Este artículo se publicó hace 17 años.
Rafael Correa: "La migración es una tragedia"
Con 44 años cumplidos en abril y sólo nueve meses en la presidencia, dice no estar temeroso de la reacción de empresas españolas como Repsol o Telefónica ante su decisión de renegociar los suculentos contratos act
¿Cree que España hace lo suficiente por los inmigrantes?
Siempre se puede hacer más para mejorar su situación. Por ejemplo, acelerando los procesos de reagrupamiento familiar. Pero sí, es cierto, España es el país que más está ayudando a los emigrantes ecuatorianos. La migración es una tragedia nacional
Dos ciudadanos ecuatorianos fueron las últimas víctimas del terrorismo en España. Desde entonces, usted ha intentado conocer los motivos de la violencia de ETA , ¿qué opinión le merece?
Mi opinión sobre aquel atentado es la misma que tengo sobre cualquier forma de terrorismo. Es algo insensato e irracional. No importa que sus fines puedan ser totalmente legítimos. Si los métodos para obtenerlos son absolutamente inhumanos, los rechazo.
¿Se puede definir en una palabra el socialismo del siglo XXI?
Sí, justicia.
Siempre habla de que la única forma de que las condiciones de vida mejoren en Ecuador es lograr una integración de todos los países latinoamericanos con un sistema económico propio, ¿qué modelo es ése?
No creo en modelos concretos pero aún menos en el neoliberalismo. Su lógica es transformar a los ciudadanos en consumidores y a los pueblos en mercados. La integración que estamos impulsando se basa en la cooperación, en el mutuo desarrollo, en la complementariedad. Nuestro objetivo es crear una sola nación, no un solo mercado.
Tras nueve meses en la presidencia, su primera actuación se ha dirigido a la banca.
Hay una delegación del Gobierno negociando porque aún no tenemos los instrumentos legales para obligarles a reducir las tasas de interés y los costes de servicios, pero los tendremos pronto.
Hay quien puede hacer otra lectura.
En absoluto. Somos gente de diálogo pero no de sordos. Cualquiera sabe que en una economía polarizada como la ecuatoriana es necesario reducir las tasas de interés. Es inadmisible que la tasa máxima para un microcrédito sea del 42% y del 18% para los créditos. Si la banca no da una respuesta satisfactoria, activaremos la vía de la regulación directa.
También ha anunciado que ha llegado la hora de renegociar los contratos con las empresas españolas Repsol YPF y Telefónica. ¿Tienen motivos para temblar?
No tienen nada que temer. Al contrario. Creo que deberían estar más que contentas por la rentabilidad que han obtenido hasta ahora. Pero la cosa ha cambiado. Todas las empresas deben saber que el principio que nos mueve es el de ser un Gobierno honesto al servicio de los ciudadanos. Nuestra Constitución dice que el petróleo es de los ecuatorianos y las ganancias por su producción, ¿acaso no lo son también?
Así es el negocio.
Sí, pero es que hace dos años, las multinacionales se llevaban el 100% de las ganancias más allá de las tasas. Y el año pasado el 50%. Lo que decimos ahora es que el 99% de los dividendos que obtengan ya no saldrán de Ecuador porque los dueños del petróleo somos nosotros. Así que no tienen nada que temer si exceptuamos la pérdida de privilegios, claro.
En su programa de Reforma Constitucional se comprometió a disolver el Congreso pero una parte de diputados se han rebelado. ¿Cómo piensa solucionarlo?
La Asamblea Constituyente debe disolver el poder constituido. Es algo obvio. El pueblo ecuatoriano votó el 30 de septiembre para cambiar un Congreso que se constituyó bajo el triunfo aplastante del voto nulo.
¿A qué debe aspirar Ecuador?
Primero a que se disuelva ese Congreso. Luego a que se cree una comisión legislativa que pueda fiscalizar la actividad del país mientras trabaja la Asamblea Constituyente. Finalmente, con las nuevas reglas del juego, con la nueva Constitución ya aprobada, se llamará otra vez a votar
¿Teme que pueda ocurrir el mismo bloqueo que existe en Bolivia con la propuesta de Evo Morales?
Mi amigo Evo tiene el problema de que para sacar adelante la reforma necesita el apoyo de dos tercios del Parlamento. Eso no ocurre en Ecuador porque tenemos mayoría.
Algunos aseguran que su partido puede terminar rompiéndose por los desacuerdos que mantiene con el presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Costa.
Sólo ruego a quien informa sobre nuestras desavenencias que sea más veraz. No hay más discrepancias de las que puedo tener conmigo mismo cada día.
Su relación con la prensa es también tormentosa. Le acusan de intentar silenciar a quienes no comparten sus opiniones.
No tenemos nada contra la prensa pero si contra la calumnia, la injuria, la corrupción y la mediocridad. Y de eso hay mucho en la prensa ecuatoriana. Me refiero a los dueños de ciertos medios de comunicación vinculados a la banca y a los grandes grupos de prensa escrita. Sin embargo, nuestra victoria del 30 de septiembre en las elecciones de la Asamblea Constituyente también fue su derrota. Desde entonces parece que se han vuelto más objetivos. Veremos cuánto les dura.
¿Le molesta que le comparen con Hugo Chávez?
No, al contrario. Pero estoy medio cansado de la pregunta. Si se refiere a cómo es le contestaré que es una extraordinaria persona. Venezuela tiene 15 veces más petróleo que cualquier país de América Latina y sin embargo es el que más está impulsando la integración. Eso es solidaridad. Es el país latinoamericano que menos necesita la integración.
No. Me refiero a las similitudes que algunos se empeñan en ver en sus modelos sociales, en los cambios que han iniciado, en el objetivo de forjar una alianza que cree una nueva América Latina
América Latina está viviendo un cambio de época en el que se están derrumbando las viejas estructuras neoliberales. Esto es una auténtica revolución social pero que no nos pertenece ni a Chávez, ni a Lula, ni a Evo, ni a mi. Les pertenece a los ciudadanos latinoamericanos que lo conforman. Es cierto que cada país tiene su especificidad pero nos unen idénticos principios. El más importante es la búsqueda de la justicia. Esto nos hace sentir que somos dueños de nuestros propios destinos.
Desde Guayaquil a Murcia pasando por Lorca
“La migración es el fiel reflejo del fracaso de las políticas económicas y sociales que el país ha aplicado en los últimos veinte años”. Rafael Correa empieza a convertirse en un héroe legendario, especialmente para la numerosa colonia de ecuatorianos que hoy residen en la Región de Murcia. “Ellos sí que son verdaderos héroes”. De Guayaquil a Roma, con una escala de tres días en Murcia y Lorca. En avión comercial “para ahorrar gastos al Estado”.
Rafael Correa logró una beca para estudiar Económicas en la Universidad de Lovaina, Bélgica, y un doctorado en la Universidad de Illinois . Lo que le catapultó a la cúspide política fue la habilidad para explicarle al pueblo ecuatoriano que buena parte de sus males se encontraban en la clase política, corrupta y oligarca. Ayer en Murcia lo demostró. Rafael Correa no engaña cuando prioriza un saludo a una trabajadora ecuatoriana que a un acicalado compatriota.
De familia humilde, siempre ha defendido lo opuesto que vieron los Gobiernos de Ecuador (inducidos por Washington, naturalmente) para crear riqueza: El mercado libre no es la panacea para su petróleo (el ‘corralito’ de 1999 provocó la gran huida a España) . Sus seguidores en España le aclaman por ello. Las consignas de hoy son “queremos volver”. A Rafael Correa conviene verlo de cerca y no estudiarlo como un fenómeno andino. Su pronóstico es: “Con educación pública, con sanidad pública y con viviendas nuevas, tendréis oportunidad de volver. Os necesitamos”.
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