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Castillos de arena con riesgo cancerígeno "inadmisible"

Entidades ecologistas esperan que la Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona abra diligencias para investigar presuntas negligencias políticas que culminaron con el cierre de la playa de Sant Adrià del Besòs (Barcelona) por altos niveles de tóxicos en su arena tras unas obras para enterrar cable submarino.

Aspecto actual de la playa de Sant Adrián del Besòs, que, aunque cerrada al público, sigue recibiendo afluencia de personas.
Aspecto actual de la Playa del Litoral de Sant Adrián del Besòs, que, aunque cerrada al público, sigue recibiendo afluencia de personas, como puede apreciarse en la imagen.  L.G.V.

La playa del Litoral de Sant Adrià de Besòs (Barcelona) lleva años afectada por la intensa actividad industrial desarrollada a su lado durante décadas. Pero los índices de toxicidad de su arena han ido aguantando por debajo de los niveles máximos, hasta ahora. El pasado 29 de mayo el Ayuntamiento clausuró cautelarmente esta playa, que es la principal del municipio, tras recibir un informe que alertaba de que "el riesgo cancerígeno para la salud del usuario infantil de la playa es inadmisible". 

Dos semanas después del cierre de la playa, a punto de estrenarse el verano, la Fiscalía de Medio Ambiente de Barcelona recibió la denuncia de una veintena de entidades vecinales y ecologistas que reclaman una investigación para depurar responsabilidades por el estado de la playa. Describen actuaciones presuntamente negligentes por parte del consistorio y de la Generalitat que habrían originado el estado actual de la arena de la playa, y apuntan, como parte del problema, a las obras de instalación de un cable submarino para un nodo de telecomunicaciones procedente del este del Mediterráneo y de África. Las zanjas abiertas para efectuar estos trabajos, entre noviembre de 2020 y enero de 2021, atravesaron la playa del Litoral sin contar con una licencia ambiental, según consta en la denuncia, a la que ha tenido acceso Público.

El informe sobre la toxicidad de la arena de la playa, elaborado por la empresa Tecsòl (Assesoría Tècnica del Sòl, S.L.) y firmado el  12 de mayo de 2021, arroja unos resultados alarmantes: la presencia de plomo, cobalto, cobre, arsénico, níquel y benzopireno excede los límites recomendables. Aún así  "el riesgo toxicológico, aunque cercano al límite, es aceptable". El análisis de sensibilidad indica que el riesgo cancerígeno es aceptable si no se superaran los 7,5 días de exposición. Los niños y niñas son los que se enfrentan a mayor peligro, "debido principalmente al riesgo derivado de la ingestión accidental y contacto directo con la arena de la playa". 

El informe fue encargado a Tecsòl por la sociedad que ejecutó los trabajos del cable submarino, AFR-IX telecom, y a petición del Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs. Los denunciantes se quejan de que el consistorio tardó mucho tiempo en tomar la decisión de cerrar la playa. "Entre el 13 de mayo y el 29 de mayo, la playa permanece abierta al público a pesar de que el equipo de Gobierno tenía conocimiento del riesgo cancerígeno para la salud del usuario infantil de la playa, coincidiendo, además, con los primeros días de calor e incluyendo un fin de semana largo, el del 22 al 24 de mayo con gran afluencia de público infantil y omitiendo las medidas preventivas urgentes que señala el informe que deberían haberse tomado de forma inmediata, pudiendo poner en riesgo a la ciudadanía", indica la denuncia. 

Otro informe previo alertaba del peligro

La Fiscalía aún no ha tomado cartas en el asunto y los denunciantes temen que no lo haga, "pese a los indicios claros que demostramos en la denuncia. Hemos perdido la playa, porque no hay fecha para su reapertura una vez descontaminada. Serán años los que tardemos en volver a disfrutar de nuestro patrimonio", indica Laura González Valcarce, portavoz de Marea Verde SAB, una de las entidades denunciantes

El Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs ya contaba con un informe previo que alertaba del peligro por contaminación de la arena de la playa del Litoral. En 2020 el anterior equipo de Gobierno del consistorio encargó un análisis del estado de la playa al Consorcio del Besòs, que indicó que si bien la capa superficial de la arena no implicaba riesgo para la salud de las personas, sí que existía contaminación de la tierra a partir de 80 centímetros desde la superficie, según se recoge en la denuncia. Dicho informe alertaba de si se producían movimientos de tierra o determinados fenómenos atmosféricos esa barrera de los 80 centímetros podría menguar y aflorar los tóxicos a la superficie de la arena, como parece que ha ocurrido finalmente. 

"No se le comunicó a la ciudadanía el riesgo de suelo contaminado a partir de los 80 centímetros. Y ello teniendo en cuenta que estamos hablando de una playa donde es habitual que, sobre todo, el usuario infantil juegue con la arena, la remueva, haga agujeros, la ingiera por accidente, se hagan castillos de arena, se entierren, sobrepasando con facilidad los 80 centímetros", indica la denuncia. 

La Marea Verde, junto con las otras entidades vecinales y ecologistas que han denunciado ante la Fiscalía, incide en que con las obras del cable submarino se produjeron movimientos de tierra pues "el cable debe ir a unos dos metros bajo tierra con lo que al realizar la instalación se supera con creces el límite de los 80 centímetros que indicaba el informe de 2020".  Y denuncian que "el equipo de Gobierno del Ayuntamiento autorizó la obra con conocimiento del riesgo y sin licencia ambiental para abrir zanjas en la playa

Imagen de la playa del Litoral el 8 de noviembre de 2020, mientras se ejecutaba la obra del cable subterráneo. Como puede verse, había personas en la playa mientras se excavaba
Imagen de la playa del Litoral el 8 de noviembre de 2020, mientras se ejecutaba la obra del cable subterráneo. Como puede verse, había personas en la playa mientras se excavaba. La fotografía ha sido aportada a la Fiscalía. L.G.V.

Por su parte, la empresa AFR-IX telecom sostiene que "la contaminación existente es la que ya había antes del inicio de las obras, herencia del pasado industrial de la ciudad, y los niveles de contaminación son los mismos en toda la superficie de la playa, sin que se haya agraviado la contaminación de la zona afectada por las obras. La actuación para la instalación del cable submarino solo ha afectado el 5% de la superficie de la playa, por lo que no puede haber hecho aflorar la contaminación al 95% restante". AFR-IX telecom indica que ha actuado en todo momento con responsabilidad y siguiendo los protocolos exigidos por la Generalitat y con los permisos concedidos por el Ayuntamiento de Sant Adriá. 

Aunque cerrada por orden municipal, no son pocos los vecinos que se saltan la prohibición y acceden al interior de la playa, poniendo en riesgo su salud. "Todos los días hay gente en la playa, tomando el sol y bañándose. De vez en cuando la Policía Local llega y los desaloja pero no ocurre todos los días. No hay vigilancia permanente", cuenta a Público un vecino de la zona. 

Hoja de ruta para recuperar la playa

En una reunión, al principio del mes de julio, entre el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs, gobernado por Filo Cañete, del PSC, y representantes del Ministerio de Transición Ecológica y de la Generalitat de Catalunya se acordó programar una hoja de ruta para lograr la  descontaminación de la arena, para lo que aún no hay fecha. En dicha reunión el ministerio, responsable de los litorales, adelantó que se podría financiar parte de los 30 o 40 millones de euros que supondría la operación con fondos europeos.

Por su parte, el consistorio incidió tras esa reunión en que su prioridad es la protección de la salud de las personas y celebró que la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), organismo competente en materia de suelos contaminados, considerara acertada la medida cautelar y preventiva que tomó el Ayuntamiento de Sant Adrià de clausurar la playa.

Sant Adrià del Besòs es una localidad marcada por la contaminación. De hecho, se la llegó a declarar "zona atmósférica contaminada" en los años 80 por la frenética actividad de la central térmica, desmantelada en 2011 y cuyas tres icónicas chimeneas forman ya parte del paisaje. 

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