Opinión
Linchamiento
Por Eugenio García Gascón
-Actualizado a
Por primera vez el Informe sobre Terrorismo que elabora anualmente el departamente de Estado norteamericano ha calificado de "terrorismo" siete acciones cometidas por los colonos judíos contra la población palestina de los territorios ocupados durante el año pasado.
El Informe es muy comedido puesto que únicamente cita dos incendios de mezquitas cuando en realidad hubo más, hasta una decena, en el transcurso de 2011, un incremento del 40 por ciento con respecto al año anterior.
Es evidente que las fuerzas de seguridad israelíes hacen muy poco para limitar los ataques, en muy pocos casos atraparon a los asaltantes y todavía fueron menos los casos en los que se hizo pagar a los culpables, si es que hubo.
El Informe se hizo público el 31 de julio y ayer dio cuenta del mismo la prensa hebrea. Su divulgación ha coincidido con dos sucesos graves que han ocurrido en las últimas horas.
Uno de ellos es el ataque que unos desconocidos -aparentemente colonos- llevaron a cabo contra un taxi palestino en la noche del jueves al viernes con un cóctel molotov y que causó heridas graves a las seis personas que viajaban en el taxi, incluidas mujeres y niños.
El departamento de Estado también ha condenado el ataque, pero es evidente que la pasividad del gobierno de Israel alimenta este tipo de situaciones. A diferencia de los palestinos, los colonos saben que no pagarán por ellas y esta circunstancia hace que se crean impunes y actúen con impunidad.
El segundo incidente grave del fin de semana tuvo lugar también en la noche del jueves al viernes, cuando medio centenar de israelíes judíos jóvenes lincharon a cuatro adolescentes palestinos que en ese momento se encontraban en la céntrica plaza de Sión, en el corazón comercial del sector judío de Jerusalén.
La policía llegó para ver el ataque pero no detuvo a ninguno de los agresores, que se dispersaron tranquilamente al grito de "muerte a los árabes". Dos días después la policía ha anunciado la detención de cuatro menores, incluida una chica, y un joven de 19 años que niega que estuviera allí durante los hechos. Si nos guiamos por otros precedentes, lo más seguro es que no les ocurra nada.
El más damnificado fue Yamal Yulani, un palestino de 17 años que perdió el conocimiento a causa de las patadas que le dieron en la cabeza y en todo el cuerpo mientras gritaban consignas racistas, y permanece ingresado en un hospital israelí.
Grupos de israelíes judíos se han manifestado en solidaridad con las víctimas palestinas. Uno de lo carteles que portaban decía en hebreo "¿Dónde estará la policía durante el próximo linchamiento?"