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El área metropolitana de Barcelona,
el territorio clave del 27-S

Junto a la aglomeración de Tarragona, se trata de la única zona de Catalunya en la que las formaciones contrarias a la independencia reciben un apoyo claramente superior al de la media catalana. SíQueEsPot, Ciutadans, PSC y PP han concentrado aquí sus mitines más importantes y han recurrido a sus referentes estatales buscando una movilización que les permita mejorar sus expectativas de votos en los comicios

Vista de L'Hospitalet de Llobregat. Hospitalet-Ordenador

BARCELONA.- Cornellà de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Badalona, l'Hospitalet o Sabadell tienen en común ser grandes ciudades para el estándar catalán —excepto la primera todas superan con creces los 100.000 habitantes— al estar ubicadas en las comarcas metropolitanas de Barcelona y haber acogido mítines de todas las formaciones con opciones de obtener escaños en las elecciones de domingo. En sólo tres comarcas —Barcelonès, Baix Llobregat y Vallès Occidental— se concentran más de la mitad de los 5,5 millones de personas que conforman el censo electoral. Y lo que suceda en esta zona, y en menor medida en Tarragona y su área metropolitana, será fundamental para el resultado de los comicios. Básicamente por dos razones: primero, por el obvio peso demográfico, y, segundo, por el distinto comportamiento electoral que registra un territorio en el que las formaciones contrarias a la independencia obtienen mayor apoyo que en el resto de Catalunya.

Junts pel Sí, PSC, Ciutadans y PP abrieron y cerraron la campaña para el 27-S en la capital catalana, mientras que Catalunya Sí Que es Pot (SíQueEsPot) y la CUP también concentraron en Barcelona sus actos centrales el día de estreno de campaña —aunque la segunda formación tuvo un mitín previo en Sabadell—, mientras que este viernes optaron por concluirla en l'Hospitalet y Badalona, respectivamente. En algunos casos, como Junts pel Sí, se intenta captar a un electorado que tradicionalmente le ha sido esquivo —o como mínimo menos propicio que en otras zonas—, en otros, como PSC y PP, se intenta paliar los daños en lo que ha sido su histórico granero de votos, mientras que CSQP y Ciutadans aspiran a que el antiguo cinturón rojo metropolitano se transforme en un “cinturón morado”, en expresión de Pablo Iglesias, o en uno “naranja”. La CUP, por su parte, aspira a demostrar que los 70.000 votos obtenidos en el área metropolitana en las elecciones municipales del 24 de mayo no fueron casualidad.

Público ha analizado los resultados de las últimas dos elecciones al Parlament, celebradas en los años 2010 y 2012, y las dos últimas generales, las de 2008 y 2011, en las tres comarcas metropolitanas y en el Tarragonès y los datos demuestran que PSC, PP, SíQueEsPot y Ciutadans necesitan obtener un gran apoyo en este territorio para evitar la muy previsible mayoría independentista, al menos en escaños. En los anteriores comicios catalanes, CiU obtuvo el 30,71% de votos emitidos en el conjunto de Catalunya, pero en cambio, quedó casi 11 puntos por debajo de esta media en el Baix Llobregat (19,81%), en casi cinco en el Barcelonès y el Vallès Occidental y en 5,5% en el Tarragonès. ERC obtuvo entre dos y tres puntos menos de apoyo en las cuatro comarcas que en el conjunto de Catalunya y la CUP, por ejemplo, recibió el 2,5% de los votos en el Baix Llobregat, lejos del 3,5% del resto del país.

PSC, PP, SíQueEsPot y C's necesitan obtener un gran apoyo en este territorio para evitar la muy previsible mayoría independentista

En cambio, PSC, PP, Ciutadans e ICV-EUiA consiguieron, casi sin excepciones, mejores resultados en estos cuatro territorios que en la media catalana. De hecho, el Baix Llobregat —tradicionalmente la comarca en la que se registra un menor apoyo a las opciones soberanistas— fue la única en la que los socialistas fueron la fuerza más votada, con el 20,1% de los votos, más de 5,5 puntos por encima del conjunto de Catalunya. PP y Ciutadans obtuvieron sus mejores resultados en el Tarragonès —que concentra cerca de 200.000 votantes—, con el 19,03% y el 11,6%, respectivamente, mientras que ICV-EUiA consiguió sacar entre 2,4 y 3,2 puntos por encima de su media en el Baix Llobregat y el Barcelonès.

Un hombre se hace una 'selfie' en las Ramblas de Barcelona./ REUTERS/Albert Gea

Un hombre se hace una 'selfie' en las Ramblas de Barcelona. REUTERS/Albert Gea

Con pequeños cambios en las cifras, el esquema de 2012 calcaba el de las elecciones al Parlament de 2010, cuando CiU y ERC quedaron por debajo de su media de votos en las cuatro comarcas —entre 1,4 y 6,5 puntos la formación de Artur Mas, y entre uno y 1,7 los republicanos— y PSC, PP, Ciutadans e ICV quedaron por encima, sólo con las excepciones del PP en el Vallès Occidental —que tiene Sabadell y Terrassa como co-capitales— e ICV-EUiA en el Tarragonès.

Mayor interés en las elecciones estatales

La segunda clave del área metropolitana es que se trata de un territorio en el que tradicionalmente la participación en las elecciones generales ha sido superior a la de los comicios catalanes, algo que en menor medida ha sucedido en toda Catalunya con la excepción de las elecciones de 2012. Y, además, en los comicios generales, PSC y PP obtienen apoyos claramente superiores. En las generales de 2011, en Catalunya se produjo un hecho inédito: la victoria de CiU, que terminó con el monopolio del PSC en este tipo de comicios. Ahora bien, en las cuatro comarcas las fuerzas más votadas fueron PSC (Baix Llobregat, Barcelonès y Vallès Occidental) y PP (Tarragonès). El 29,35% de apoyo medio de CiU bajó entre 3,6 y 8,7 puntos en estas comarcas, mientras que el PP llegó a obtener apoyos ocho puntos por encima de su media en el Tarragonès y el PSC mejoraba en más de seis puntos en relación al conjunto de Catalunya su respaldo en el Baix Llobregat y en más de dos en el Barcelonès y el Baix Llobregat.

En lo que se refiere estrictamente a la participación, en los cuatro comicios analizados la afluencia a las urnas en el Barcelonès siempre se sitúa alrededor de un punto por encima de la media, pero en los barrios populares —dónde por ejemplo el PSC obtienen mejores resultados y en los que Barcelona en Comú cimentó su victoria en las pasadas municipales— se registran particularidades. Por ejemplo, el distrito de Nou Barris siempre ha tenido una participación electoral inferior a la media catalana, pero el diferencial es claramente menor en el caso de las generales.

En el Baix Llobregat y el Tarragonès la participación en las generales está por encima de la media catalana

Así, mientras que en las elecciones al Parlament de 2012 la participación en el distrito estuvo 2,9 puntos por debajo de la media y en 2010 se elevó a 4,7, en las generales de 2011 sólo fue 1,7 puntos menor a la media catalana y en 2008 se había quedado a seis décimas de llegar al promedio. En el Baix Llobregat y el Tarragonès la participación en las generales está por encima de la media catalana, mientras que la registrada en el Parlament está por debajo o justo en la media.

En conclusión, que la estrategia de Ciutadans, PP, SíQueEsPot y PSC pasa por intentar movilizar al electorado de la zona más poblada de Catalunya que tradicionalmente se abstiene en las autonómicas u opta por un voto distinto del que registra en las generales y que en la mayoría de casos tiene el castellano como lengua materna. ¿Cómo? Insistiendo en que lo que suceda el 27-S es clave para el futuro de España; con una presencia constante de sus referentes estatales, que han llegado a eclipsar a los candidatos locales, con los casos de Albert Rivera y Pablo Iglesias como paradigma; y vinculando los comicios catalanes con los generales de final de año.

Aquí, por ejemplo, se enmarcan los mensajes de SíQueEsPot y, en menor medida, del PSC de que para “echar a Rajoy” en diciembre es fundamental un buen resultado el domingo. Y también la llamada al voto de la "Catalunya del extrarradio”, formulada por Pablo Iglesias. Junts pel Sí, en cambio, aspira a superar el techo del 40% de voto registrado entre CiU y ERC en 2010, el mismo porcentaje obtenido en 2012 si le suma una CUP que busca capitalizar su trabajo en el Parlament y su salto en las municipales para triplicar sus votos en el área metropolitana de Barcelona, la zona que decidirá la mayor parte de las incógnitas del 27-S.

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