La agenda de Yolanda Díaz de este miércoles y de este jueves es un reflejo de la hoja de ruta que pretende seguir su proyecto político. La vicepresidenta quiere que todo gire alrededor del proceso de escucha de la sociedad civil que comenzará tras las elecciones andaluzas (bajo el paraguas jurídico de la marca 'Sumar'), pero en el camino a ese proceso dibuja también el escenario de su fase final: la de las alianzas.

Este miércoles Díaz acudió a un encuentro con personas expertas en el sector energético para abordar los retos del empleo ante la transición energética. El evento tuvo lugar a las 16.30. La vicepresidenta solo tomó la palabra al inicio y al final del acto, en el que participó una lista paritaria de expertos (25 hombres y 25 mujeres) para dar inicio y clausurar el encuentro.

Libreta en mano, la ministra de Trabajo exhibió la dinámica del proceso de escucha que comenzará después de junio y que se extenderá hasta finales de año: los expertos y expertas expusieron su análisis de la situación actual del empleo y sus retos en la transición energética mientras la dirigente gallega tomó notas durante varias horas.

A las 19.30, la vicepresidenta tenía otro compromiso: la presentación del libro de la líder de Más Madrid, Mónica García, Política sin anestesia. Con la hora justa, Díaz llegó al salón de actos, presenció el evento y salió del mismo acompañada de García, con la que se hizo varias fotos.

La mañana del día siguiente, jueves, dejó una noticia: Ada Colau optaría a una tercera reelección como alcaldesa de Barcelona. A la entrada de un foro sobre trabajo, la vicepresidenta dio unas declaraciones muy reveladoras e inusuales en una dirigente que en los últimos meses ha tratado de huir de debates orgánicos, afinidades políticas, filias y fobias.

"Va a contar conmigo si ella quiere para acompañarla en su campaña, sobre todo porque creo que es una de las alcaldías de referencia, no en España, sino en el mundo. Sumemos también con Ada Colau", aseguró Díaz, ofreciéndose a hacer campaña por la líder de los comuns en las próximas elecciones municipales.

Centrada en el proceso de escucha

No es la primera vez que Díaz muestra su afinidad con García y Colau; en noviembre del pasado año, la ministra de Trabajo protagonizó junto a ellas, la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, y la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía en Ceuta, Fátima Hamed, un encuentro de mujeres llamado Otras Políticas.

Desde su entorno destacan que, fuera de su labor en el Gobierno, la vicepresidenta está completamente centrada en su proceso de escucha. De hecho, será este proceso el que decida si finalmente sigue con su proyecto y, sobre todo, si acepta ser candidata en las próximas elecciones generales.

Pero en la casilla de salida, la ministra de Trabajo parece vislumbrar algunos detalles, todavía menores, de la meta, que no es otra que el proceso de alianzas políticas (y también con la sociedad civil) que darán sustento a su plataforma.

Además de García y Colau, en los últimos meses Díaz ha reforzado sus lazos con Izquierda Unida y el PCE, en especial con Alberto Garzón (del que se distanció en 2019, cuando la entonces diputada gallega apoyó a Pablo Iglesias y su apuesta por entrar en el Gobierno, una estrategia que Garzón no apoyaba), y con Enrique Santiago (con el que ya tenía mucha afinidad).

A su vez, la relación con Podemos se ha enfriado hasta el punto de que es difícil ver juntas a la vicepresidenta segunda del Gobierno y a la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, en cualquier acto público. En la formación morada siguen apostando porque Díaz es su candidata para las próximas elecciones generales e insisten en que debe ser ella la que marque sus propios tiempos y plazos.

Sin embargo, la polémica constitución de Por Andalucía ha llevado a todos los actores a un marco de desconfianza del que, por ahora, es difícil salir. En Podemos consideran un gesto de responsabilidad apartar a su candidato, Juan Antonio Delgado, para dejar paso a la dirigente de IU Andalucía, Inma Nieto, como cabeza de cartel, un gesto que no habrían realizado, apuntan voces de la organización, si Díaz no lo hubiera pedido (aunque en el entorno de la vicepresidenta niegan esta cuestión).

Todavía queda mucho camino para llegar a la fase de las alianzas políticas y durante el proceso de escucha, que la ministra de Trabajo quiere impulsar al margen de partidos y espacios políticos, este escenario podría variar. Las 'sumas' de Yolanda Díaz están en marcha, y la primera pasa por tratar de sumar a la sociedad civil.