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El ultraderechista Javier Milei vence por sorpresa en las primarias de Argentina

Los candidatos más votados en las PASO podrán presentarse a las elecciones generales en octubre para decidir quién ocupará la Presidencia hasta 2027.

El candidato presidencial argentino Javier Milei de la alianza La Libertad Avanza, habla durante el acto de clausura de su campaña electoral antes de las primarias, en Buenos Aires, Argentina, el 7 de agosto de 2023.
El candidato presidencial argentino Javier Milei, a 7 de agosto de 2023, en Buenos Aires (Argentina). REUTERS/Agustin Marcarian

El domingo 13 de agosto marcó un batacazo político en Argentina: la fuerza más votada en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) fue Javier Milei, el candidato de ultraderecha que se presenta como "libertario". El dirigente que en la última presidencial del 2019 era un desconocido para la mayoría, logró 30,20% de los votos y dejó en segundo y tercer lugar a quienes hegemonizaron el campo político en la última década, tanto el peronismo como su contrincante agrupado en Juntos por el Cambio (JPC).

La noticia llegó tarde, tras una larga jornada de votación con frío y cielo azul, a la cual se llegó con un agotamiento social palpable en conversaciones diarias. "Ya tengo 55 años hermano, estoy cansado del verso político", decía Sergio, un taxista en Buenos Aires durante el domingo de votación, marcado como muchos por una historia reciente de descenso en la calidad de vida y el aumento de la desafección política.

El resultado que se conoció entrada la noche confirmó lo anticipado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) en mayo, cuando aseguró que el país estaba ante una elección de tercios, es decir de tres espacios políticos que compiten entre sí. Lo que pocos imaginaron ese día es que sería Milei quien encabezaría los resultados, JPC llegaría segundo con 28,25%, y la fuerza de gobierno, ahora llamada Unión por la Patria (UPP), sería tercera con 27,15%.

La jornada no solamente arrojó la fotografía del caudal de votos de cada fuerza, sino que también dirimió aquello para lo cual fueron concebidas las PASO, es decir, las disputas de candidaturas dentro de los espacios, en particular en JPC, de cara a competir en la primera vuelta presidencial que tendrá lugar el 20 de octubre. ¿Qué fuerzas lograrán entonces pasar? Es la principal pregunta política en la Argentina de los tercios en disputa.

"La casta tiene miedo"

El búnker del candidato Milei, del partido La Libertad Avanza (LLA), celebró la hazaña de ser la fuerza política más votada de las PASO. "La casta tiene miedo" y "que se vayan todos, que no quede ni uno solo" fueron algunas de las consignas más repetidas ante el outsider devenido en sorpresa cuando subió al escenario entre festejos y saludo en primer lugar a su hermana, Karina Milei, y a sus perros llamados "hijitos de cuatro patas".

"Estamos frente al fin del modelo de la casta, ese modelo basado en esa atrocidad que dice que donde hay una necesidad nace un derecho, pero se olvida que ese derecho alguien lo tiene que pagar, cuya máxima expresión es esa aberración llamada la justicia social, que es injusta porque implica un trato desigual frente a la ley y está precedida de un robo", afirmó el candidato outsider que era una de las grandes incógnitas de la jornada.

Prometió "no solo dar fin al kirchnerismo —corriente del peronismo liderada por CFK— sino a la casta política inútil, parasitaria, chorra —es decir ladrona—, que hunde este país", bajo los aplausos eufóricos de quienes se ilusionaron con la posibilidad de que asuma la Presidencia el próximo 9 de diciembre, y obtenga además alrededor de siete senadores y 35 diputados, como afirmó el candidato.

Milei brindó sus ya habituales ideas de economía neoliberal a ultranza, su anhelo por la Argentina del siglo XIX, la promesa de una "revolución liberal", y se definió como "la verdadera oposición, los únicos que queremos un verdadero cambio, una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre", en un mensaje dirigido contra la oposición de JXC, sector político al cual el candidato "libertario" logró quitarle parte de su caudal de votos.

La definición de la interna

JPC llegó a las elecciones bajo la idea que lograr una victoria inexorable, como se había adelantado durante meses. Sin embargo, el resultado de Milei dejó a la coalición en un segundo lugar, con un resultado a su vez de su interna que dio la victoria de Patricia Bullrich, calificada como halcón, sobre Horacio Rodríguez Larreta, actual intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien pasó en las últimas semanas a enarbolar una narrativa de mano dura que desembocó en la represión del pasado jueves que le costó la vida al militante de izquierda Facundo Molares.

Bullrich, quien planteó en su campaña que el cambio era a "todo o nada", vertebró su discurso victorioso contra el kirchnerismo, y prometió una transformación "que deje atrás para siempre la corrupción, y que abra paso a la austeridad, que deje atrás el despilfarro y cuide cada uno de los bienes y los trabajos de los argentinos, que deje atrás una educación presa de disputas políticas que repercuten en nuestros chicos".

Su promesa de cambio con ajuste se vio acompañado de la foto de unidad: Larreta subió al escenario para acompañar a su contrincante ganadora, y sostuvo que ambos están "más juntos que nunca (…) siempre juntos". Sus palabras vinieron a intentar mostrar unidad después de una interna particularmente confrontada entre ambos, que podría estar entre las razones de su menor performance de la esperada, además de la carga del pasado reciente por haber sido un gobierno que dejó al país con los números en rojo.

La escenografía de unidad se completó con la presencia de Macri en el escenario, quien prometió que "Argentina entra en una nueva era". El lugar de quien fungió y aún lo hace en gran medida como jefe político de Bullrich y Larreta, vino así a intentar proyectar la imagen unitaria de cara al objetivo de la primera vuelta de octubre: conseguir más votos ante el desafío que representa Milei quien busca apropiarse de la bandera de la oposición.

El peronismo en su laberinto

El búnker de UPP estuvo marcado por un resultado que muchos anticipaban adverso. El oficialismo llegó a las elecciones con un marcado desgaste: una inflación de alrededor de 7% cada mes, la continuidad de la perdida del poder adquisitivo que comenzó bajo el Gobierno de Macri y lleva seis años continuados, y un presidente deslucido que no subió al escenario. Su ausencia no fue la única: CFK tampoco estuvo en la noche de los resultados.

Quien sí habló fue Juan Grabois, candidato derrotado en la interna con Sergio Massa, que alcanzó más de 5% de los votos: "decimos lo que pensamos y hacemos lo que dijimos, y dijimos si ganamos, ganamos, si perdemos acompañamos, y por eso estamos acá para manifestar nuestro apoyo a la fórmula vencedora de UPP, no vamos a dejar de plantear que es necesario que la Argentina cancele el acuerdo espurio y recupere lo fugado durante esa gran estafa de Macri que nos trajo al Fondo Monetario Internacional (FMI) y es un ancla para el pueblo argentino", sostuvo.

Massa, de quien se esperaba la victoria en la interna ante Grabois, planteó lo que define como el enfrentamiento entre dos modelos. "Se empieza a discutir qué país vamos a construir los próximos años, si vamos a un país con apertura indiscriminada de las importaciones o con defensa de la industria nacional, nosotros vamos a seguir defendiendo nuestras pequeñas y medianas empresas, la industria argentina, la soberanía energética y sobre todas las cosas nuestra capacidad de desarrollo", afirmó ante un auditorio impactado por el primer puesto de Milei.

"Nos queda el segundo tiempo, y el alargue y los penales, y vamos a estar peleando hasta el último minuto porque estamos seguro que en la Argentina que viene, el trabajo, la producción, la defensa de nuestros derechos y la educación pública tienen que ser valores incólumes". El actual ministro de Economía llamó a construir "una nueva mayoría" de cara a una primera vuelta que se anuncia reñida.

Incertidumbres

Dos meses son largos en política, en particular en la situación de inestabilidad que caracteriza la Argentina. En ese contexto, son muchas las preguntas: ¿cómo hará Bullrich para ampliar su base electoral habiendo exhibido un discurso tan corrido a la derecha? ¿Podrá buscar votos en un centro que suele ocupar un lugar determinante para la construcción de mayorías? Una pregunta similar puede proyectarse sobre Milei, quien tiene además la característica de no tener estructura política sólida y nacional, a diferencia de las dos otras fuerzas.

Massa, por su parte, debe no solamente trazar una hoja de ruta electoral, sino desplegar la misma sobre la situación de fragilidad económica bajo su responsabilidad, la posibilidad de nuevos picos de alza del dólar paralelo que presiona sobre la inflación, y la negociación con el FMI que es uno de los actores determinantes en la economía argentina y, por ende, en el curso político de las elecciones.

¿Qué cartas tiene el ministro y candidato? Ya anticipó un desembolso de suma fija para intentar hacer frente a la inflación que profundiza el deterioro de la capacidad adquisitiva, en particular de los sectores informales.

No todo son malas noticias para el peronismo: UPP logró el primer lugar en la determinante provincia de Buenos Aires, que representa el 37,04% del padrón nacional, donde el actual gobernador Axel Kicillof logró el 36,39% de los votos, contra el 32,93% de JPC y el 23,76% de LLA.

Una radiografía completa del domingo debe incluir, finalmente, otro espacio además de los tercios: la abstención, que fue del 31%, contra el 23,6% en las primarias presidenciales del 2019. Una parte de quienes sienten un agotamiento por una política sin respuestas optaron por Milei, pero otra parte lo hizo por no acudir a las urnas.

¿Podrá revertirse esa tendencia anticipada ya por los resultados recientes en las provincias? Es una de las preguntas para lo que serán dos meses cargados de tensiones, intentos de ampliar bases votantes y romper techos políticos por parte de cada fuerza, para intentar pasar a un probable balotaje (una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados) en noviembre.

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