Opinión
¡Que votamos, coño!

Por Marta Nebot
Periodista
Estoy indignada, realmente indignada. Acabo de ver una falsificación brutal, seguramente hecha con una inteligencia artificial inteligentísima, que pone en escena la imagen de María Guardiola, la candidata del PP en Extremadura, diciendo tonterías sin parar. Y quiero denunciarlo, porque trampas y trucos así ponen en riesgo a nuestra democracia: por más que sea muy fácil, por más que a veces nos dan ganas, no se pueden falsificar declaraciones de los candidatos.
Lo único que me consuela es que los falsificadores son muy buenos técnicamente, pero torpes al inventarle su discurso. Quisieron desprestigiarla haciéndola decir sandeces, pero se pasaron de parada: el texto que le ponen es tan disparatado que van a engañar a muy poca gente, muy pocos creerán que podría ser ella.
A ver: ¿qué sentido tiene hacerle decir que, porque unos ladronzuelos robaron una oficina de correos en un pueblo perdido y, además de 14.000 euros, se llevaron 124 votos que ya han sido recuperados, "están robando nuestra democracia delante de nuestros ojos" y otras barbaridades por el estilo?
Ya lo ha visto más de un millón de personas: me temo que muchos de ellos, aún si no pensaban votarla, la voten por solidaridad, por ser la víctima de semejante engaño. En realidad, cuanto más lo pienso más me temo que todo sea un montaje de su partido. Que lo hayan hecho precisamente con la idea de mostrarla indefensa y maltratada para convocar esa piedad que generalmente las víctimas reciben.
Sí, entre todas las predicciones apocalípticas hay referencias a hechos reales. Cuando el vídeo habla de "suciedad" quizá se refiera a la información sobre su chófer y primo, en el VioGén por haber sido condenado por coacciones a su expareja. Lo destituyó en el momento. Lo echó y lo que afecta al entorno personal y familiar siempre resulta más doloroso y más sucio.
Habría que dejar en paz a las familias de los políticos que no delinquen, y deberíamos defender la reinserción; también la de los que ejercieron violencia de género.
Su respuesta a ese barro tendría que haber sido dejar a su primo en su puesto. Es un cargo de confianza, es un familiar y, probablemente, sea un amigo. Y si a ella le parecía que hacía bien su trabajo antes de que se supiera su delito, ¿por qué dejó de parecérselo? ¿Teme la reacción feminista en las urnas? ¿No teme la reacción machista? ¿Qué clase de liderazgo es el suyo? ¿De verdad es ella la que ha decidido todos estos giros, como no acudir al debate electoral en TVE, aunque son decisiones y formulaciones que no le pegan, que no cuadran con sus años de gobierno? ¿De verdad cree que así es creíble que no está siendo genovadirigida o que no ha perdido su centro del todo? ¿Cómo ha permitido que le hagan este vídeo?
El vídeo va más en la línea de lo que marca su líder nacional, Alberto Núñez Feijoo, que le dijo al presidente del Gobierno en la última sesión de control del año, a pocos días de los festejos navideños, de que los que votan a unos y a otros nos sentemos a compartir buenos deseos y cordero, besugo o pavo: "La lección de feminismo se la debieron dar a usted en los prostíbulos". Este mismo señor fue presidente de Correos entre 2000 y 2003 y, por lo tanto, defendió y avaló el sistema de custodia y de reparto del voto por correo, pero en la campaña electoral de las elecciones generales del 23 de julio de 2023 sembró la misma duda que el vídeo, hasta que salió el resultado y la lista del PP fue la más votada. Lo mismo es que pretenden eso. Lo mismo están asustados porque eso no ocurra.
Hasta Santiago Abascal, en su cierre de esta campaña extremeña, acusó al PP de estar "sobreactuando" en lo del robo de votos y eso que ellos también practican esa manera gratuita de meter miedo. Ya había llamado "feminazi" a Guardiola, en otro momento de la campaña.
Así que es comprensible el susto de la presidenta extremeña, que lo más probable según las encuestas es que, tras pasar por las urnas, siga dependiendo de Vox después de haberse enfrentado a ellos: "El 22 de diciembre Abascal saldrá corriendo de Extremadura", dijo. El único objetivo de esta convocatoria era mejorar su mayoría para quitárselos de encima y, según las encuestas, tiene mala pinta. Los ultras han amenazado con pedir su cabeza si sus votos son necesarios para la investidura.
Sea como sea el resultado, con los malos datos esperados a derecha y a izquierda, el caso es que votamos y votamos desde hace casi medio siglo. Disfrutamos de una de las mejores democracias del mundo, digan lo que digan los fakes y los apocalípticos.
Y ya puestos a bromas de mal gusto, dan ganas de plantarse a las puertas de Génova, disfrazada de Tejerapayasa con pistola de juguete de la que salga la bandera de España cuando se aprieta el gatillo y gritar: ¡Votamos, coño! ¡Votamos! ¡Vale ya!
¿Cuántas patadas seguidas se pueden dar a nuestra convivencia?
Esto es una democracia también cuando gobierna el que no te gusta; cuando la mayoría parlamentaria no te beneficia; incluso cuando las encuestas te asustan y te pisan los talones tus propios demonios y amenazan con sacarte de la partida.
PD: al mandarle esta columna mi editor me dice que no, que no es una falsificación, que es realmente María Guardiola diciendo lo que piensa. Me dice que tiene pruebas, discutimos, le digo que las pruebas también se falsifican y que, a esta altura, se hace difícil saber qué creer. Pero yo insisto: no puedo creer que una política española seria diga lo que dice este vídeo. Así que, por respeto por la señora Guardiola, mantengo mi columna tal cual.

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