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Ada Colau: "Tenemos que apoyar al máximo el proyecto de Yolanda Díaz"
Entrevista con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que hace una semana anunció que optará a un tercer mandato al frente del Ayuntamiento de la capital catalana.
El Consell de Cent funcionaba como una asamblea de cien miembros que dirigía los destinos de Barcelona. Desde el siglo XIII al XVIII, éste se reunía en el Saló de Cent, en las entrañas góticas del Consistorio. Cuando llegaron los Borbones, con los decretos de nueva planta, intentaron eliminar cualquier peculiaridad territorial y homogeneizar el Estado. El Saló de Cent entró en desuso. Ahora allí se celebran bodas; y entorno a él se organizan visitas de grupos que salen en fila por la Galería Gótica.
Allí atiende a Público la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Barcelona, 1974), quien la semana pasada anunció que optará a un tercer mandato municipal. En sus respuestas, analiza la actual situación de la ciudad, los retos que están por venir y la importancia del municipalismo como herramienta ante los problemas globales. Tampoco elude referirse a la situación de las izquierdas en el Estado y al proyecto 'Sumar' que lidera Yolanda Díaz y que tiene comprometido comenzar su "proceso de escucha" en cuanto pasen las elecciones andaluzas.
El jueves pasado anunció que optaría a un tercer mandato como alcaldesa y comentó que necesitan cuatro años más para "culminar la transformación de la ciudad" comenzada en 2015. ¿Los grandes cambios avanzan lentamente desde las instituciones?
"Barcelona no se ha parado nunca, y hoy es la administración de todo el Estado que está haciendo más vivienda pública"
Es cierto que hacer cambios desde la administración pública lleva más tiempo del que una querría, porque hay muchos factores que no dependen solamente de ti. Hay muchas cuestiones de la ciudad que son competencias compartidas con otras administraciones y, por tanto, se han de negociar; o si otras administraciones están paralizadas o sin presupuestos no lo puedes hacer. Nos ha pasado con el tranvía: lo acordamos nada más entrar en el 2015, pero como pasaba por acuerdos con la Generalitat, con la que ha habido muchas dificultades de relación y también una situación de excepcionalidad política, pues se retrasó y finalmente es ahora cuando se están realizando las obras.
Es cierto que nos ha tocado un periodo histórico anormal con todas las cosas que han ocurrido: tensión política, pandemia y ahora la guerra en Ucrania. Todo esto afecta a las administraciones y retrasa algunos de los procedimientos que se tienen que hacer. Sin embargo, Barcelona no se ha parado nunca, y hoy es la administración de todo el Estado que está haciendo más vivienda pública de alquiler social, estamos llevando a cabo una transformación urbana que ya nadie cuestiona porque es visible y estamos reduciendo la presencia del coche, poniendo mucho más verde, ampliando los carriles bici... Sin embargo, efectivamente, para que acabe de consolidarse y se pueda culminar se necesita un tercer mandato y con esta ilusión he aceptado la propuesta de Barcelona En Comú.
Siempre ha insistido en que el de Barcelona En Comú es un proyecto "colectivo", sin embargo la persona que encabeza la candidatura será la misma tres veces consecutivas. El enorme peso de los liderazgos en política. ¿Han entendido que para conservar la alcaldía la cabeza de lista tenía que ser Colau o Colau?
No diría eso, todos somos necesarios, pero es cierto que tenemos papeles diferentes. Sola no podría hacer la transformación que estamos haciendo; se puede hacer porque hay un grupo municipal y una organización volcada trabajando siete días a la semana. Es verdad que vivimos en tiempos muy mediáticos y no es fácil conseguir una visibilidad en un momento de mucho ruido. A mí ya se me conocía antes de entrar a la política municipal y lo que quiero es que esta visibilidad sea útil a un proyecto que es colectivo.
El año que viene, elecciones municipales. ¿Cómo ve el panorama más allá de Barcelona? Han desaparecido aquellas candidaturas del cambio que llegaron a importantes ayuntamientos en 2015. Solo quedan el alcalde de València Joan Ribó, el de Cádiz, José María González 'Kichi', y usted...
"Ahora que la confrontación entre Catalunya y el Estado ha bajado, predominan los temas que llevábamos en la agenda del cambio de 2015"
Como decía, lo que hemos vivido ha sido un periodo muy complicado. Llegamos en 2015 con una agenda del cambio, que tenía que ver con todo un proceso de movilización ligado al 15-M y también con movilizaciones más amplias como la del derecho a la vivienda. Es con esta oleada como muchas experiencias municipalistas diversas, sin embargo con elementos comunes, consiguieron las alcaldías más importantes del Estado. Después hubo un cambio de agenda, con el tema de Catalunya, la represión por parte del PP, la polarización, que seguramente dificultó que muchos de los temas de la agenda del cambio fuesen los protagonistas del debate público. Este desplazamiento de la agenda puede ser parte de la explicación de por qué algunas de aquellas candidaturas no salieron adelante.
De todas maneras, sí que creo que la oleada social, política y cultural se ha mantenido más allá de candidaturas institucionales, porque son los temas del siglo XXI: la lucha contra la desigualdad y la injusticia social, la lucha contra el cambio climático y por hacer ciudades más sostenibles y amables, la reivindicación de los valores del feminismo y diversidad... Ahora que la confrontación entre Catalunya y el Estado ha bajado y se ha rebajado la tensión política, predominan los temas que llevábamos en la agenda del cambio de 2015. Podemos ver cómo la Generalitat copia nuestro esquema de gobierno y hace una consejería de Emergencia Climática o una de Feminismos, algo impensable unos años atrás. Algunas de estas candidaturas nos hemos mantenido y espero que otras vivan un resurgimiento en las próximas municipales.
Usted participa en redes internacionales de ciudades. ¿Qué papel han de tener las ciudades en este mundo convulso que llevamos?
"El municipalismo es uno de los lugares desde los que recuperar la fuerza de la democracia, desde donde refundarla"
El mundo convulso es a nivel global. Crece la extrema derecha; la emergencia climática genera angustia a las generaciones más jóvenes, porque es un mensaje que el futuro no está claro; y eso se ha agravado con la pandemia y con la invasión rusa de Ucrania. Todo esto genera un estado de ánimo de mucha preocupación en la sociedad y creo que el municipalismo tiene mucho que hacer. El municipalismo es uno de los lugares desde los que recuperar la fuerza de la democracia, desde donde refundarla y generar sinergias y políticas públicas y público-comunitarias para dar una respuesta efectiva a problemas que son globales, pero que se concretan en las ciudades. La desigualdad es un problema que genera el capitalismo a nivel global, pero que se concreta de manera muy fuerte en las ciudades. La emergencia climática es un problema global, pero en las ciudades se generan gran parte de las emisiones y sufren las consecuencias en la salud con la contaminación.
Tenemos que afrontar estos problemas, aunque tengamos menos competencias y presupuestos. No hay tiempo para la queja, nos hemos de organizar entre nosotros y por eso trabajamos mucho la diplomacia de ciudades y participamos en muchas redes de ciudades, nos resulta muy útil. Entre ciudades hacemos política feminista, a diferencia de los Estados no competimos entre nosotras sino que cooperamos y usamos mucha creatividad e innovación para dar respuesta a los problemas globales que aparecen y para los que tenemos pocos recursos, pero que hemos de afrontar.
Un ejemplo reciente son estas plataformas especulativas con temas centrales que afectan a la vida de la gente, como la vivienda con Airbnb, la movilidad con Uber o Cabify, o la comida a domicilio... Hablamos de grandes plataformas que están cotizando en bolsa y generan beneficios multimillonarios, pero a costa de precarizar y especular con bienes básicos, como puede ser la movilidad o la vivienda. Ante esto, las ciudades tenemos pocas herramientas, pero en Barcelona no nos hemos resignado: hemos innovado y forzado a Airbnb a retirar miles de anuncios de apartamentos turísticos ilegales; también hemos hecho una regulación pionera en el Área Metropolitana para regular Uber y Cabify y proteger el sector del taxi. Y seguimos trabajando. Tendremos que colaborar entre administraciones y específicamente entre ciudades para afrontar fenómenos globales que crecen muy rápido, alteran las reglas del juego y afectan a bienes básicos. Nos hemos de organizar para defender el bien común y los derechos de la ciudadanía.
Por resumir, la reforma de la movilidad y los cambios urbanísticos, el avance en la aplicación de medidas para reducir la contaminación y en la lucha contra el cambio climático, la ampliación del parque público de vivienda y un refuerzo de los servicios sociales en una época en la que, todo apunta, puede ser de empobrecimiento colectivo... ¿Serán estos los grandes retos que se plantean para el tercer mandato?
Las dificultades actuales, con el hecho de que la emergencia climática no se resuelva y los pactos entre Estados se hayan quedado cortos, o que la desigualdad, que ya era un problema antes, todavía se pueda agravar más con la inflación o la especulación con bienes básicos confirman la agenda que habíamos llevado para Barcelona y nos animan a defenderla con más fuerza. Creo que el municipalismo es el espacio de la esperanza.
Ante los problemas tan grandes, que a veces son tan difíciles de afrontar, en Barcelona el Ayuntamiento defiende los bienes comunes y nos enfrentamos a fondos buitres para proteger a vecinos de desahucios ilegales o de asedio inmobiliario, defendemos la gestión pública del agua, que está privatizada, o nos enfrentamos con especuladores que quieren barra libre para un turismo masificado y regulamos los alojamientos turísticos. Cosas que hace pocos años nos decían que eran imposibles de hacer. Si hemos hecho esto desde un Ayuntamiento, que tiene pocas competencias, se puede hacer mucho más. Tenemos que consolidar la agenda del cambio en Barcelona con los pilares de la lucha contra la desigualdad, la emergencia climática y la reivindicación de los valores de la cultura, la igualdad y el feminismo como un espacio de convivencia y de seguridad también para enviar un mensaje de esperanza ante grandes problemáticas que a menudo parecen inabarcables, con los cuales se puede hacer muchas más cosas de las que nos decían.
En cuestiones como la defensa de los bienes comunes, la apuesta por la gestión directa de los servicios públicos, la Zona de Bajas Emisiones o la regulación del turismo poniéndose límites, su modelo de ciudad es muy claro, pero parece bastante alejado de las posiciones del PSC, que se acercan más al que plantean actores como Foment del Treball o el Cercle d'Economia. ¿Se sienten cómodos compartiendo gobierno?
"Incluso el sector hotelero nos reconoce que efectivamente se tenían que limitar los alojamientos turísticos"
Con el Partido Socialista tenemos diferencias, es evidente y nadie lo niega, pero hasta ahora las hemos gestionado con bastante lealtad. Dicho esto, el PSC también se da cuenta de que ciertos inmovilismos ya no son sostenibles y que deben moverse de posición. Quizás es verdad que había estado más cerca de una cierta barra libre con algunas actividades, pero incluso el sector hotelero nos reconoce que efectivamente se tenían que limitar los alojamientos turísticos, cuando antes nos decían que esto detendría la economía. El PSC se está moviendo algo de posición, aunque después hay diferencias y no las escondemos. Ha pasado con la ampliación del aeropuerto: ellos eran favorables, como Foment, y nosotros éramos contrarios. Y me alegro mucho de que no se haya avanzado en la ampliación, porque si hoy estamos volviendo a alertar de los peligros de la masificación turística, imagínense si hubiéramos pasado de 50 a 70 millones de visitantes con la ampliación. Claramente es contrario al signo de los tiempos.
Entiendo que hay sectores que les cuesta asimilar que deben hacerse cambios importantes, pero deben hacerse, porque si no será peor. De hecho, ya vamos tarde, se están produciendo mil muertes prematuras en el área metropolitana [por la contaminación del aire] y esto significa regular y poner límites. Lo hemos hecho con alojamientos turísticos, lo estamos haciendo con los vehículos y ahora lo estamos pidiendo con los cruceros, no puede ser una actividad ilimitada.
¿El modelo de las Islas Baleares sería aceptable?
Me parece que es un referente sobre el que partir. En las Islas han hecho el análisis de que debía ponerse un límite, porque si no empieza a tener impactos negativos, situándolo en tres cruceros al día. Y se puede partir de esta reflexión. Hemos interpelado a la Generalitat para que coja este referente, se haga en datos y se vea cuáles deben ser las cifras. Debemos buscar actividades equilibradas y los cruceros sin límites no lo son; y poner límites es bueno finalmente para la actividad turística. Sólo en mayo han llegado 125 cruceros, el 40% de ellos sólo están cuatro horas en la ciudad y, por tanto, dejan poco retorno económico y generan un colapso de movilidad en el centro.
No parece que los grandes actores económicos de la ciudad compartan lo de poner límites. Por ejemplo, en la última reunión anual del Cercle d'Economia se defendía la ampliación del puerto y aeropuerto y se apelaba constantemente a la necesidad del crecimiento económico. Sonaba a años 90.
"Hay algunos sectores económicos que están todavía en la ciudad del pasado, en la contaminada"
Para mí es motivo de orgullo que Barcelona sea elegida por muchos sectores económicos estratégicos de futuro que ven también un sentido económico en su modelo de ciudad equilibrada, con una economía diversificada y que quiere ser sostenible. Pero es cierto que hay algunos representantes de algunas organizaciones económicas que no están acostumbrados a no mandar sobre la institución política. Evidentemente, los escuchamos y nos reunimos, pero no son ellos quienes mandan en la ciudad, manda la ciudadanía que ha votado a unas formaciones políticas que tienen un programa que aplicaremos. Y significa, por ejemplo, pacificar y que el coche no sea el protagonista de la ciudad.
Pues sí, hay algunos sectores económicos que están todavía en la ciudad del pasado, en la contaminada, donde hay barra libre por especular y por el turismo, donde no hay límites. Nosotros queremos liderar la ciudad del futuro, que debe poner límites y evidentemente fomente la actividad económica, pero que sea diversificada y que ponga a las personas en el centro y no el beneficio de unos pocos. Aquí sí que hay dos modelos distintos y nosotros queremos defender la ciudad de las personas. Hay algunas resistencias, que incluso están llegando a una guerra judicial, a una lawfare, pero eso no nos asusta, nos han votado por defender a la ciudadanía y lo seguiremos haciendo.
¿Esta guerra judicial les lleva a andar con pies de plomo a la hora de tomar determinadas medidas?
"No hay ninguna denuncia por supuesta corrupción, sino que todas son por defender a la gente"
Hoy todo el mundo ve que existe esta guerra judicial, porque no hay ninguna denuncia por supuesta corrupción, sino que todas son por defender a la gente ante los fondos buitres, por abrir el debate sobre la gestión pública del agua, por querer pacificar [ las calles]... Son lobbies muy determinados los que nos están haciendo la guerra judicial y que nos quieran intimidar nos reafirma que había que hacer esto y que debemos seguir.
También es evidente que buscan desgastar, distraer, ensuciar la imagen... Y quizás parcialmente lo consiguen, pero tenemos muy claro que si pretenden asustarnos se equivocan y conseguirán exactamente lo contrario. Es cierto también que todas las actuaciones que hacemos son escrupulosamente rigurosas desde el punto de vista jurídico, siempre están validadas por todos los servicios jurídicos, de intervención y secretaría general, que están formados por profesionales independientes que estaban en la casa antes de que llegáramos.
Esta semana hemos sabido que el Supremo podría replantearse su decisión sobre los indultos a los dirigentes independentistas. Es evidente que el 'deep state' ha situado al independentismo en su punto de mira, como su enemigo. ¿Se sienten también, junto con Podemos, un objetivo a batir por parte de ese estado profundo?
Sí, este deep state o estas cloacas del Estado también nos han afectado como espacio político y se han producido casos, sobre todo con Podemos en el Estado, pero no debemos resignarnos. Es gravísimo tanto el escándalo del espionaje, como que ahora se cuestionen unos indultos que se han hecho de acuerdo con la legalidad. Hay que persistir con la línea de defender la democracia y evidentemente los indultos deben seguir plenamente vigentes. Espero que esto acabe en nada. Esta interferencia política permanente por parte de determinadas cúpulas judiciales más allá de sus ámbitos específicos es muy mala para la democracia en general. Debemos pedir que los jueces se dediquen al ámbito de la justicia, y que el ámbito de la política, escogida democráticamente por la ciudadanía, sea respetado.
Aunque el parque de vivienda pública de Barcelona ha aumentado de forma significativa desde que gobiernan, queda lejos de las cifras a las que aspiraban en el 2015...
"Barcelona es la administración de todo el Estado que está haciendo más vivienda de alquiler social"
Con vivienda tengo el gran orgullo de que Barcelona es la administración de todo el Estado que está haciendo más vivienda de alquiler social, estamos haciendo miles, pero partíamos de mínimos europeos. Pronto duplicaremos el parque de vivienda pública que nos encontramos, pero seguirá siendo insuficiente. Hemos demostrado que podía hacerse más y hemos innovado: aparte de construir más vivienda pública que nunca, hemos hecho un acuerdo pionero con las cooperativas de vivienda, que están haciendo ya más de mil pisos cooperativos en suelo municipal en Barcelona; también estamos haciendo acuerdos públicos-privados con un operador metropolitano, que realizará 4.500 viviendas de alquiler asequible. Se está haciendo más que nunca, pero un ayuntamiento solo no puede resolverlo y debemos reclamar que aquellas administraciones que tienen más competencias hagan lo que les toca y hagan más lo que han estado haciendo hasta ahora.
Con la Generalitat de Catalunya, que tiene la competencia principal para hacer vivienda pública, estamos igual que hace ocho años. La Generalitat ha hecho dejadez de funciones y no está ejerciendo sus competencias. Barcelona está haciendo miles de viviendas de alquiler social y la Generalitat está haciendo 30 en la ciudad. Esto es un insulto a la ciudadanía y lo digo como alcaldesa. Cierto que hemos tenido unos años de tensión política que podía hacer que no fuera tan fácil estar por la gestión del día a día, pero eso ya ha pasado y lo hablé con el presidente Pere Aragonés. Ha pasado ya un año y la Generalitat debe cumplir con sus obligaciones pero no lo está haciendo. La otra cuestión es el marco normativo.
¿Tiene la certeza de que la futura ley estatal de la vivienda permitirá regular el precio de los alquileres?
"Queremos que se apruebe esta ley, pero queremos que sea una ley de verdad, con contenido"
Una vez más de forma pionera y con el liderazgo de los movimientos sociales, se ha intentado hacer en Catalunya una regulación de los alquileres que reclamábamos desde 2015 y esto fue posible con una ley avanzada que, de nuevo, fue invalidada por un tribunal. Pues con mayor razón la legislación estatal debe ser una realidad. Es un compromiso del Gobierno de coalición y como comunes lo pusimos como punto imprescindible para que se formara el Ejecutivo. La ley está tardando más de lo que nos gustaría, pero ahora llega al punto final.
Hemos hecho algo que no es habitual: presentar enmiendas como ayuntamiento. Y lo hemos hecho con el ánimo más constructivo, pero también con la firmeza de quien conoce el tema mejor que nadie, porque llevamos muchos años trabajándolo. Queremos que se apruebe esta ley, pero queremos que sea una ley de verdad, con contenido, que cumpla los objetivos puestos, que son poner límites a la especulación en los alquileres y la subida de precios desorbitada, y también regular los desahucios para que exista una alternativa para las familias vulnerables. Son cuestiones de mínimos y en el trámite final estaremos vigilantes y proactivas porque la ley solo puede aprobarse si efectivamente cumple con sus objetivos y tiene un contenido real.
¿Se sienten satisfechos con su influencia en el Gobierno estatal?
"Yolanda Díaz es la mejor ministra del Gobierno porque está consiguiendo resultados concretos"
Siempre me gustaría tener más influencia, pero evidentemente la correlación de fuerzas es la que es. Me siento satisfecha que en los temas que nosotros llevamos creo que hemos marcado la diferencia y hemos movido al PSOE hacia posiciones más progresistas en muchos ámbitos. En política catalana, porque decía no a los indultos y finalmente los aprobó. En en vivienda, que se negaba a realizar cualquier regulación, porque además es un partido especialmente sensible a la presión del sector inmobiliario, de hecho, un exalcalde de esta ciudad hoy es el portavoz de las grandes inmobiliarias que están en contra de regular el alquiler [se refiere a Joan Clos], y sin embargo haremos valer nuestra posición para que la ley que se apruebe regule finalmente los alquileres.
También está el ejemplo de Yolanda Díaz, que creo que es la mejor ministra del Gobierno porque está consiguiendo resultados concretos, que al final es por lo que nos votan. Ha demostrado ser la mejor ministra de Trabajo que ha habido, ha subido el salario mínimo, ha conseguido realizar la reforma laboral con muchas dificultades, pero se ha conseguido que miles de personas con contratos precarios hayan pasado a tener indefinidos, y los datos de reducción del paro después de la pandemia son los mejores desde hace décadas. Estos resultados concretos que mejoran la vida de la gente avalan la utilidad de estar en el Gobierno de coalición, a pesar de los límites y las contradicciones, que siempre están ahí.
¿Cuál será su implicación y la de los comunes en 'Sumar', el proyecto que lidera Yolanda Díaz?
A la espera de cuáles serán los nombres de las propuestas políticas en el futuro, la idea ésta de 'Sumar', que es mucho de Yolanda Díaz, creo que es la propuesta que se necesita. Además, la suma de Yolanda Díaz está llamada a ocupar una posición de centralidad en la política estatal y la necesitamos. Creo que es la mejor propuesta que hay ahora mismo sobre la mesa por parte de posiciones progresistas, de izquierdas, y debemos apoyarla al máximo.
Cuenta con toda nuestra complicidad y, además, sintoniza con lo que inspiró Barcelona en Comú, que era sumar en base a objetivos, poniéndolos por delante de las siglas. Y esto no significa menospreciar las siglas, hay que respetar mucho a la gente que lleva mucho tiempo organizada en formaciones políticas y la organización es necesaria para hacer política, pero la política debe ir más allá de las siglas y más en el tiempo actual.
Es evidente que existen cuestiones que han tensado las relaciones entre Podemos y Yolanda Díaz. ¿Qué papel puede jugar Ada Colau para mantener la cohesión del espacio?
"Mi vocación es municipalista y para mí nada más importante que ser alcaldesa de Barcelona"
Siempre estaré apoyando el espacio, dentro o fuera de las instituciones. Creo que esa propuesta de 'Sumar' es absolutamente necesaria y podrán contar conmigo. A Yolanda ya le he dicho que mi vocación es municipalista y para mí nada más importante que ser alcaldesa de Barcelona y es mi compromiso, no estoy pensando en hacer otra cosa. Me presentaré a un tercer y último mandato para ser alcaldesa, para consolidar un proyecto de transformación de la ciudad y mi compromiso concreto es éste, pero desde la alcaldía de Barcelona se puede ayudar mucho a un proyecto catalán, a un proyecto estatal y también a un proyecto de proyección europea.
Somos una ciudad en la que hemos estado proactivos y hemos ayudado a aprobar presupuestos tanto en la Generalitat como en el Estado, hemos demostrado que desde Barcelona podemos empujar y ayudar para generar escenarios de políticas progresistas, de diálogo y cooperación para mejorar la vida de la gente.
Es posible que a una parte de su electorado le haya sorprendido el apoyo a un proyecto como la organización de la Copa América de Vela de 2024, que en parte genera una proyección turística que la ciudad ya tiene. ¿Cómo debería gestionarse el evento para que tenga un impacto positivo más transversal para las personas de Barcelona?
"En el ámbito del deporte, nuestra ciudad es referente, un evento internacional cuadra con Barcelona"
Me gusta mucho reivindicar la idea de que muchos proyectos eligen Barcelona, pero que Barcelona elige también los proyectos que le interesan, debe hacerlo. La ciudad no debe decir "sí" a todo, hemos dicho que no a la ampliación del aeropuerto y no al Hermitatge, porque era claramente una propuesta especulativa, tenía muy poco valor cultural y era una operación inmobiliaria en primera línea de mar, que no es lo que necesita la ciudad. Pero que haya eventos es positivo, siempre que coincidan con el modelo de ciudad y, de hecho, hemos conseguido varios, como la Bienal Manifesta, la más importante de arte contemporáneo y que se hará en 2024, o la Capital Mundial de la Arquitectura, en 2026.
En el ámbito del deporte, nuestra ciudad es referente, un evento internacional cuadra con Barcelona y estamos hablando de náutica, no es un deporte que resulte ajeno a una ciudad de mar. La nueva formulación que ha hecho la Copa América significa apostar por tecnología, por innovación, por nuevos combustibles sostenibles y todo esto significa que durante estos dos años los organizadores y equipos que competirán se instalarán en Barcelona y generarán una sinergia con el ecosistema existente de lo que se llama la economía azul, que nos es propia y nos interesa. Forma parte del trabajo de la ciudad que el evento tenga la máxima repercusión para el conjunto de la ciudadanía y no sólo en la proyección internacional, pero que se proyecte Barcelona como una ciudad de deportes es coherente con el modelo de ciudad y con su propia identidad.
Agradeció el papel que ha jugado ERC en este mandato, porque fue clave en la aprobación de los grandes proyectos de ciudad y de los presupuestos. ¿Se imagina gobernando en el próximo mandato?
"Evidentemente existe la posibilidad de hacer un pacto con ERC"
Me imagino siempre en un gobierno de izquierdas. Somos una ciudad progresista, somos una ciudad plural, ya no hay gobiernos monocolores como había en el pasado y el pacto debe formar parte de la normalidad y no de la excepción, y lo que imagino son pactos de izquierdas . Y en los pactos de izquierdas evidentemente existe la posibilidad de hacer un pacto con ERC, de hecho es lo que propuse antes de la investidura, hacer un pacto con ERC y el PSC, pero en ese momento Esquerra quería hacer un pacto con Junts, pero esto puede cambiar.
Este mandato ha sido una buena experiencia, porque hemos aprobado muchas cosas en tiempos muy complicados y es bueno reconocer y agradecer la aportación positiva de Esquerra, que ha hecho de socio externo y ha dado estabilidad aprobando todos los presupuestos y las principales transformaciones de la ciudad. Debemos mantener este clima de diálogo y cooperación, poniendo la ciudad siempre por delante de las siglas y es bueno que haya acuerdos de izquierdas lo más estables posible.
Es co-coordinadora general de Catalunya en Común. ¿Hasta qué punto mantener la alcaldía es clave para sostener el espacio político, porque su expansión territorial no ha terminado de arrancar?
Catalunya en Común está en un buen momento, tiene distintos liderazgos que se han consolidado. Jéssica Albiach está haciendo muy buen trabajo en el Parlamento y está haciendo también esta política feminista constructiva, desde el diálogo y la suma. Hay muchas personas muy valiosas y caras visibles más allá de la mía, como Jaume Asens, Joan Mena, Gerardo Pisarello... Y existe un proyecto para Catalunya.
Además, creo que pasado el momento de máxima polarización entre Catalunya y el Estado, se ha confirmado que la vía de salida era la que habíamos propuesto siempre, que pasaba por el diálogo, los indultos y para empezar a hacer políticas concretas . Ahora ERC ha realizado un viraje hacia las propuestas que hacíamos los comunes desde el principio. Y aquí se abre un nuevo escenario en el que también creo que se debe trabajar por estas mayorías progresistas que necesita Catalunya y que superen la etapa del Procés.
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