Este artículo se publicó hace 4 años.
PopulismoAscenso y caída del Movimiento 5 Estrellas
Uno de los grandes problemas de la formación 'anti establishment' es que, hasta ahora, nunca ha querido tener una ideología.
Roma-
Riesgo de implosión, errancia y anarquía. Es la cotidianidad, en los últimos días, del Movimiento 5 Estrellas, el partido antiestablishment fundado hace una década por el cómico transalpino Beppe Grillo para cambiar, desde abajo, la política italiana. Aunque ha sido esta última, sin embargo, la que ha cambiado a los grillinos, que estos días tratan de encontrar un rumbo para su formación. No obstante, son el principal partido del Gobierno. Esta difícil caída libre se ha visto acelerada desde el momento en el que Luigi Di Maio dimitió como líder del partido. El problema de fondo, sin embargo, es que en el paso de la oposición al Gobierno han perdido la fuerza regeneracionista que les caracterizaba. ¿Qué es mejor? ¿Solos o con el socialista PD? ¿Ser concretos en la oposición o indecisos en el Gobierno?
Atendiendo a las informaciones de algunos medios italianos, el Movimiento 5 Estrellas está más cerca de sufrir una escisión que fracturaría el partido y que complicaría su vida dentro de la política transalpina. Otro gran problema de la formación grillina, además, es que al no tener una ideología definida, cada personaje político destacado trata de darle una impronta personal y a la vez ambigua a la ruta a seguir en el partido amarillo. Hay algo así como tres corrientes enfrentadas: "Hay quien añora el distanciamiento con Salvini, hay quien querría crear un tercer bloque autónomo y quien preferiría encontrar una sintonía con la izquierda", comentaba estos días Max Bugani, el jefe de personal de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, también del M5E, en las páginas del diario italiano Il Fatto Quotidiano.
El primer síntoma de que las cosas no van como deberían es que los directivos del Movimiento 5 Estrellas han decidido aplazar el congreso que estaba previsto para el 15 de marzo. Por el momento, la posposición se calcula que será de "algunas semanas", como asegura el ex ministro de Fomento, el grillino Danilo Toninelli, que, por cierto, ha aparecido recientemente en muchos medios donde aseguraba que en el partido "no hay ningún problema ideológico", porque "no hay cosas que son de izquierda o de derecha, sino cosas justas o injustas que hacer". Una naturaleza que le está costando caro a una formación que pierde cuotas de poder por meses y donde muchas de sus grandes e históricas batallas se han visto descafeinadas o incumplidas, debido a la influencia de Salvini en el anterior Ejecutivo de Conte. Por eso, ahora el Movimiento 5 Estrellas tiene tres corrientes que luchan por el control del partido, aunque antes de definir qué quieren ser, los grillinos tienen que comprobar si todavía siguen en pie, física y moralmente: "El primer objetivo es que el Movimiento continúe existiendo", dicen regularmente sus dirigentes.
Según lo publicado esta semana por diferentes diarios transalpinos habría unos diez candidatos para liderar el futuro Movimiento 5 Estrellas. Entre ellos destaca precisamente el dimisionario Luigi Di Maio quien, según muchos, su reciente renuncia no sería más que una pantomima para quitarse de en medio unas semanas –de paso, también de la gran derrota en Emilia-Romaña, donde 2 de cada 3 votos grillinos han ido al PD según publicó esta semana el Corriere della Sera– para luego volver como una suerte de héroe. Vito Crimi el actual líder en funciones del M5E, es uno de los más veteranos del partido y podría implicar una continuidad de la gestión de Di Maio. Entre las mujeres más destacadas como próxima líder de los grillinos hay una alcaldesa romana Virginia Raggi, sino la turinesa Chiara Appendino. También ella cercana a Di Maio.
Uno de los frentes fuertes del Movimiento 5 Estrellas es el de los progresistas, en el que destaca Alessandro Di Battista, muy conocido entre los italianos por ser el izquierdista a veces "amigo", a veces "rival", de Di Maio. Los transalpinos conocen bien a "Dibba" también por sus frecuentes viajes al extranjero, sobre todo a América Latina, lugar donde pretende en sus desplazamientos encontrar el alma progresista y guerrillera que, según él, necesitaría el Movimiento. Entre los progresistas también se encuentra Roberto Fico, actual presidente de la Cámara de los Diputados (Cámara Baja) y firme defensor de la actual alianza con el socialista Partido Democrático.
El Movimiento 5 Estrellas tiene actualmente un tercio del Parlamento y es, por segunda vez consecutiva, el socio de mayoría del Gobierno italiano del premier Giuseppe Conte. Sin embargo, su caída libre parece inevitable. En las elecciones generales de marzo de 2018 arrasó con el 32%, pero su alianza con la Liga del soberanista Matteo Salvini ha sido fatal, tanto para su ex líder Luigi Di Maio, como para la formación. La propaganda permanente de Salvini como ministro del Interior, ha doblado el éxito del líder leguista, y pasó del 17% en marzo de 2018 al 34% en las últimas elecciones europeas de mayo de 2019.
A pie de calle y en los medios de comunicación, a lo largo de todo el año 2019 fue muy comentada la pérdida de carisma de Di Maio frente a la fuerza populista todoterreno de Matteo Salvini. La marcha del leguista del Ejecutivo para forzar un adelanto electoral no le salió bien, pero el M5E se ha visto obligado a unirse al socialista Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti para sobrevivir hasta 2023, cuando en teoría podría acabar la legislatura. En las últimas elecciones de hace una semana en Emilia-Romaña, la última fortaleza izquierdista italiana, el Movimiento 5 Estrellas ha logrado tan sólo el 3,5% de los votos. Los grillinos tendrán que encontrar pronto una solución. Las alternativas son: ruptura, escisión o implosión. O, peor todavía, extinción.
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