Este artículo se publicó hace 15 años.
La Policía iraní abre fuego contra los manifestantes
La oposición denuncia la muerte de cuatro personas, entre ellas el sobrino del líder opositor, y el arresto de 300. Los manifestantes apedrean a agentes antidisturbios y queman sus vehículos
Las calles de Teherán se convirtieron ayer en el epicentro de violentos enfrentamientos entre opositores y las Fuerzas de Seguridad iraníes, que se extendieron también a otras ciudades del país a lo largo del día. La Policía abrió fuego contra los manifestantes, matando al menos a cuatro de ellos, según testigos y páginas web reformistas.
Entre los fallecidos se encuentra el sobrino del líder opositor, Mir Husein Musaví,según confirmó a Reuters uno de sus asesores. Alí Musaví, de 35 años, recibió un disparo en una céntrica calle de Teherán y murió antes de llegar al hospital Ibn Sina. Su muerte aumentará aún más las protestas contra el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad, predijo la web Parlemannews, la primera en dar la noticia.
En Teherán han perdido la vida otros tres manifestantes, mientras que en la ciudad de Tabriz, en el noroeste del país, algunas fuentes informaron de cuatro muertes que no han sido confirmadas.
Las restricciones impuestas a los medios de comunicación impiden a menudo contrastar la información obtenida de fuentes oficiales o webs reformistas. El jefe de la Policía, Azizulah Rajabzadeh, desmintió que hubiesen fallecido como consecuencia de la represión policial. "La Policía no ha disparado en Teherán ya que los agentes no llevan armas de fuego", afirmó el comisario. Añadió que tres de las cuatro muertes fueron accidentales: "Una de las víctimas perdió la vida al caerse por un puente y otras dos, en un accidente de circulación".
La Policía asegura que tres de las muertes han sido accidentales
La cuarta víctima, muerta "a consecuencia de un disparo tal y como reconoció Rajabzadeh, se considera sospechosa y está actualmente bajo investigación (...) ya que los agentes de Policía en Teherán no llevan armas de fuego".
Rajabzadeh admitió que las calles Enguelab y Azadi, en el centro de la capital, fueron los principales focos de los disturbios y declaró que 300 personas han sido detenidas por participar en ellos.
"Muerte al dictador"Las protestas habían empezado a primera hora de la mañana, en una jornada protagonizada por las celebraciones de la Ashura, la festividad más importante del calendario chií, y por el séptimo y último día de luto del gran ayatolá Ali Hosein Montazeri, uno de los máximos referentes de la oposición iraní.
"¡Muerte al dictador!", corearon miles de opositores durante su marcha por la avenida central de Teherán, desafiando las advertencias gubernamentales de que las protestas serían reprimidas. "Lucharemos, moriremos, recuperaremos nuestro país", cantaban otros agitando brazaletes verdes, el color de la oposición, describieron algunos testigos a la web reformista Rah-e Sabz.
La Casa Blanca condena la "injusta represión" de civiles en Teherán
Los agentes antidisturbios intentaron dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y disparos al aire, pero estos no retrocedieron hasta que empezó la carga policial. En varios puntos de la ciudad, los opositores acorralaron a la Policía con piedras y quemaron sus vehículos.
Horas después, en vídeos colgados en Internet, Teherán aparecía como el escenario de una batalla campal. "¡Este es el mes de la sangre, Yazid caerá!", gritaban algunos manifestantes comparando al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, con Yazid, el gobernante que ordenó la muerte de Husein, el nieto de Mahoma, cuyo asesinato se conmemora durante la Ashura.
En las imágenes, según varias webs reformistas, podía verse a un herido cubierto de sangre reclamando asistencia médica, manifestantes huyendo, motocicletas en llamas y violentos choques entre manifestantes y milicianos basiyíes, acompañados por gritos y sirenas de ambulancias.
Una oposición fortalecidaLos enfrentamientos de ayer mostraron que la oposición está ganando fuerza y supone un desafío cada vez mayor a las autoridades iraníes, en especial al presidente Ahmadineyad, al que acusan de haber ganado las elecciones de junio de forma fraudulenta.
Aunque el Gobierno denuncia que los opositores van en contra de los valores islámicos y están financiados por Occidente, estos siguen incluyendo a importantes figuras religiosas iraníes en sus protestas, como el fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhola Jomeini.
La oposición ha ganado adeptos durante la última semana por la muerte de Montazeri. A su funeral, y a los actos de homenaje durante los siete días de luto posteriores a su muerte, no han asistido sólo los estudiantes y los jóvenes activistas que han protagonizado las manifestaciones desde junio, sino también personas mayores que lo reverenciaban tanto por motivos religiosos como por su discurso político.
Condena internacionalLa Casa Blanca condenó ayer la "injusta represión" de la sociedad civil por parte del Gobierno iraní y se puso del lado de los manifestantes. "La esperanza y la historia están de parte de los que intentan obtener sus derechos universales de forma pacífica, Estados Unidos también", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca en un comunicado.
El Gobierno francés condenó también las "detenciones arbitrarias" y la violencia cometida contra opositores al régimen iraní.
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