podría influir el resultado de estas elecciones en la política internacional de un país tan importante como la India, que históricamente ha buscado mantener un equilibrio entre la esfera angloestadounidense, por una parte, y Rusia y otros países emergentes, por la otra. "Es cierto que la India, bajo los gobiernos que no eran del BJP, se comprometió a la multipularidad”, observa, "pero es también cierto que el Ministerio de Exteriores indio ve la multipolaridad como algo beneficioso para la India". El partido de Modi, “por otra parte, y hasta cierto punto el Congreso, creen que la India debe ser un aliado subordinado a los EEUU", lo cual, añade, "es malo para la India y malo para el mundo". Según Prashad, "el mundo exige un proceso de decisión multipolar y más equilibrado" frente a la "asfixia" que supone la “dominación estadounidense" y "occidental, si hablamos más ampliamente". "Necesitamos más voces, más debate: la entrada de China y Rusia debería ser bienvenida, igual que las voces del Sur Global", concluye Prashad, para quien “convertirse en un aliado subordinado a los EEUU es catastrófico".
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