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Cierre de filas con Sánchez ante el temor de un derrumbe electoral

En Ferraz aún se confía en la victoria electoral, aunque ya se tiene medio operativo mirando al Congreso de 2016

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su participación en un acto con colectivos en Jerez de la Frontera (Cádiz). EFE/ Román Ríos.

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.- El PSOE no se quiere suicidar. Más de 135 años de historia dan un instinto nato de supervivencia. Por ello, hasta los más críticos con el liderazgo de Pedro Sánchez han pedido cerrar filas hasta el 20-D y volcarse en el apoyo al candidato.

El cierre de filas es, en el fondo, muy egoísta, porque ya no se basa en la continuidad o no de Sánchez tras el 20-D, sino en ver cómo queda el PSOE tras las elecciones generales. Es decir, la consigna es mantener lo que se pueda de la “Casa del Pueblo”, pero que no se derrumbe del todo. Luego, ya se verá.

Por ello, desde Andalucía a Valencia, desde Chacón a Emiliano García-Page, la decisión es remar hasta ver a dónde se puede llegar. Y remar fuerte, porque el temor es que el barco se hunda antes de tiempo.

El problema es que si el hundimiento electoral es mucho, como temen los críticos, nadie podría querer pilotar una nave con una perspectiva de no menos de ocho años a la deriva. Una cara nueva, ni aunque venga del Sur, cambiará de la noche a la mañana el escenario político con un PSOE con menos de noventa diputados.

Y las perspectivas electorales siguen pintando mal para los socialistas, que no se encuentran en las encuestas, ni logran un revulsivo que les vuelva a colocar en el escenario de poder ganar las próximas elecciones generales.

Por ello, la decisión es seguir apoyando a Pedro Sánchez y conseguir el mejor resultado de los posibles. Después, ya se podrán barajar otros escenarios, sobre todo, con un Congreso a la vuelta de 2016.

“Va a ser el próximo presidente del Gobierno”

En Ferraz, por su parte, "se inmolan" por el líder socialista. Juegan con dos barajas: la de las elecciones, y la del Congreso, pero con el objetivo de que Pedro Sánchez siga al frente del partido, aunque pierda las elecciones generales, lo que siguen negando. “Va a ser el próximo presidente del Gobierno”, dicen.

Sus argumentos, en caso de derrota, son que, salvo José Luis Rodríguez Zapatero, la mayoría de los candidatos a la Presidencia del Gobierno han perdido la primera vez que se presentaban (Felipe González, José María Aznar o Mariano Rajoy), y que Sánchez puede consolidarse para tener una segunda oportunidad dentro de cuatro años o, incluso, en menos tiempo. Se augura una legislatura corta.

La incógnita se resolverá en función del resultado que obtenga el líder socialista. Lo de tener un voto más que Rajoy suena bien como discurso de campaña, pero la preocupación entre algunos dirigentes del sector crítico está ya en obtener un voto más que Ciudadanos.

Por eso, hasta el 20-D, en el PSOE “todos somos Pedro”. Aunque Pedro, también es mucho Pedro.

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