Purga en el Ejército de Israel por los "fallos" cometidos el 7-O sin una investigación independiente
Las sanciones a 12 militares con responsabilidad de mando antes y durante los ataques de Hamás del 7-O enfrenta al jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, con el ministro de Defensa, Israel Katz.

Madrid--Actualizado a
"Un fracaso grave, rotundo y sistémico". Con esas palabras describió el jefe del Estado Mayor de Israel, Eyal Zamir, la falta de previsión y la respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF por sus siglas en inglés) a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. El teniente general incluyó estas palabras en un comunicado emitido el pasado 23 de noviembre, semanas después de que se conocieran las conclusiones de una investigación interna del Ejército sobre la brecha de seguridad que permitió a Hamás acabar con la vida de unos 1.200 israelíes -entre civiles y militares- y secuestrar a otros 250.
El comunicado de Zamir ha ido acompañado de sanciones contra 12 altos y medios mandos de las IDF que, según el criterio del jefe del Estado Mayor, tuvieron alguna responsabilidad en el fracaso de Israel el 7-O. Algunos de estos militares habían renunciado a sus cargos a lo largo del genocidio, mientras que otros tantos se replegaron a la reserva. Salvo uno de ellos, el resto de los sancionados no se encontraba en activo actualmente.
Las sanciones contra 12 mandos de las IDF han agitado el avispero en el ejército y en el ministerio de Defensa
De esta forma, las medidas tomadas por Zamir han sido principalmente dos. Por un lado, destituir de la reserva a quienes se encontraban en ella. Por otro, despedir oficialmente a los comandantes que habían renunciado a su cargo y que ya se encontraban fuera de las IDF. Según explica el medio israelí Ynet, con esta decisión unilateral Zamir ha agitado el avispero del ejército y ha ahondado en sus diferencias con el titular de Defensa, Israel Katz.
El ministro ha solicitado una reevaluación de la investigación sobre el 7-O que llevó a cabo el ejército -conocido como Comité Turgerman- y en la cual se habría basado Zamir para presentar las sanciones contra la docena de militares. Los medios israelíes han informado de que, hasta que esta revisión de la investigación no termine, Israel Katz mantendrá congelados los nombramientos de los nuevos cargos del ejército.
En febrero, otra investigación interna de las IDF concluyó que el Comando Sur del ejército de Israel había fracasado estrepitosamente en "proteger el Négev occidental". El medio Haaretz explicó que los supuestos básicos que las IDF tenian "sobre Hamás y sobre Gaza se derrumbaron de inmediato y que el ejército se encontró en un escenario para el cual no estaba preparado".
A esta investigación interna le siguió la publicada a principios de noviembre. Con las pruebas de dichos informes sobre la mesa y las crecientes protestas israelíes por aclarar los hechos que tuvieron lugar aquel día de octubre de 2023, Eyal Zamir dijo haber extraido "una serie de conclusiones personales respecto a los comandantes que ocupaban determinados cargos" el 7-O que le obligaban a "establecer un estándar claro de responsabilidad de mando".
Algunos nombres
De todos los comandantes sancionados por Zamir, algunos de los de mayor rango en 7-O eran el entonces jefe del Comando Sur, Yaron Finkelman, y su sucesor, Ariel Levobsky, el general de división Oded Basyuk y el jefe de la inteligencia militar, Aharon Haliva. Todos ellos tuvieron un papel fundamental en el intento de contener a Hamás aquel día y todos ellos renunciaron a sus cargos en la primera mitad del 2025.
A estos nombres se les suma el de Yossi Sariel, comandante de la Unidad de élite 8200, que vigila masivamente a militantes y civiles palestinos, el actual jefe de la inteligencia militar, Shlomi Binder -que será despedido tras el fin de su mandato-. Otros dos altos cargos cuyos nombres no han trascendido, también serán expulsados del ejército. Ellos son el exjefe de inteligencia de la división de Gaza y el jefe de Operaciones de Inteligencia Militar
Ninguno de los 12 militares sancionados por Zamir se encontraba en activo actualmente.
Otros cargos medios, como el comandante de la Armada de Israel, David Saar Salama o el jefe de la Fuerza Aérea, Tomer Bar, han recibido "reprimendas formales", de acuerdo a las informaciones del Haaretz. Por último, se conoce el nombre de otros dos cargos a los que el jefe del Estado Mayor ha expulsado de las IDF: al comandante de la división de Gaza, Avi Rosenfeld y el de la brigada norte de dicha división, Haim Cohen.
Pese a las sanciones interpuestas, Eyal Zamir no se ha deshecho elogios en el comunicado, donde ha expresado que "la inmensa mayoría [de los sancionados] tuvieron un papel directo en los logros operativos que las FDI alcanzaron en los últimos dos años". Con ello, el jefe de las IDF ha pedido a los israelíes que sean compasivos con los sancionados, ya que "la forma en que los tratemos influirá en la próxima generación de comandantes y en quienes hoy lideran".
Dos años de retraso
La presión para investigar los errores de seguridad que permitieron a Hamás penetrar el 7 de octubre de 2023 en los territorios controlados por Israel, ha perseguido al Gobierno de Benjamín Netanyahu durante estos dos años. De acuerdo a las informaciones publicadas en medios israelíes e internacionales, este era precisamente el núcleo de la disputa entre el mandatario israelí y su anterior ministro de Defensa, Yoav Gallant.
El encargado de iniciar la sanguinaria intervención militar en la Franja de Gaza -los primeros tres meses del genocidio fueron los más letales, con casi 22.000 muertos- pidió en numerosas ocasiones llevar a cabo una investigación por el 7-O. Netanyahu nunca accedió. En noviembre de 2024, el primer ministro destituyó de su cargo a Yoav Gallant aludiendo una creciente "desconfianza" que resquebrajaba esta relación.
El contexto era relevante. A principios de octubre de aquel año, Netanyahu había ordenado la invasión del Líbano, algo con lo que Gallant no se sentía especialmente cómodo, según algunos medios israelíes. Poco después, la cartera de Defensa fue ocupada por el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz. Bajo su mandato, el nuevo titular de Defensa gestionó el segundo alto el fuego en la Franja, la vuelta de los ataques indiscriminados contra los gazatíes mes y medio después, la invasión de la ciudad de Gaza y los ataques que continúan en el enclave palestino pese al alto el fuego alcanzado el pasado 11 de octubre.
Durante todo este tiempo, Netanyahu ha utilizado numerosos pretextos para oponerse a la investigación sobre los errores del 7-O. En especial, la necesidad de enfocar los esfuerzos en la guerra y en la vuelta a casa de los rehenes que Hamás había secuestrado y que permanecían en la Franja de Gaza. Tras el último alto el fuego y la entrega de todos los rehenes vivos y de casi todos los cuerpos de los asesinados durante su cautiverio, esta tarea se ha dado por completada. Ahora, la investigación es ineludible.
Críticas por falta de independencia
El pasado mes de octubre, Netanyahu anunció una investigación oficial sobre los ataques. El propio primer ministro sería el encargado de elegir a los miembros de la comisión de investigación, lo que, como explicó la PBS, lo pondría "a cargo de la misma". Esto ha despertado las críticas de la oposición por falta de independencia. Al igual que una parte importante de la sociedad israelí, quienes están fuera de la coalición de gobierno creen que los que estaban en el poder durante los fallos de seguridad del 7-O no deberían dirigir la investigación.
A mediados de noviembre, Yair Lapid, líder del partido liberal Hay Futuro -Yesh Atid en hebreo-, calificó la decisión de "insultante" para los israelíes asesinados el 7 de octubre y para los soldados que han perecido durante la guerra, según recogió la cadena pública estadounidense.
El pasado 22 de noviembre, Lapid y otros líderes de cinco partidos de la oposición acudieron a la manifestación de Tel Aviv convocada por familiares de asesinados el 7-O, aglutinados bajo la plataforma Consejo de Octubre, para exigir una investigación estatal independiente. Sobre un escenario, familiares de los rehenes y de los asesinados pidieron a los miembros del Knéset -Parlamento de Israel- no colaborar con la investigación y no facilitar la permanencia en el poder de nadie que no exija una investigación independiente.
The Times of Israel destaca la voz del ministro de Ciencia y Tecnología entre 2020 y 2021, Izhar Shay, cuyo hijo murió en los ataques de Hamás. En el estrado, pidió a los posibles investigadores y testigos que "no comparezcan ante un comité que tiene la sangre de los caídos y asesinados manchada en las manos de sus creadores".


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