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Xi Jinping presenta a Putin en Moscú su plan de paz para Ucrania, ante el recelo de Occidente

El presidente chino llega a Rusia con un balón de oxígeno para un Vladímir Putin condenado al ostracismo internacional, y con un plan de paz para Ucrania que es visto con desdén y desconfianza por Estados Unidos y Europa.

El presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping asisten a una reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 20 de marzo de 2023
El presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping se reúnen en el Kremlin en Moscú, Rusia, el 20 de marzo de 2023. Europa Press

Xi visita a Putin justo cuando más respaldo internacional necesita el presidente ruso: la Corte Penal Internacional (CPI) ha ordenado su arresto por crímenes de guerra, la Unión Europea aprueba un plan de compra de munición destinada a Ucrania y Estados Unidos anuncia una nueva partida de armas que podrían utilizarse en una inminente contraofensiva ucraniana.

Nada más llegar Xi a Moscú, el presidente ruso ha afirmado que examinará con su invitado el plan de paz chino, a fin de "resolver la grave crisis en Ucrania". "Nosotros siempre estamos abiertos a las negociaciones", ha señalado Putin.

China planteó el 24 de febrero, con ocasión del primer aniversario de la invasión de Ucrania, un plan de paz de doce puntos. Este documento defiende la integridad territorial de todos los países, pero no condena la invasión rusa.

También pide la retirada de sanciones que pesan sobre Rusia. El Kremlin ha mostrado su interés en la propuesta, pero sigue afirmando que la realidad territorial de Ucrania ha cambiado tras la anexión de las regiones ocupadas en la guerra.

Kiev, por su parte, exige la salida de todas las tropas rusas de los territorios ocupados. Y en cuanto a los países occidentales aliados de Ucrania la opinión generalizada es que el plan chino se inclina demasiado hacia la posición rusa. Estados Unidos, enfrentado geopolíticamente con China en la región del Indo Pacífico, descarta a Pekín como mediador fiable.

La visita de Xi "cubre" los crímenes de Rusia, según EEUU

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha dicho este lunes del plan chino que podría ser una añagaza que permita a Rusia ganar tiempo de cara a una eventual contraofensiva ucraniana y "detener la guerra en sus propios términos". Según Blinken, la visita de Xi proporciona "cobertura diplomática" a los crímenes de Rusia.

"No esperamos mucho de esta reunión, lo que sí que creemos es que sería importante para el liderazgo chino que tendiera la mano a (Volodímir) Zelenski y a Ucrania", ha explicado un funcionario europeo citado por la agencia EFE.

El plan de paz y la intermediación china vienen avalados por el papel de bróker que Pekín ha realizado entre iraníes y saudíes, hasta ahora condenados a matarse en guerras por delegación, como la de Yemen o la de Siria. Según el pacto alcanzado en la capital china, Irán y Arabia Saudí restablecerán sus relaciones diplomáticas y Teherán dejará de apoyar a los rebeldes hutíes en el Yemen contra las fuerzas oficialistas que respaldan los saudíes.

En Moscú, Xi ha declarado que China está preparada "para salvaguardar, junto con Rusia, el orden mundial basado en la legalidad internacional". No es, claro, la legalidad que marca Occidente, pues Xi ha hecho caso omiso de los intentos liderados por Occidente de aislar a Rusia y de convertir a Putin en un paria.

"¡Bombardear con misiles La Haya!"

De hecho, la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, lanzó el viernes una orden de arresto del presidente ruso por la deportación ilegal a Rusia de menores residentes en los territorios ocupados por el ejército del Kremlin en Ucrania, delito que es tipificado por ese tribunal como un crimen de guerra.

Pero ni China ni Rusia acatan las decisiones de la Corte, y Xi ha llegado este lunes a Moscú en un evidente desafío también a la CPI y a los países occidentales que piden ver al líder ruso juzgado en un tribunal internacional por crímenes de guerra.

En un paso que ha recordado que Estados Unidos hizo algo parecido cuando en la misma CPI se intentó enjuiciar la guerra lanzada por Washington en Irak sin el beneplácito de la ONU, el Kremlin ha ordenado investigar a los fiscales de la Corte Penal Internacional que han instruido el caso contra el presidente Putin.

Y ya con sus habituales salidas de tono, Dmitri Medvedev, presidente ruso entre 2008 y 2012, y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, ha señalado que es "completamente imaginable el lanzamiento con precisión de un misil hipersónico Ónix por un buque ruso desde el mar del Norte contra la sede del Tribunal de La Haya".

Medvedev dijo que el dictamen de la CPI contra Putin es "miserable" e insultante para un jefe de Estado que goza de inmunidad en cualquier país del mundo.

El portavoz chino de Exteriores, Wang Wenbin, también ha mostrado su desconfianza con la decisión de la Corte Penal Internacional y ha dado un buen varapalo a este tribunal. Wang ha subrayado que la CPI debería adoptar "una posición justa y evitar su politización y los dobles raseros" a la hora de enjuiciar crisis internacionales.

Precisamente, Xi ha comenzado su visita a Rusia en una fecha singular. Se cumplen veinte años desde el comienzo de la invasión de Irak por Estados Unidos y una coalición internacional liderada por Washington y Londres, que desató una guerra en Oriente Medio cuyos efectos se sienten aún hoy día.

Aquella ocupación tampoco tenía el visto bueno de Naciones Unidas, por lo que, al igual que la invasión rusa de Ucrania, violentó el derecho internacional y la soberanía de Irak, por muy dictador y criminal de guerra que fuera su entonces presidente, Saddam Hussein.

EEUU acusa a China de enviar armas a Rusia

No solo Putin sale fortalecido de esta visita de Xi. La llegada del líder chino a Moscú tiene lugar cuando arrecian las acusaciones sobre China por parte de Estados Unidos y algunos países europeos ante las sospechas de que Pekín podría estar destinando material de guerra a Rusia, susceptible de ser utilizado en Ucrania.

Las acusaciones afirman que esas "armas letales" chinas podrían inclinar la balanza en el conflicto hacia el lado ruso. Sin embargo, hasta el momento no se han presentado evidencias sobre ningún poderoso material bélico chino enviado a Rusia. Nada, salvo reportes como el de la revista Politico sobre el presunto envío entre junio y diciembre del año pasado de un millar de fusiles de asalto chinos catalogados como fusiles de caza, varias partidas de chalecos antibala, así como una docena de elementos utilizados en el ensamblaje de drones.

Desde luego no sería éste el material imprescindible para detener una contraofensiva ucraniana en toda regla. Tampoco para derribar los aviones de combate que Polonia y Eslovaquia han prometido enviar a Ucrania y que sí suponen un paso sin retorno en la participación occidental en la guerra.

Europa acuerda mandar toneladas de munición a Ucrania

Es más preocupante también el acuerdo logrado este lunes por los ministros de Defensa y Exteriores de la Unión Europea para entregar a Ucrania hasta un millón de proyectiles de artillería de 155 mm en los próximos doce meses. Serán proyectiles procedentes de sus propios arsenales y se promoverá la adquisición conjunta europea de más munición de este tipo, principalmente fabricada en Europa, aunque sin descartar otros mercados. El coste de este suministro será de 2.000 millones de euros para las arcas comunitarias.

Los fabricantes de armas de Estados Unidos sin duda han acogido con satisfacción este acuerdo, cuyo artífice es el alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, uno de los halcones más belicistas de Bruselas, que no ha tenido pudor para pedir a los países de la Unión que vacíen sus arsenales para entregar la munición a Ucrania y que se preparen para desembolsar miles de millones de euros para reponerlos y comprar más munición allí donde sea posible.

Este lunes también se supo la decisión de EEUU de entregar otros 350 millones de dólares en munición para sus sistemas de misiles HIMARS, obuses y tanques ligeros Bradley que ya operan en Ucrania. También se transferirán misiles HARM, armas antitanque y embarcaciones fluviales. En el anterior monto enviado por EEUU había pontones y puentes capaces de cruzar trincheras y canales, justo el material, como el ahora adjudicado, que podría utilizarse en una contraofensiva.

Una gran contraofensiva ucraniana en ciernes

Las noticias sobre el aumento de la asistencia militar occidental al ejército ucraniano llegan en un momento delicado para la campaña rusa en el este de Ucrania, donde el avance sigue topándose con la resistencia ucraniana en Bakhmut, ciudad en ruinas convertida ya en un símbolo de esta guerra.

El último en hablar del esperado contragolpe ucraniano ha sido el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien ha informado al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, de que Ucrania prepara una contraofensiva a gran escala para finales de marzo o principios de abril.

Prigozhin, cuyas unidades de mercenarios encabezan el ataque a Bakhmut, también ha señalado que el 70% de esta ciudad está ya bajo control de sus fuerzas. Sin embargo, la resistencia ucraniana sigue aún, taponando el avance ruso hacia el oeste del Donbás.

Después de celebrar en Crimea el aniversario de la anexión de esta península ucraniana en 2014, Putin sorpresivamente se desplazó el domingo a la ciudad portuaria de Mariupol, un puerto neurálgico para el Donbás y paso obligado hacia la región de Zaporiyia, también anexionada por Rusia en esta guerra.

Mientras la toma de Bakhmut parece postergarse, los ataques rusos se están centrando sobre localidades como Avdiiivka, Pervomaiske, Nevelske y Marinka, hacia el sur del Donbás. Las fuerzas armadas ucranianas también han informado de bombardeos en diversas áreas de la región de Jersón, en el sur.

Son todos éstos los movimientos que podrían esperarse ante un anticipado trasiego masivo de tropas por parte del enemigo. La primavera ha llegado y la contraofensiva ucraniana puede ya ser algo más que un montón de mapas llenos de marcas en el Estado Mayor de Kiev.

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