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Análisis Sánchez elige de delegado del Gobierno en Andalucía a su lugarteniente Gómez de Celis

El nuevo delegado es un viejo ‘enemigo’ orgánico de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.

Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y Pedro Sánchez en una fotografía de archivo. - EUROPA PRESS

Pedro Sánchez ha despejado una de las incógnitas importantes en Andalucía, el nombre del Delegado del Gobierno, un cargo con cierta proyección en el territorio y en las provincias, que, entre otras cosas, es el jefe de los policías y guardias civiles en la Comunidad. El nombramiento de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, (Sevilla, 1970), un hombre competente y eficaz en la gestión, como demostró en el Ayuntamiento de Sevilla y luego en la Junta de Andalucía, y con una larga tradición como crítico a las sucesivas direcciones orgánicas del PSOE en Andalucía y en su provincia, Sevilla, obedece a una lógica propia de la relación que ambos mantienen.

Celis es, junto al alcalde de Dos Hermanas, Kiko Toscano, y al gaditano Rafael Román, uno de los más viejos amigos del presidente del Gobierno en la Comunidad, que siempre le ha sido leal, y que, salvo en breves etapas en las que han coincidido en las posiciones políticas, ha jugado siempre en el bando contrario al de Susana Díaz, la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE de Andalucía, en casi todas las batallas orgánicas que ha vivido el partido en los últimos tiempos.

Hay una película de Werner Herzog que se titula Mi enemigo íntimo, en la que el cineasta alemán narra su relación, compleja, de muchos años de trabajo y muchos filmes compartidos, con el actor Klaus Kinski. Salvando todas las distancias y sin afán de hacer comparaciones, la relación entre Díaz y Celis a lo largo de los años podría describirse con esas palabras. Ambos se conocen desde que eran unos chavales y coincidieron en las Juventudes Socialistas -aunque Celis es cuatro años mayor que Díaz- y han compartido militancia -en trincheras opuestas- e incluso proyectos de Gobierno comunes desde hace tiempo y en diferentes etapas. Celis era el director de Puertos de la Junta, cargo que dejó cuando Sánchez decidió lanzarse a las primarias en las que iba a competir con Díaz y que a la postre, ganó. El hoy presidente lo metió en su Ejecutiva y ahora lo ha nombrado Delegado del Gobierno en Andalucía, en sustitución de Antonio Sanz, el anterior, del PP.

El cargo le da mando sobre toda una estructura institucional regional y provincial

El nombramiento satisface las ambiciones de Gómez de Celis, quien, según las fuentes consultadas, no estaba cómodo en Madrid y no había tenido el protagonismo que esperaba tener cuando llegó. El cargo le da proyección en Andalucía, capacidad de dar noticias, de anunciar inversiones, por ejemplo, y de otro tipo también, y le da mando sobre toda una estructura institucional regional y provincial. Algunos analistas le atribuyen al cargo la capacidad de generar, si se usa de esa manera, un poder propio, que no tiene, en este escenario político, por qué rendir cuentas a la dirección andaluza.

Tradicionalmente en el PSOE, los nombres andaluces en el Ejecutivo y el cargo de delegado del Gobierno se consensuaba entre la direcciones nacional y andaluza, pero esa lógica no sirve para este tiempo. El duro enfrentamiento entre Díaz y Sánchez en las primarias desembocó en algo así como unas vidas paralelas, en las que se han aplicado un ignorarse, un dejar hacer mutuo. Así que a la hora de elegir los nombres de su Gobierno, el presidente ha actuado con total libertad. El nombramiento de María Jesús Montero en Hacienda, uno de los ministerios claves, fue un mensaje importante y permite el entendimiento entre Sevilla y Madrid en un tema capital: la financiación de las autonomías, que son quienes dan los servicios públicos, una de las banderas de la socialdemocracia y también del PSOE. Y el nombramiento de Luis Planas, como consejero de Agricultura, fue bien recibido y saludado, además.

De momento, el PSOE de Andalucía ha abrazado al nuevo Gobierno y lo apoya como si fuera propio. La realidad es que lo es. Es un Gobierno con independientes, pero es un Gobierno del PSOE. Y viene un año electoral en el que el PSOE se la juega. Como muy tarde, las autonómicas serán en marzo del año que viene. Luego llegarán las municipales. Así que, de momento, y a la espera de ulteriores acontecimientos y batallas orgánicas, hoy Celis y Díaz, como en otras breves etapas, tienen la misma posición política. El éxito del Gobierno de Sánchez, en términos demoscópicos, les vendrá bien a ambos. Y viceversa.

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