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Las consecuencias del 2-D Susana Díaz peleará por ser de nuevo la candidata del PSOE en Andalucía

“De momento, tranquilidad y buenos alimentos”, afirma el sector sanchista

La presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, a su llegada el 27 de diciembre pasado al Parlamento de Andalucía en Sevilla, que celebra la sesión constitutiva de la XI legislatura. EFE/Raúl Caro

raúl bocanegra

Susana Díaz afronta el peor momento de su carrera política desde que llegó a la secretaría general del PSOE de Andalucía hace más de un lustro. En los dos últimos años ha recibido dos directos en plena mandíbula que hubieran enviado a casa a cualquiera. El primero, en las primarias en las que se enfrentó a Pedro Sánchez. Entonces, su opción solo ganó en Andalucía, en ningún territorio más. De aquel vapuleo, empezó a recuperarse con un Congreso y unas primarias exprés, apenas un mes después de aquella derrota, en el que Sánchez renunció a presentar alternativa y ella retuvo el control del partido en Andalucía. Retomó fuerzas y concentró sus energías en preparar las elecciones del pasado 2 de diciembre, en las que confiaba en revalidar el cargo de presidenta de la Junta. Por el camino, Sánchez acabó en La Moncloa y ambos optaron, ante las nuevas circunstancias, por enterrar el hacha de guerra.

Pero los y las votantes de Andalucía le dieron hace algo más de un mes un segundo golpe, durísimo. El PSOE ganó las elecciones, pero perdió la mayoría necesaria para gobernar de nuevo la Junta de Andalucía por primera vez en democracia. Susana Díaz estaba en la lona de nuevo. Y había empezado a sonar la cuenta. 1,2,3,4,5,6… Desde Ferraz se olfateó una oportunidad de deshacerse de su íntima enemiga y se desenterró tal vez con demasiada rapidez -está por ver- el hacha de nuevo: se la empujó y se la empuja aún hoy a dimitir. Surgieron voces desde diversos ámbitos, incluidas también voces del PSOE de Andalucía, de momento refugiadas en el anonimato, que también la dan por muerta. Y los suyos, tras el shock, se hacían y se hacen todo tipo de preguntas, noqueados, desesperanzados.

En este contexto, entre todo el ruido que le insta a marcharse, entre la pena y la desazón de los diversos círculos que la han apoyado desde que inició su aventura allá por 2013, después del segundo fracaso consecutivo, ella ha decidido pelear. Ha elegido levantarse antes de que la cuenta llegue a diez. 7, 8, 9… Y quien la conoce, sabe que es perfectamente capaz de aguantar la presión. Otra cosa bien diferente, y esa es la tarea ímproba, compleja que tiene ahora por delante, es que logre ilusionar de nuevo a los  suyos, convencer después al resto de sus compañeros y compañeras de partido y, por último, a la ciudadanía de que se merece volver a gobernar. 

Díaz afronta ahora el peor momento de su carrera política desde que llegó a la secretaría general del PSOE de Andalucía

Así, esta mañana, una vez que la derecha y la ultraderecha han cerrado sus acuerdos para desalojar a los socialistas del Gobierno de Andalucía, convocó a la prensa en la sede sevillana de San Vicente, el cuartel general socialista, y dijo fundamentalmente tres cosas: Una: que trabaja para liderar una oposición firme en la defensa de la autonomía y de los derechos de los andaluces y de las andaluzas frente a la extrema derecha y también constructiva cuando toque, porque considera que es ahora su responsabilidad, después de haber sido la fuerza más votada. “Si hubiera perdido, me hubiera ido”, dijo. Dos: que quiere llegar hasta el final en esta labor y por tanto repetir como candidata cuando toque para recuperar la Junta de Andalucía. Y tres: que ella no tiene ningún conflicto orgánico con Ferraz, pero que cuando tenga alguna discrepancia de tenor político, lo dirá.

Díaz manifestó que su decisión de pelear por recuperar el Gobierno andaluz se había tomado de acuerdo con las ocho direcciones provinciales. “Las decisiones son conjuntas. Nos reunimos con los ocho secretarios provinciales en un momento muy difícil, con la llegada de la extrema derecha. Seremos un dique de contención. Queremos ser una garantía y dar seguridad a las familias preocupadas, a las mujeres que tienen desasosiego. Hemos visto a los docentes, sometidos a un ataque permanente”, dijo Díaz sobre su decisión. La rueda de prensa fue serena y tranquila.

Alternativa sanchista

Está por ver que el partido le permita continuar. La cercanía de las municipales evita de momento el choque de trenes entre Ferraz y San Vicente, según creen fuentes de ambos sectores, porque se la juega todo el mundo, todos los alcaldes y portavoces y también varios presidentes autonómicos. Sin embargo, desde el sector sanchista, también se afirma: “No hay plazos. De momento, tranquilidad y buenos alimentos”. "Yo siempre he estado a disposición del partido desde que era chica. Es una fortaleza. Estoy orgullosa de mi militancia en este partido”, dijo Díaz. Las listas para las municipales serán por tanto la próxima batalla, salvo decisión drástica de Ferraz o cambio de opinión de Díaz.

Díaz destacó que no tiene ningún conflicto orgánico con Ferraz, pero que cuando haya discrepancias políticas, lo dirá

En principio, Díaz no tiene por qué someter su cargo a unas primarias hasta después de que lo haga Sánchez. Esta es una baza importante para su continuidad, si logra sobrevivir hasta entonces. Porque, con los estatutos y los  reglamentos en la mano, para sacarla de la secretaría general del PSOE de Andalucía, tendría que producirse o bien una rebelión en Andalucía, en el comité director o en la Ejecutiva -que en este momento controla ella-, que luego desembocase en unas primarias, o bien que Sánchez, quien ha venido manifestando en distintas entrevistas que la decisión sobre el liderazgo en Andalucía la tomará la militancia, decida meterse en una operación de alto riesgo y estire el reglamento del partido previsto para los casos de conflictos orgánicos. Esta  jugada, límite, de inciertas consecuencias, la insinuó y la descartó al mismo tiempo el secretario de Organización federal, el valenciano José Luis Ábalos, hace unos días.

Por si acaso, Díaz recordó que ella no tiene ningún conflicto orgánico con Ferraz, porque después de las primarias quedó claro el liderazgo de Sánchez. “Hubo un congreso. Todos estamos con Pedro y aceptamos lo que digan los militantes”. Sin embargo, no descartó que en algún momento pueda haber alguna "discrepancia política" en los temas que afecten a Andalucía: "Yo siempre pondré la defensa de Andalucía por delante de la defensa de los intereses de nuestro partido”, dijo. Preguntada por la última vez que habló con Sánchez, dijo: “Nos hemos felicitado las fiestas”. Es decir, que el presidente no la ha llamado después del cierre del acuerdo de PP, Ciudadanos y Vox para sacarla de la presidencia de la Junta de Andalucía.

La militancia y Montero

En cualquiera de los escenarios, en definitiva, serán los y las militantes quienes tendrán la última palabra. Alfonso Gómez de Celis, el delegado del Gobierno en Andalucía, reconocido sanchista de primera hora, de hecho, manifestó que Díaz "está en su derecho de querer liderar la oposición" puesto que "el PSOE ha sido la fuerza más votada" en las pasadas elecciones autonómicas, pero indicó que era obvio que se había producido el fin de un ciclo y agregó: "El futuro del PSOE de Andalucía lo van a determinar sus más de 40.000 afiliados" y por tanto "a través del diálogo y la reflexión" se determinará "qué debe ser lo mejor para el futuro del PSOE de Andalucía”, según recoge Europa Press. Traducido: el sector sanchista trabaja para configurar una alternativa.

Rodrigo Sánchez Haro, consejero de Agricultura en funciones, fue el encargado por Díaz de replicar a Celis en Twitter: Ahora “no es momento de cuestiones orgánicas”. “Estamos centrados en apoyar a nuestros alcaldes y portavoces para revalidar nuestra victoria en las elecciones municipales, y hacer frente al pacto de la vergüenza de PP y Cs con la ultraderecha de Vox".

A Díaz le preguntaron por su opinión de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a quien una parte de los sanchistas intentan lanzar contra Díaz. “Es una mujer fantástica, que conoce la administración perfectamente”, dijo Díaz. La presidenta en funciones recordó que fue consejera de Manuel Chaves, de José Antonio Griñán y suya también y luego, remató: “Estoy muy contenta con todos mis compañeros, porque sé que en un momento muy difícil voy a tener a todos esos compañeros. Todos me van a ayudar para que cuando decida Vox o Rivera ir a elecciones en Andalucía, volvamos a ganar”.

A la oposición

Díaz despejó también, a preguntas de la prensa, el rumor extendido en el partido de que tenía intención de ser senadora: “No voy a ser senadora por la CCAA. Yo solo quiero estar al frente de la oposición y dedicar todo el esfuerzo y las energías a eso”, dijo. De hecho, Díaz ya trabaja con sus colaboradores más cercanos en los equipos que se van a ocupar de hacer el marcaje estrecho al nuevo Ejecutivo de PP y Ciudadanos, al que sostiene el partido ultra Vox. Mario Jiménez seguirá como portavoz parlamentario y Juan Cornejo como secretario de Organización. Se estudian diferentes posibilidades para las portavocías.

Díaz ensayó también su trabajo de oposición en el discurso y arremetió contra Juanma Moreno y su escasa presencia política en las negociaciones que han desembocado en su candidatura a la investidura. “Espero que no se gobierne Andalucía desde Madrid”, dijo. Luego, afirmó que hasta ahora los acuerdos de PP con Ciudadanos y Vox solo ofrecen inestabilidad, precisamente “lo que no queríamos”. Esta fue una de las razones fundamentales por las que Díaz justificó el adelanto electoral.

"Susana tiene ahora mismo tres filetes, los senadores que  designa la CCAA, y  una jauría de hienas esperando para comérselos"

El PSOE de Andalucía es ahora mismo un hervidero de opiniones y cábalas, en el que si se pone la oreja se pueden escuchar críticas y análisis para todos los gustos, pero no está para nada claro todavía que esas cuestiones se acaben transformando en una masa crítica que impulse la defenestración de Díaz, aunque tampoco se puede descartar. Y, como siempre en el PSOE, hay quien no pierde ocasión de lanzarse al sarcasmo. Así, desde el sector sanchista se describe la situación actual con esta gráfica metáfora: “Susana tiene ahora mismo tres filetes (los tres senadores de designación autonómica) y una jauría de hienas esperando para comérselos”, en referencia a la pérdida de poder e influencia que supone el desalojo del Gobierno de Andalucía.

En la dirección del partido en Andalucía y en las direcciones provinciales, que apoyan a Díaz, se comparte el análisis de que lo que conviene ahora es tranquilidad para poder afrontar con calma las municipales. “Nos va a ir bien en toda España. La gente le ha visto el plumero a la derecha. Mucha gente de izquierdas que [el 2 de diciembre] se quedó en casa por distintas cosas, [irá esta vez]. Vamos a trabajar porque sea así”, dijo Díaz. La presidenta en funciones -será desalojada la próxima semana de San Telmo- agregó: “Nosotros no perdemos de vista que más de 300.000 socialistas se quedaron en casa”.

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