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El falso dilema sobre la dimisión de Adriana Lastra: ¿libre elección o suelo pegajoso?

Tras renunciar como vicesecretaria general del PSOE ante su inminente cese, la socialista ha recibido un aluvión de críticas que cuestionan, desde todos los posicionamientos, su decisión.

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, participa en la celebración de la segunda y última jornada de la Convención del PSOE Madrid Ciudad, en el Palacio de Cibeles, a 30 de junio de 2022, en Madrid (España).
Adriana Lastra en la celebración de la última jornada de la Convención del PSOE Madrid Ciudad, en el Palacio de Cibeles, a 30 de junio de 2022. Gustavo Valiente / Europa Press

Adriana Lastra no se va, la echan. Al menos, ha podido elegir la fecha de salida con su embarazo de riesgo. Mientras, sin imaginarlo ni pretenderlo, provoca un falso debate sobre la maternidad y la política. Todos los partidos entran al trapo, cuando en los mentideros políticos sabían que la salida de la vicesecretaria general del PSOE era solo cuestión de tiempo.

La dimisión de Adriana Lastra como número dos del Partido Socialista ha abierto las portadas de todos los diarios esta semana. El pasado 18 de julio la ya exvicesecretaria anunciaba su renuncia por motivos de salud, aunque las campanas de su cese sonaban desde hace semanas en Ferraz. La asturiana, según explicó en un comunicado, está transitando un embarazo de riesgo que requiere una calma y reposo incompatibles con la actividad frenética de la política institucional.

Una decisión personal que no tardó en ser cuestionada y en recibir críticas de todo cuño desde la política institucional. "Este no es el camino de la igualdad", afirmó la secretaria general del Partido Popular (PP), Cuca Gamarra. Mientras la ultraderechista Macarena Olona calificó de "bochornoso" que el partido que "se dice a sí mismo feminista y progresista" haga dimitir a una mujer embarazada.

Carolina del Olmo: "Las críticas de la derecha tienen como objetivo incidir en las divisiones dentro del feminismo"

Algún que otro senador también se aventuró a opinar sobre la decisión de Lastra: "Creo que hace un flaco favor a las mujeres en el mercado laboral", puntualizó el representante del PP, Pedro Rollán Ojeda, con una preocupación por las libertad de las mujeres que contrasta con los postulados de su partido respecto a otros derechos básicos como el derecho al aborto.

"Cuestionar y criticar cualquier decisión de una mujer sobre su maternidad, da igual que sea en un sentido o en otro, se ha hecho toda la vida. Siempre son los mismos. Lo nuevo es que ahora se hace en nombre del feminismo y la igualdad", señala a Público Carolina del Olmo, directora de publicaciones y eventos externos del Círculo de Bellas Artes. La también autora del ensayo ¿Dónde está mi tribu? Maternidad y crianza en una sociedad individualista apunta que las críticas de las derechas tienen un claro objetivo: mostrar fallas, conflictos y divisiones dentro del feminismo. Ridiculizar el movimiento para que la gente piense "menuda ideología".

María Eugenia Rodríguez Palop: "El parlamento no es un espacio desde es punto de vista laboral feminista"

Pero también algunos miembros del propio PSOE al estilo de Carmen Calvo han polemizado la renuncia de Lastra, aunque esta vez poniendo el acento en que un embarazo no debería interrumpir la "trayectoria profesional" de las mujeres. Explicó la exvicepresidenta primera del Gobierno que "en la democracia de la igualdad no es bueno que las mujeres salgan de la primera línea política". Otros, aluden que las figuras públicas tienen que dar ejemplo y aguantar al pie del cañón para mostrar que "somos como ellos".

Así, el debate sobre el cuerpo de las mujeres y la maternidad está servido una vez más. Un falso dilema que recuerda a las suspicacias que despertó aquella imagen de Carme Chacón pasando filas a las fuerzas armadas embarazada porque era un riesgo. O que nos traslada a 2016, cuando Carolina Bescansa se personó en el Congreso de los Diputados con su bebé. Controversias que sugieren que en la sede de la soberanía popular es difícil encontrar espacio para los cuidados.

A la pregunta sobre si la Cámara Baja es un espacio feminista, desde el punto de vista laboral, la jurista y eurodiputada María Eugenia Rodríguez Palop opina en una conversación con Público que "no". "Diría que no por muchas razones. Entre otras cosas, no se contemplan las bajas de maternidad y de paternidad para parlamentarios", argumenta.​

¿Libre elección o suelo pegajoso?

Dentro de este aluvión de comentarios que ha recibido la socialista por dimitir para "dedicar tiempo al autocuidado", se encuentran también los de aquellas asociaciones feministas que recuerdan que la falta de corresponsabilidad y la precariedad estructural a la que el patriarcado arroja a las mujeres lleva a que la renuncia a la vida laboral sea la única opción para muchas. 

Rodríguez Palop problematiza el hecho de haber trasladado la lógica jerarquizada de las empresas a la política

De todos los contratos a tiempo parcial vigentes a día de hoy en España, el 75% pertenecen a mujeres, de las cuales casi el 25% afirma que tiene ese empleo porque debe cuidar a niños, a enfermos o a mayores. Ellas tienen el triple de trabajos a tiempo parcial que los hombres: 2,1 millones frente a los 667.000 de ellos, según los datos de la última Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Las mujeres dedican al trabajo reproductivo hasta un 56% de su tiempo, mientras que los hombres sólo dedican un 30%. Sin embargo, pese a ser un elemento central de la actividad económica sin el cual el modelo productivo sería incapaz de funcionar, de acuerdo con lo analizado por la teórica Nancy Fraser en el artículo El capital y los cuidados, ha sido históricamente silenciado y denostado. 

En un modelo económico dominado por varones y por la supremacía de la productividad se han creado estructuras laborales poco proclives a la conciliación. Una dinámica que se ha trasladado de la lógica privada a lo público, según explica Rodríguez Palop. "La lógica de la política no sólo no ha compensado, sino que ha imitado la lógica empresarial muy jerarquizada, masculinizada y muy poco permeable a la defensa de los derechos humanos, los derechos de las mujeres", afirma. 

En la misma línea, del Olmo destaca "cómo un embarazo de riesgo te puede hacer consciente de hasta que punto puede llegar a ser incompatible el trabajo con algo tan humano como tener un bebe y casi con cualquier circunstancia que no sea estar completamente estable y sano". La también filósofa explica que la política tal y como está entendida excluye a todo aquel que se sale del modelo de técnico autosuficiente y que puede con todo.

Rodríguez Palop: "Es necesario feminizar la política"

Se pone sobre la mesa la necesidad de generar las condiciones materiales, laborales y humanas adecuadas que hagan factible que cualquier mujer pueda decidir tanto si desea no interrumpir su vida profesional por maternar como si toma la decisión o las circunstancias requieren echar el freno de mano temporalmente. "La reflexión de fondo que tenemos que hacer es si las condiciones laborales en las que nos desempeñamos contemplan en condiciones de igualdad las especificidades masculinas y femeninas a la hora de calificar lo que es un riesgo laboral y actuar en consecuencia", continúa Rodríguez Palop a la par que hace un llamamiento para la feminización de las formaciones políticas.

La eurodiputada asegura que "las estructuras laborales en las que nos desempeñamos son eminentemente masculinas" por lo que "no basta con que las mujeres lleguen al poder" para acabar con este sentido común donde lo laboral está siempre por encima de cualquier otro ámbito. Sino que se ha de apostar por enfoques trasversales que superen la mirada monolítica que han ofrecido los varones. "No se trata de juzgar si una decisión es feminista o no sino de estudiar si la estructura laboral en la que nos desempeñamos es o no feminista", termina.

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