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Los palestinos recuerdan la Nakba 68 años después

Hoy se recuerda la Nakba o ‘Catástrofe’ que sufrieron los palestinos en 1948 y que no ha terminado. Siete millones de refugiados reviven en todo el mundo la tragedia ocurrida cuando se estableció el Estado judío. En lugar de buscar una solución al conflicto, Israel sigue expandiendo las colonias en los territorios ocupados mientras la comunidad internacional permanece con los brazos cruzados.

Un manifestante enmascarado sostiene una bandera palestina durante los enfrentamientos con soldados israelíes en una protesta delante del día de la Nakba , en la localidad cisjordana de Bilin cerca de Ramallah, 13 de mayo de 2016. REUTERS / Mohamad Torokman

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

WALAYA – “Tenemos tanto derecho a recordar la catástrofe de la Nakba como los israelíes a recordar sus catástrofes”, comenta Mustafa Barghouti, líder del partido Iniciativa y diputado del parlamento palestino, quien se ha desplazado al pueblo de Walaya con motivo del 68 aniversario de la tragedia palestina de 1948.

Walaya es una pequeña aldea situada 8 kilómetros al sur de Jerusalén que ha sufrido un revés tras otro desde 1948. En ese año su demarcación comprendía 17.708 dunams (un dunam son 1.000 metros cuadrados), y los israelíes ocuparon la mayor parte del municipio, dejando a sus habitantes solo 6.000 dunams. Unos años después, tras la guerra de 1967, Israel les confiscó más tierras, dejándoles 2.140 dunams. Y en 1980 se completó el expolio al integrar la zona restante en el municipio de Jerusalén.

A pesar de eso, los palestinos que quedan en Walaya han elegido como alcalde a Abdel Rahman Abu Tin, nacido en 1950, dos años después de la Catástrofe. Abu Tin recuerda que sus padres le contaron más de una vez cómo todos los habitantes de la Walaya original, que estaba en lo más profundo del valle, fueron expulsados en medio de bombardeos. Las milicias sionistas y el ejército israelí se encargaron del trabajo.

Una mujer mayor que era niña en 1948 recuerda que su familia poseía unas casas y unas tierras de las que fue expulsada, como el resto de los habitantes. “Los soldados ocuparon nuestras tierras y nos obligaron a pagar por el agua que nos vendían y que ellos extraían de nuestros seis pozos”, recuerda la mujer.

Estamos viviendo en un sistema de apartheid que incluso ha admitido el exministro de Asuntos Exteriores israelí Shlomo Ben Ami”, dice Mustafa Barghouti. “Es una situación que debería alarmar a Occidente y que incluso reconocen los líderes sudafricanos que nos visitan, quienes afirman que en muchos aspectos la ocupación israelí es peor que el apartheid que ellos sufrieron”.

Una mujer palestina junto a un cartel que representa las llaves de las casas que fueron abandonadas por los palestinos en 1948 .AFP/ Abbas Momani

Una mujer palestina junto a un cartel que representa las llaves de las casas que fueron abandonadas por los palestinos en 1948 .AFP/ Abbas Momani

La Nakba la recuerdan los palestinos de todo el mundo. En 1948 entre 750.000 y 800.000 palestinos fueron expulsados de sus pueblos y sus ciudades. Palestina perdió en pocos meses el 67 por ciento de su población y las resoluciones internacionales para que Israel les permitiera regresar fueron desoídas. En la actualidad, se estima que 7 de los 11 millones de palestinos de todo el mundo son refugiados.

A la Nakba le siguió una campaña sistemática de destrucción que afectó al conjunto de la tierra y sus habitantes. Los que huyeron dejaron atrás todas sus pertenencias pensando que volverían unas semanas después. Sin embargo, 48 años después Israel continúa sin aplicar las resoluciones de las Naciones Unidas y nada indica que las vaya a aplicar en el futuro.

Además de las enormes pérdidas materiales, incluyendo casas, tierras, campos de cultivo, oro, dinero y todo tipo de objetos, en la Nakba los palestinos perdieron buena parte de su acervo cultural, por el que siguen luchando en el día de hoy.

Estos días se habla de la última iniciativa que ha puesto sobre la mesa Francia. París quiere reunir a la comunidad internacional a finales de mayo para relanzar el proceso de paz. No obstante, los palestinos ven con aprensión ese evento porque están convencidos de que ni Estados Unidos ni Europa están dispuestos a obligar a Israel a evacuar los territorios ocupados.

“Aunque la dirección palestina ha recibido con satisfacción la iniciativa francesa, hay demasiadas preguntas en el aire que no sabemos cómo se van a responder”, comenta Mustafa Barghouti. “Israel no está dispuesta a colaborar y sin la presión internacional los dirigentes israelíes no darán ningún paso. El problema es que no existe nada que pueda llamarse presión internacional”.

Algunos son incluso más pesimistas, como es el caso de Adnan Abdel Razeq, miembro del grupo de apoyo a las negociaciones. “Francia mantiene una estrecha amistad con Israel. Creo que los franceses han creído que deberían hacer algo porque se han visto marginados en Siria, pero es dudoso que puedan hacer algo sin contar con el visto bueno de Estados Unidos, y no parece que vaya a ser el caso”.

El alcalde palestino de Walaya dice aunque la población del pueblo solamente ha sufrido reveses desde la Nakba, la gente quiere seguir luchando y lo hace por medios pacíficos. En la actualidad hay 50 casas del pueblo que han sido señaladas para su demolición y las demoliciones que llevan a cabo las excavadoras del ejército israelí se producen cada semana, denuncia Abdel Rahman Abu Tin.

En opinión de Mustafa Barghouti, es preciso que la comunidad internacional reconozca cuanto antes el Estado palestino. El líder de Iniciativa cree que “la única manera de resolver el problema pasa por reconocerlo y porque haya una intervención internacional”. Como muchos otros palestinos, Barghouti cree que las negociaciones directas con Israel no conducen a ninguna parte, como ha quedado demostrado en el cuarto de siglo que ha transcurrido desde la Conferencia de Madrid de 1991.

En la actualidad en los territorios ocupados, incluida Jerusalén oriental, viven más de 650.000 colonos judíos. Se han establecido en Cisjordania con el apoyo de los distintos gobiernos a partir de la Conferencia de Madrid, lo que sugiere que Israel ha decidido anexionarse también Cisjordania aprovechando la pasividad de la comunidad internacional.

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