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Reino Unido negocia su salida de la UE Diez claves de las negociaciones del 'Brexit'

Este lunes comienzan en Bruselas las negociaciones que deben llevar a un acuerdo de desconexión de Reino Unido de la Unión Europea en los próximos dos años. El apartado más problemático es el de la factura del 'Brexit'

Una manifestante contra el Brexit tiene el rostro pintado con la bandera comunitaria.- REUTERS

BEATRIZ RÍOS

Lunes 19 de junio a las 11 de la mañana, en el Edificio Berlaymont de la Comisión Europea en Bruselas: el inicio de las negociaciones del Brexit ya tiene fecha, hora y lugar. A partir de ahora, autoridades europeas y británicas se reunirán regularmente en busca de un acuerdo que defina las condiciones en las que Reino Unido abandonará la Unión Europea. A continuación, diez claves de las negociaciones que están a punto de comenzar.

1. ¿Cuál es proceso a seguir para abandonar la UE?

El 29 de marzo Reino Unido notificó por carta su decisión de abandonar la UE. Bruselas tardó apenas 48 horas en presentar un borrador de las  líneas rojas para la negociación

El artículo 50 del Tratado de la Unión Europea establece un mecanismo para la retirada "voluntaria y unilateral" de un país de la UE. El mecanismo se activa tras la comunicación oficial de dicho estado de abandonar la institución y el periodo de negociación de la salida es de dos años, ampliable a petición del Consejo, desde la invocación del artículo 50. Una vez que se logre el entendimiento, el acuerdo debe ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo, por mayoría cualificada.

2. ¿Por qué han tardado tanto los británicos en comenzar la negociación?

La dimisión de David Cameron como primer ministro tras el referéndum que decidió la salida, la sentencia del Tribunal Supremo que exigía al Gobierno consultar con las cámaras de los Lores y los Comunes y la convocatoria de elecciones han hecho que el proceso se haya retrasado notablemente.

Aunque Bruselas pidió a Reino Unido que invocase el Artículo 50 antes de final de 2016, el anuncio no se produjo hasta el 29 de marzo de este año.
Las elecciones no han tenido de momento gran impacto, Bruselas ya barajaba el 19 de junio en su calendario, aunque la pérdida de la mayoría absoluta de los Toris podría ralentizar el proceso.

3. ¿Cuál es la agenda?

El pasado 29 de marzo, Reino Unido notificó por carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, su decisión de abandonar la UE. Bruselas tardó apenas 48 horas en presentar un borrador de las directrices o líneas rojas para la negociación y un mes en que fueran aprobadas por los 27. La cumbre del 29 de abril fue más un acto político que práctico para mostrar que si en algo están de acuerdo los Estados miembros es en su posición de cara al Brexit. Y el 22 de mayo, la UE confirmaba el mandato de negociación a Michel Barnier como jefe negociador de la Comisión.
Aunque la primera reunión formal tiene lugar este jueves a nivel político, lo cierto es que los contactos entre las administraciones europea y británica tienen lugar desde hace tiempo entre funcionarios. La Unión espera que se aceleren las conversaciones y que continúen durante todo el verano para empezar a tener resultados concluyentes en octubre y un principio de acuerdo en otoño de 2018. El reloj no se para y ambas partes coinciden en la necesidad de alcanzar un acuerdo de mínimos lo antes posible, el plazo vence en 2019, para poder comenzar a negociar la relación futura entre la UE y Gran Bretaña.

4. ¿Quién es quién en la negociación del 'Brexit'?

El batacazo electoral de la primera ministra May se ha vivido en Bruselas con una mezcla de satisfacción e incertidumbre

A la cabeza del equipo de Bruselas está Michel Barnier, jefe negociador de la Comisión. Barnier (La Tronche, 1951) es un político conservador francés que ejerció como Comisario de Mercado Interior y Servicios de José Manuel Durão Barroso e incluso llegó a disputarle a Jean-Claude Juncker su candidatura a presidente de la Comisión Europea. Fue precisamente Juncker quien le propuso para el cargo de negociador del Brexit. Desde que fuera nombrado, Barnier ha destacado por su diplomacia y su talante conciliador frente al discurso muchas veces hosco del jefe del Ejecutivo europeo. Una treintena de personas forman el equipo más cercano de Barnier en esta negociación.

De lado británico será David Davis (York, 1948), secretario de Estado para la Salida de Reino Unido para la UE, quien lidere las negociaciones. Davis, un político con amplia experiencia que formó parte del Gabinete en la sombra de David Cameron, ha visto en las últimas semanas como su equipo se desmembraba. Varios de sus colaboradores más cercanos han dimitido o han perdido su escaño en las elecciones, lo que debilita notablemente su posición.

Michel Barnier, negociador de la UE Brexit, asiste a un debate sobre las prioridades de Brexit y las conversaciones sobre la retirada del Reino Unido de la UE en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia.REUTERS / Vincent Kessler

Michel Barnier, negociador de la UE Brexit, asiste a un debate sobre las prioridades de Brexit y las conversaciones sobre la retirada del Reino Unido de la UE en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia.REUTERS / Vincent Kessler

5. ¿Cómo será la negociación?

La factura del 'Brexit' es el punto más polémico y complejo. La cifra que baraja la Comisión, según 'Financial Times', está en torno a los 100.000 millones de euros que Gran Bretaña debería en principio abonar

Se conocen pocos detalles sobre el funcionamiento en la práctica de las negociaciones. La UE aprobó el pasado 22 de mayo, junto con el mandato a Barnier, crear un grupo de trabajo que se dedique solo y exclusivamente a tratar los asuntos relacionados con el Brexit. Se sabe que los contactos entre grupos negociadores a nivel técnico serán constantes para tratar de avanzar durante el verano. El Consejo Europeo, que es en la práctica el que tienen que tomar las decisiones políticas, será informado regularmente de los progresos. Cuando estos sean, en opinión de los 27, “suficientes”, se pasará a la negociación sobre la relación futura entre ambas entidades.

De momento, sobre la primera reunión entre Davis y Barnier, se sabe que habrá un almuerzo entre los líderes negociadores, una sesión de grupos de trabajo y una reunión de los coordinadores de cada equipo. Tras este encuentro, promovida por Bruselas, que se comprometió a asegurar la transparencia en las negociaciones, habrá una rueda de prensa conjunta. Esta reunión será, probablemente, la que siente las bases para futuros encuentros.

6. ¿Cómo afecta a la negociación los problemas de May en casa?

La primera ministra británica, Theresa May. EFE/Andy Rain

La primera ministra británica, Theresa May. EFE/Andy Rain

Theresa Mayconvocó elecciones con la intención de reforzar su mandato para negociar el Brexit pero lo cierto es que le salió rematadamente mal. Los Toris han perdido la mayoría absoluta y May, gran parte de su legitimidad tanto dentro del partido como entre los ciudadanos para liderar las negociaciones sin esa mayoría. Que la Primera Ministra tenga problemas en casa puede afectar particularmente a los tiempos de la negociación, pero también al contenido que May tendrá que acordar con sus socios de Gobierno, que aún no está claro quiénes serán. El batacazo de la primera ministra se ha vivido en Bruselas con una mezcla de satisfacción e incertidumbre.

7. ¿Qué es la factura del ‘Brexit’ y cuáles son los otros puntos calientes?

Hay dos aspectos principales relacionados con la negociación que interesan a España: la reubicación de las agencias de la UE y Gibraltar

La factura del Brexit es probablemente el punto más polémico y complejo de la negociación. Un punto que, reconoce Bruselas, puede hacer que la negociación sea un éxito o un fracaso. Esta factura hace referencia a los compromisos financieros adquiridos por Reino Unido a corto, medio y largo plazo que ahora, al abandonar la Unión, rompe. La cifra que baraja la Comisión, según Financial Times, está en torno a los 100.000 millones de euros que Gran Bretaña debería en principio abonar.
Los otros temas más importantes sobre la mesa son la negociación para la protección de los derechos adquiridos de ciudadanos británicos viviendo en la UE y comunitarios viviendo en Reino Unido, además de la flexibilidad en las fronteras. Bruselas ha endurecido particularmente su posición en materia de derechos. Exige que haya reciprocidad en el reconocimiento y el disfrute en la práctica de una amplia variedad de derechos sociales. Además, pide que la protección sea de por vida e incluya también a los ciudadanos que lleguen a territorio comunitario o británico durante el proceso de desconexión.

8. ¿Cuáles son los intereses de España en la negociación?

Hay dos aspectos principales relacionados con la negociación que interesan a España: la reubicación de las agencias de la UE y Gibraltar.
Todo organismo de la UE presente en Reino Unido debe regresar a territorio europeo y en este caso, se trata de dos instituciones: la Autoridad Bancaria Europea y la Agencia Europea del Medicamento. Barcelona ha presentado su candidatura para acoger la EMA (por sus siglas en inglés) pero la competencia es grande. Aunque la ministra Dolors Montserrat ya presentó en Bruselas la candidatura, las condiciones para la selección serán negociadas en los márgenes del Consejo por los líderes europeos esta misma semana, en la cumbre de junio, y la decisión sobre la mudanza debe tomarse en octubre.

Respecto a Gibraltar, en las líneas rojas que Bruselas presentó de cara a la negociación, se dejaba bien claro que España tendrá derecho a veto en toda decisión respecto al peñón. Algo que, claro, no ha sentado bien en Londres. Es la primera vez que la UE toma partido de manera tan destacada en un conflicto territorial aunque no es de extrañar, Bruselas dice defender los intereses de sus Estados miembros y ya no considera a Reino Unido uno de ellos. En cualquier caso, las condiciones de la relación con Gibraltar no pertenecen a los puntos que serán negociados en esta primera fase de desconexión, sino en lo referente a la relación futura.

9. Y mientras, ¿qué hace Reino Unido en la UE?

Ni siquiera es seguro que se alcance un acuerdo de salida. May ha insistido en varias ocasiones en que la ausencia de acuerdo es mejor que un mal acuerdo

En la práctica, hasta que no se complete el acuerdo de desconexión, Reino Unido sigue siendo un Estado miembro de pleno derecho. Por lo tanto, sigue siendo objeto y sujeto de los mismos derechos y obligaciones que hasta ahora. Bruselas insiste en que el Brexit no afectará a las políticas europeas en las que el resto de Estados miembros quieran avanzar pero todo aquello en lo que se progrese, claro, tendrá que tenerse en cuenta en el acuerdo final con Gran Bretaña.

Por otra parte y dado que la negociación está en curso, cada vez que el Consejo (ya sea a nivel técnico o político) se reúna para tratar temas relacionados con el Brexit, los representantes británicos tendrán que abandonar la sala. El Consejo a 27 ya se ha convertido casi en rutina y de hecho, volverá a repetirse en la cumbre del jueves.

10. ¿Y después?

Respecto a las posibilidades de la futura relación UE-Reino Unido, son muchas las incógnitas. En primer lugar porque ni siquiera es seguro que se alcance un acuerdo de salida. May ha insistido en varias ocasiones en que la ausencia de acuerdo es mejor que un mal acuerdo, aunque su posición política se ha visto debilitada. La UE quiere evitarlo a toda costa porque entiende que la negociación del Brexit es una cuestión de control de daños y sin acuerdo, la incertidumbre es total.

Por otro lado, parece poco probable que Gran Bretaña opte por integrar el Espacio Económico Europeo, pues implica respetar las famosas cuatro libertades del Mercado Interior: libertad de movimiento de personas, bienes, servicios y capitales.Es la libertad de movimiento de personas lo que causa reticencias entre los brexiters, que podrían optar por acuerdos de comercio bilaterales o bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio.

En cualquier caso, la primera fase de la negociación del Brexit corresponde a la negociación solo y exclusivamente de las condiciones de desconexión. Desde Bruselas insisten en que no hablarán de futuro hasta que no haya “progresos suficientes” en las materias más importantes: ordenamiento financiero y derechos de los ciudadanos. Y cuándo ese progreso es “suficiente”, lo decidirá el Consejo.

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