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Las cloacas de Interior La Federación Española de Fútbol ficha para 'riesgos' a un jefazo de las cloacas de Interior

El comisario principal Olivera, hoy vocal del Consejo Asesor de la Policía, dirigió la UDEF cuando se hicieron informes apócrifos contra adversarios políticos del PP, y con Fernández Díaz como ministro del Interior fue nombrado jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), en el que sometió a los Mossos d'Esquadra a un boicot informativo. En un audio del caso Tándem, Villarejo aseguró a Cospedal que Olivera era "muy tronco" y protector del PP.

José Luis Olivera es felicitado por el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, al ser nombrado director del CITCO, en enero de 2015. EFE/J.C.Hidalgo

En su guerra contra el presidente de LaLiga (Javier Tebas), el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ha fichado al más alto mando policial de la brigada política que funcionó desde las cloacas de Interior para proteger a los dirigentes del PP implicados en casos de corrupción y fabricar informes contra los adversarios del Partido Popular.

José Luis Olivera Serrano –denunciado como corrupto por el respetado comisario Jaime Barrado en el documental Las cloacas de Interior se incorporará en breve como "gestor de riesgos" en el Departamento de Integridad y Seguridad creado hace poco más de un año por Rubiales, según informa El Independiente. El comisario principal, que actualmente es uno de los 16 vocales del Consejo Asesor de la Policía, ha tramitado ya su excedencia del CPN, que probablemente prolongará hasta alcanzar la edad de jubilación en 2022.

Rubiales ha librado duros enfrentamientos con Tebas, como el del pasado agosto sobre la celebración de partidos fuera del fin de semana, y en estos momentos mantiene una lucha sin cuartel contra LaLiga para conseguir que las próximas seis ediciones de la Supercopa de España se celebren en Arabia Saudí a cambio de una elevadísima cantidad de dinero. Tebas se opone y recuerda que la Federación se negó a que el Barça-Girona de la pasada temporada se jugase en Florida, y que la FIFA tampoco lo autorizó.

Pero el último fichaje de Rubiales es el más potente posible, ya que Olivera gozó de un poder casi absoluto en las Fuerzas de Seguridad como director del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) –a partir de enero de 2015 y hasta que lo apartó el ministro Fernando Grande-Marlaska al ocupar la cartera de Interior–, atalaya desde la que bloqueó el acceso de los Mossos d'Esquadra a las bases de datos antiterroristas en los meses anteriores a los atentados de Las Ramblas y Cambrils.

Olivera tuvo una gestión desastrosa como coordinador de la inteligencia antiterrorista en los meses previos al antentado del 17A en Las Ramblas

La descoordinación de los cuerpos policiales durante la gestión de Olivera al frente del CITCO salió a la luz tras la matanza yihadista del 17A, pero su desastrosa gestión en ese puesto era ya notoria, hasta el punto de que, sólo dos semanas antes de los atentados de Catalunya, el PSOE presentó una interpelación al Gobierno de Rajoy denunciando esa incompetencia y recordando que arrastra un historial de "actuaciones poco acordes con la ética profesional e incluso con la legalidad vigente".

Porque el historial de Olivera en las cloacas de Interior es notorio: junto al fiscal Manuel Moix, se saltó las leyes para tapar el espionaje entre los dirigentes del PP en la Comunidad de Madrid, encubriendo a los políticos e incriminando a guardias civiles inocentes; como director de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) hizo que se manipulasen investigaciones; a sabiendas, se negó a investigar la identidad que correspondía a "M. Rajoy" en los papeles de Bárcenas –como testificó el inspector jefe de la UDEF, Manuel Morocho–; y montó con el ya famoso comisario Villarejo la denominada "Operación Cataluña".

Y todo esto quedó meridianamente confirmado, fuera de toda duda, cuando salieron a la luz los audios del caso Tándem, en los que el propio Villarejo calificó a Olivera de "muy tronco" y explicó a la propia secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que el jefe de la UDEF, unidad encargada de investigar los casos de corrupción de ese partido, estaba en realidad encubriendo los delitos y alertando a los investigados.

Villarejo contó a Cospedal cómo Olivera protegía al PP

En una conversación grabada en la planta noble de la sede central del PP, en la calle Génova, Villarejo relató a Cospedal y su marido (Ignacio López del Hierro) que él mismo y Olivera estaban tratando de parar la investigación de la Gürtel en Valencia, de la que habían avisado al entonces vicepresidente de la comunidad, Juan Cotino, revelándole también que se estaba pinchando el teléfono del presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll del PP:

"Hay una investigación abierta, tiene el teléfono pinchado y está entrando mucho Zaplana", les revela Villarejo, demostrando que conoce hasta las llamadas interceptadas en la investigación gracias a su amistad con Olivera. 

Gracias al aviso de Villarejo a Cospedal, los investigados del PP en Alicante tuvieron diez meses para borrar todos los rastros de la trama de corrupción, razón por la cual la Agrupación Reformista de Policías presentó ante la Fiscalía Anticorrupción esas grabaciones, denunciando que los máximos dirigentes del PP, y los altos mandos policiales de su confianza como Olivera, han traicionado durante años a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Sin embargo, no se ha incoado procedimiento judicial alguno contra Olivera, quien ahora podrá cerrar su notable carrera profesional con el broche de oro –y salario correspondiente– de alto cargo en prevención de "riesgos" en la Real Federación Española de Fútbol, donde podrá aplicar todo lo aprendido en esa trayectoria.

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