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Comunidad de Madrid La amenaza de elecciones autonómicas en Madrid compromete el resto de pactos entre PP y Cs

Ambos partidos insisten públicamente en que ni el adelanto electoral ni la moción de censura están sobre la mesa, pero al mismo tiempo siembran sospecha sobre su socio de Gobierno.

La presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, junto con el vicepresidente Ignacio Aguado y la diputada de Vox Rocío Monasterio./Victor Lerena  (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, junto con el vicepresidente Ignacio Aguado y la diputada de Vox Rocío Monasterio./Victor Lerena (EFE)

marta monforte

La amenaza de un adelanto electoral planea sobre la Comunidad de Madrid desde hace semanas. Más como advertencia por parte del Partido Popular a Ciudadanos que como una opción con posibilidades de materializarse. Según los sondeos, unas nuevas elecciones supondrían un duro golpe para los de Ignacio Aguado en la región. De igual modo sucede con la moción de censura, con la que Ciudadanos podría desbancar de la presidencia a Isabel Díaz Ayuso (y al PP) de la mano del PSOE y Más Madrid.

Ambos partidos insisten públicamente en que ninguna de las dos opciones está sobre la mesa, pero al mismo tiempo siembran sospecha sobre su socio de Gobierno. El PP señala en privado que los "rumores de moción de censura" les llegan con fuerza, mientras que Ciudadanos lamenta que "el amago de elecciones viene de la parte de Ayuso, "cosa que no es buena para la estabilidad de un Gobierno", admiten. Pese a la tensión que se vive en el seno del Gobierno, Ayuso lo ha vuelto a negar este lunes en una entrevista en Esradio: "Estoy obligada a intentar entendernos", ha señalado, aunque ha dedicado unas duras palabras al consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, de Ciudadanos.

Por su parte, desde la dirección de ambos partidos destacan que una crisis institucional en el Ejecutivo madrileño podría comprometer la estabilidad del resto de gobiernos autonómicos (Andalucía, Castilla y León y Murcia) y municipales, en los que ambos gobiernan conjuntamente. "Tocará aguantar", es la consigna más repetida por ambos partidos, conscientes de que la relación entre Ayuso y Aguado dista de la que mantienen José Luis Martínez-Almeida (PP) y Begoña Villacís (Cs) en el Ayuntamiento de la capital o la de Juanma Moreno (PP) y Juan Marín (Cs), en la Junta de Andalucía.

Sin embargo, voces de la formación 'naranja' en Madrid no descartan que Ayuso saque del Gobierno a Ciudadanos en favor de Vox. ¿Cómo? "Ella puede cesar a quien quiera como presidenta", explican. "Quitar a Ignacio y meter a Monasterio". ¿El problema? Además de que se arriesgan a que la moción de censura se materialice, gobernarían en minoría y no podrían sacar adelante los presupuestos, actualmente prorrogados, sin el apoyo de los diputados de Cs.

En el PP lo desmienten y señalan que no hay alternativa posible sin Cs. Aseguran que actualmente no pueden permitirse una crisis institucional de este calado. "Sería de lo más insensato", admiten a Público fuentes del entorno de la presidenta. "Y, si hay elecciones ahora, nos jugamos que la izquierda sume. No podemos permitirlo", añaden otras fuentes del PP madrileño.

El gestión de las residencias se salda con duras acusaciones

La gestión de las residencias está siendo el gran punto de desencuentro entre ambos partidos. El pasado 18 de marzo, pocos días después de decretarse el estado de alarma, la Consejería de Sanidad elaboró al menos dos protocolos en los que se excluía a los ancianos con dependencia y discapacidad, los más vulnerables ante el coronavirus, de ingresar en un hospital.

Decisiones similares se tomaron en Castilla y León, Galicia y también en Catalunya, pero Madrid ha sido el territorio más afectado por una decisión ética y legalmente muy "cuestionable", según denunció el propio Reyero. En la región han fallecido casi 7.000 ancianos en residencias. Según el diario Infolibre, el 80% de los ancianos enfermos murieron sin ser trasladados a un hospital.

Ese protocolo se distribuyó en contra del criterio de Reyero, que fue apartado por Ayuso de la gestión de las residencias el 26 de marzo. Solo cuatro días antes, el 22, el dirigente madrileño envió varios mails al que sería su sustituto, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, del PP, advirtiéndole de las consecuencias de no trasladar a todos los ancianos de residencias a hospitales, tal y como indicaba el "borrador" de ese protocolo.

"La derivación [a hospitales] debe basarse en criterios médicos pero no por grado de dependencia. No es ético y posiblemente no sea legal. Si no era posible la derivación, habría que medicalizar las residencias, dije. O el residente va al hospital o al revés", señaló Reyero en una comisión de la Asamblea de Madrid. El consejero de Sanidad acusó entonces al dirigente de Cs de filtrar los correos electrónicos a la prensa y de practicar un "faraseísmo político sorprendente".

Desde Ciudadanos cierran filas con su consejero. "Esto da toda la razón a Reyero que lleva dos meses diciendo que los hospitales rechazaban a los mayores de las residencias", dicen fuentes naranjas, que señalan que Ayuso ha utilizado este tema "para atacar a Ignacio diciendo por detrás que es un becario" lo que ha molestado enormemente al vicepresidente del ejecutivo madrileño.

Sin presupuestos a la vista

Aguado no quiere pactar los presupuestos con Vox. Y Ayuso solo los quiere pactar con los ultraderechistas. Una suma, a priori, imposible. La pasada semana el dirigente de Cs convocó a toda la oposición de la Asamblea de Madrid para poner en marcha mesas de trabajo. Ni PP ni Vox acudieron. Ayuso prefirió montar una ronda hablando en primer lugar con Rocío Monasterio, pese a que su formación es la quinta en votos y escaños. Aunque reticente, Aguado finalmente accedió al sistema propuesto por la presidenta madrileña.

Desde Cs ven "cada día más derechizada" a Ayuso. Apuntan los 'naranjas' que su marcada oposición al Gobierno central y la estrategia polarizadora que ha llevado durante toda la crisis de la covid-19, obra de su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, tiene un objetivo: tratar de recuperar votantes por la derecha, que en las últimas elecciones se decantaron por Vox.

Fuentes parlamentarias admiten que la relación entre los ultraderechistas y el PP es "mucho más cordial" que la de Rocío Monasterio con Ciudadanos y hay quien apunta a una "pinza" entre populares y ultraderechistas para denostar a la formación dirigida por Inés Arrimadas. "Vox dice públicamente todo lo que el PP no puede, pero comparte cada crítica a Cs, aseguran las citadas fuentes.

La portavoz de Vox en la Asamblea mantiene unos duros enfrentamientos con Aguado durante las sesiones plenarias, al que acusa de ser un "infiltrado del PSOE y señala que lo que quiere es "dinamitar" el Gobierno desde dentro. Asimismo, Monasterio no ha dejado de pedir la dimisión de Reyero como medida de asunción de responsabilidades por la gestión de las residencias. Una estrategia que contrasta con la que sigue el líder de Vox, Santiago Abascal, que culpa al vicepresidente Pablo Iglesias de lo ocurrido durante la crisis del covid-19. Sin embargo, la gestión de dichos centros no ha dejado de ser autonómica.

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