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Aragón se adentra en una etapa oscura con la ultraderecha en el poder y la izquierda en mínimos

El conservador Jorge Azcón llega este jueves a la presidencia de la comunidad aupado por Vox para situar esos acuerdos como la fórmula de gobierno autonómico más frecuente en España y tras un rocambolesco prolegómeno sobre el supuesto achique de la capacidad de maniobra del socio, sin el que no podía alcanzar el poder.

El candidato del PP a la Presidencia de Aragón, Jorge Azcón, conversa con el cabeza de lista y portavoz de Vox, Alejandro Nolasco, durante la sesión constitutiva de la XI Legislatura de las Cortes de Aragón, en el Palacio de la Aljafería. E.P./Fabián Simó
El candidato del PP a la Presidencia de Aragón, Jorge Azcón, conversa con el cabeza de lista y portavoz de Vox, Alejandro Nolasco, durante la sesión constitutiva de la XI Legislatura de las Cortes de Aragón, en el Palacio de la Aljafería. Fabián Simón / EUROPA PRESS

"No vamos a negar lo que es la ultraderecha, pero quien le abre la puerta y le garantiza el acceso a las instituciones es el PP. Jorge Azcón es cómplice de eso", señala Adolfo Barrena, director ejecutivo de la Fundación 14 de abril, exdiputado autonómico y excoordinador de IU en Aragón.

Lo dice en las vísperas de una fecha señalada en Aragón como el 10 de agosto. Ese día, el mismo en el que se cumplirán 41 años de la aprobación del primer Estatuto de autonomía en democracia tras el frustrado primer intento de 1936, Jorge Azcón (PP) alcanzará la presidencia del Gobierno de Aragón en una votación de investidura que, salvo sorpresa, certificará la dependencia de su partido hacia Vox.

También tendrá un punto de jornada histórica en España, donde a partir de este fin de semana la fórmula de gobierno autonómico de un presidente del PP sustentado en la ultraderecha pasará a ser la más habitual del Estado con cinco de diecisiete.

El resto se reparten entre las cuatro mayorías absolutas populares en Madrid, Galicia, Andalucía y La Rioja, los dos gobiernos conservadores en minoría en Cantabria y Murcia (más Baleares, con apoyo de Vox pero sin coalición), los tres del PSOE en Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra y las tres presidencias locales de Canarias, Euskadi y Catalunya.

Con el nuevo Gobierno aragonés de la derecha y la ultraderecha se abre una etapa incierta, con la izquierda en registros de mínimos, con solo dos diputados más (28 por 26) que tras la debacle de 1995 y débil como nunca en los principales ayuntamientos, y con el centro en vías de extinción con entre uno y cuatro escaños, según se sumen al único del Par los tres de Teruel Existe, cuando nunca había bajado de siete y hasta hace poco más de dos meses sumaba quince.

Los datos indican que Aragón, o cuando menos su representación institucional, se ha escorado y que esa inclinación ha sido más intensa hacia la derecha, y en mayor medida hacia las propuestas más extremas de ese flanco, que hacia otras más moderadas y/o progresistas que, en realidad, llevaban perdiendo tirón tanto tiempo como una parte de la izquierda llevaba asumiendo los marcos de debate de la derecha.

“Se habla de la ultraderecha, pero quien le abre la puerta es el PP”

Dentro de unos días, la ultraderecha entrará en el Consejo de Gobierno de Aragón con el nombramiento de dos consejeros, uno de ellos, su portavoz Alejandro Nolasco, con rango de vicepresidente primero.

Y lo hará gracias a un pacto en el que los dos partidos se conjuran contra la memoria democrática y a favor de la privatización de servicios y la rebaja de impuestos a los ricos, y que llega tras otro acuerdo previo con el que los conservadores ya entregaron la presidencia de las Cortes () a la ultraderecha.

"Se habla mucho de la ultraderecha y de Vox, pero quien le está abriendo la puerta es el PP, que es el único responsable de estar 'comprando' su discurso para garantizarse el acceso al poder", anota Barrena.

Esa coalición, pronostica, "nos va a llevar a un desastre al entregar el PP el desarrollo territorial a un partido que no cree en las comunidades autónomas y es cualquier cosa menos autonomista y darle Agricultura a negacionistas del cambio climático. Es un despropósito".

Cinco pactos PP-Vox de siete posibles con otro en el aire

A la espera de conocer en qué tipo de votación repetida desembocan las tensas relaciones entre PP y Vox en Murcia, la de la candidatura de Fernando López Miras a presidente autonómico con acuerdo o la de las elecciones, la investidura de Azcón será la quinta de un candidato autonómico popular dependiente de la ultraderecha.

Antes llegaron las de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, Carlos Mazón en el País Valencià y María Guardiola en Extremadura, en todos los casos con coaliciones, y la de Marga Prohens en Balears, esta con pacto de gobierno.

Ese patrón, el de un PP que para alcanzar al poder se abraza a Vox y le entrega amplias cuotas de gestión y presupuesto, autonómicos en Castilla y León, Extremadura, País Valencià y Aragón, insular con los Consells en Balears, se ha dado en cinco de los siete escenarios en los que era posible, con la investidura de María José Sáenz de Buruaga en Cantabria gracias a la abstención del PRC de Miguel Ángel Revilla como excepción y con el enigma de Murcia por resolver.

Al mismo tiempo que revela la soledad de un PP cuya deriva se extrema como nunca a estribor, la frecuencia de la fórmula invita a observar con escepticismo escenificaciones de rechazo verbal, seguidas de la aceptación factual, como las de Guardiola o Azcón, que el viernes eludió firmar con Nolasco el pacto que el jueves le hará presidente.
En ambos casos, como en el País Valencià y en Balears y antes en Castilla y León, el PP solo podía acceder al poder con el consentimiento o el apoyo de Vox. Y en los cinco lo ha buscado y obtenido a cambio de abrirle las puertas del poder.

La versión en entredicho del recorte de poder a Vox

A esa ausencia se le suman las explicaciones del acuerdo que han ido trasladando en los últimos días a algunos medios de comunicación fuentes populares anónimas, que vienen a decir que el acuerdo no entrega tanto poder como parece a sus socios de Vox.

Según cuentan esas versiones, las competencias de Medio Ambiente serán desgajadas de las de Agricultura que ejercerá Vox, los institutos del Agua y de Gestión Ambiental se desvincularán de esta consejería y la de Desarrollo Territorial quedará al margen de la gestión de los PIGA.
PIGA es el acrónimo de un adefesio jurídico con denominación de origen aragonesa llamado Plan de Interés General Autonómico que gobiernos de distintos colores llevan años utilizando para allanar la implantación de algunos negocios a base de acortar plazos administrativos y de reducir las exigencias ambientales.

Sin embargo, y a falta de que entre este sábado y principios de la siguiente semana se conozca el decreto que establecerá la estructura del ejecutivo y las competencias de cada consejería, algunos condicionantes como los artículos 6 y 35 de la LOTA se sitúan como un escollo para ese achique de competencias al socio, ya que asignan la tramitación de los PIGA al “departamento competente en materia de ordenación del territorio”.

Un partido que ha pactado con otros ocho

El PP aragonés, por otro lado, cerró este martes un acuerdo de investidura por el que el diputado del Par, Alberto Izquierdo, sumará sus votos a los de los conservadores y la ultraderecha para investir a Azcón.

Los aragonesistas amplían así un historial que les ha llevado en los últimos 36 años a cerrar acuerdos de investidura, de Gobierno o coaliciones con Alianza Popular (1987), el CDS (1987), el PP (desde 1991), el PSOE (desde 1999), IU (1999), Cha (2019), Podemos (2019) y ahora Vox. En esa lista solo falta Ciudadanos, parte de cuya militancia se integró hace unos meses en el Par y con quien competía por un mismo espacio electoral.

"No vamos a descubrir ahora lo que es el Par, que a veces parece que más que militantes tiene clientes y usuarios y que está dispuesto a blanquear una coalición de la ultraderecha a cambio de unos puestos", apunta Barrena, quien, no obstante, insiste en que "quien le ha abierto la puerta del Gobierno a la ultraderecha ha sido Azcón para llegar al poder".

El acuerdo con el Par, que según algunas informaciones incluiría la designación de cinco direcciones generales, se daba por hecho en medios políticos desde el momento en que los aragonesistas llevan dos meses integrado en gobiernos locales con PP y Vox tanto en Zaragoza (Utebo) como en Huesca (Binéfar) y en Teruel (Alcañiz).

La votación de este jueves, tras el debate de Azcón con los portavoces al día siguiente de exponer su programa de gobierno, dará prácticamente por cerrado el prólogo del acceso a de ultraderecha al poder autonómico de la mano del PP, iniciada en abril del año pasado en Castilla y León y cerrado este semana, al menos por ahora y a expensas de lo que ocurra en Murcia, en Aragón, dos escenarios cargados de simbolismo.

Las cortes por las que la ultraderecha accedió al poder resultan ser herederas de las que se tiene por fundadoras del parlamentarismo en occidente, mientras que su último acceso va a escenificarse en las sucesoras de otras en las que, durante siglos y ante el Justicia, los aspirantes al trono debían adquirir un compromiso: "Nos, que somos tanto como vos y todos juntos valemos más que vos, os hacemos rey de Aragón, si juráis los fueros y si no, no".

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