Este artículo se publicó hace 15 años.
Neonazis alemanes y antifascistas libra una batalla campal
Los altercados empañan las reivindicaciones sindicales del Primero de Mayo en Berlín
La noche de Walpurgis, víspera del Primero de Mayo, terminó en Berlín con 48 policías heridos y 57 jóvenes detenidos en los altercados que se produjeron en el distrito de Friedrichshain, donde ardieron cinco coches y numerosos contenedores de basura.
Las fiestas callejeras acabaron muy tarde, pero a primera hora de la mañana de ayer unos cuatrocientos manifestantes se fueron acercando a la estación de tren rápido de Köpenick, un distrito del este de la capital. El neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) tiene ahí su sede central, un edificio cochambroso en cuyo patio unos doscientos militantes celebraron una concentración en la que intervino su presidente, Udo Voigt.
Un grupo de contramanifestantes logró bloquear durante una hora la estación de Köpenick, ya que hubo que cortar la corriente por motivos de seguridad. La Policía usó espray de pimienta para disolver la sentada en las vías. En su huida, algunos de los manifestantes prendieron una bomba de humo y lanzaron piedras y botellas a las fuerzas antidisturbios. La Policía arrestó a 28 manifestantes.
Escenas similares se sucedieron en Ulm, Dortmund y muchas otras ciudades en una jornada que derivó en batalla campal entre neonazis y antifascistas en todo el país. En las últimas semanas, grupos antisistema habían mantenido en vilo a la Policía con "acciones relámpago" en ciudades como Berlín, donde casi todas las noches hubo un coche quemado o un ataque incendiario contra obras de apartamentos de lujo.
Ayer, en medio de duros enfrentamientos con la Policía, los antifascistas lograron impedir la celebración de concentraciones del NPD en ciudades como Maguncia, donde unas 2.500 personas bloquearon las calles de acceso a la estación para impedir la llegada de 200 neonazis.
500.000 manifestantesLos neonazis provocaron a los participantes de las tradicionales concentraciones sindicales, que contaron con medio millón de participantes en todo el país. En Dortmund, la Policía detuvo a unos 200 cabezas rapadas que lanzaron piedras y petardos y atacaron con palos de madera a la multitud que asistía a uno de esos mítines. En la ciudad de Ulm, la marcha de un millar de neonazis provocó una violenta contramanifestación. Ardieron contenedores de basura, hubo coches destrozados y la policía intervino con mangueras de agua a presión y gas irritante.
La canciller, Angela Merkel, reclamó "respuestas constructivas" a la crisis en lugar de pánico. Algunos participantes en la manifestación oficial de ayer en Berlín lanzaron docenas de huevos contra la fachada del Ministerio de Hacienda.
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