Este artículo se publicó hace 3 años.
Creadores de 'Fake News', defensores de golpistas y amigos de dictaduras: los socios de Vox en Latinoamérica
Dirigentes de la formación ultra difundieron el bulo sobre la supuesta presencia de Pablo Iglesias en Perú. Sus aliados en ese país latinoamericano, que se hacen llamar "anticomunistas" y que contribuyeron a amplificar esa mentira, forman parte de un list
Bilbao-Actualizado a
La ultraderecha española tiene seguidores y aliados más allá de sus fronteras. El discurso xenófobo de Vox, acompañado habitualmente de reminiscencias del pasado "colonial" y guiños hacia la dictadura franquista, ha cruzado el Atlántico y se ha instalado en varios países latinoamericanos, donde el partido liderado por Santiago Abascal se relaciona con defensores de dictaduras de ayer y amigos de golpistas de hoy.
El último 'gran acto' de la ultraderecha latinoamericana que simpatiza con Vox acabó en ridículo: el pasado miércoles 12, varias personas se concentraron fuera de un hotel de Lima con pancartas contra la visita de Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, y con gritos como "fuera el comunismo". Sólo había un problema: Iglesias estaba en Madrid.
La mentira había sido lanzada por Federico Jiménez Losantos en su programa de radio. Según el presentador, Iglesias había viajado a la capital peruana para apoyar al candidato de 'Perú Libre', Pedro Castillo, quien el próximo 6 de junio disputará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con la candidata de derechas Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori. Este padre preso está condenado por corrupción y violación de los derechos humanos, mientras que la hija, ahora candidata a ocupar la Jefatura del Estado, también ha sido procesada por corrupción e incluso ha pasado una larga temporada en la cárcel.
En Perú se hicieron eco de la noticia falsa, que fue amplificada desde varias cuentas de la ultraderecha fujimorista en Twitter, incluso por perfiles falsos del partido de Castillo. La mentira saltó de las redes a la calle y se convirtió en esa movilización "anticomunista" contra un Pablo Iglesias que se encontraba en realidad a unos 10.000 kilómetros de Lima. Se da la circunstancia de que quienes promovieron y acudieron a esa manifestación nazi eran miembros de un grupo radical denominado 'La Resistencia', el mismo que quiso reventar la protesta social de 2020, cuando se infiltraron entre los manifestantes para sembrar el caos o cuando derrumbaron monumentos a los jóvenes muertos.
El eurodiputado de Vox Hermann Tertsch se sumó a la difusión del bulo desde su perfil de Twitter: "¿Ven esto? Ya hay otra estrella activa en el firmamento del mal en Iberoamérica para hacer daño y dinero con su socio Zapatero. El narcocomunismo quiere hacerse ya con Perú por medio de Castillo, un ser muy limitado, controlado por esos agentes estrellas del Foro Sao Paulo y el G2", escribió.
Tertsch difundió además un artículo de un digital ultraderechista peruano en el que incluso aparecía un montaje de Iglesias con el candidato de Perú Libre junto al lema "¡Ahora sí es colonialismo comunista!". En esa misma web, denominada "El Montonero", sus articulistas han mostrado en reiteradas ocasiones su simpatía por Vox.
El investigador Julián Macías, creador del observatorio Pandemia Digital y experto en temas de ultraderecha y redes sociales, destaca que en ese ambiente "hay una disputa de las palabras". "Tratan de apropiarse de conceptos como derechos humanos, progreso, democracia o libertad. En cuanto al uso de la palabra 'terrorismo', que siempre fue justificante de los golpes de estado, no ha habido cambios", apuntó.
En efecto, la formación de ultraderecha que dirige Abascal cuenta a día de hoy con aliados en distintos países de Latinoamérica. En ese listado aparece Victoria Villarruel, una abogada argentina que preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV). Se trata de una entidad que mantiene posturas revisionistas sobre los graves crímenes cometidos por la dictadura de Jorge Rafael Videla.
A Allende lo derrocó el pueblo
El partido de ultraderecha también mantiene contactos con José Antonio Kast, líder del Partido Republicano chileno. Este político es conocido por sus declaraciones a favor de la dictadura de Pinochet, responsable de miles de secuestros y asesinatos. "A Allende lo derrocó el pueblo, no es que los militares se levantaron enojados un día y dijeron te vas. No, fue el pueblo chileno quien le pidió un pronunciamiento militar y se los agradezco, por darnos libertad, sino hoy estaríamos peor que Cuba y Venezuela", afirmó en una entrevista televisiva en agosto de 2020.
En enero de este año, Kast participó en la mesa redonda organizada por Vox para tratar de forjar una "alianza internacional" dirigida a "luchar contra la censura en las redes sociales". El ultraderechista chileno afirmó en ese encuentro que su formación, al igual que Vox, había recuperado "el uso de las redes, que antes también estaba bajo la hegemonía de la izquierda". "Si nos cierran una cuenta de Twitter abrimos otra. Si nos sacan un vocero de un medio de comunicación, mandamos a otro, si nos sacan de una calle, tomamos otra", advirtió.
Pueblo de etarras
La formación de Abascal también estableció vínculos con el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, enemigo declarado de los acuerdos de paz con las FARC. En agosto pasado, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, participó en un encuentro digital organizado por el partido Centro Democrático que lidera Uribe. Durante esa reunión transmitida por el propio Uribe a través de su perfil de Facebook, el diputado colombiano Juan David Vélez afirmó que "la integración con el partido Vox será de gran ayuda para el fortalecimiento de esta lucha, para defender ese valor supremo que es la libertad".
La senadora uribista María Fernanda Cabal, que ejerció como presentadora del encuentro, definió a Amurrio, localidad natal de Abascal, como "un pueblo históricamente etarra" y sugirió elaborar el "diccionario del izquierdópata" (sic). Por su parte, Espinosa de los Monteros se refirió a la soledad mediática que a su juicio enfrenta Vox en España: "Con excepción de esRadio e Intereconomía, en España no tenemos ningún medio con el que podamos contar para afrontar esta lucha solitaria contra el consenso progre". En esRadio se emite precisamente el programa de Jiménez Losantos, en el que la semana pasada se lanzó el bulo sobre la presencia de Iglesias en Perú.
Precisamente, en las últimas semanas, con motivo de la protesta social desatada en Colombia contra el gobierno uribista de Iván Duque, el expresidente Álvaro Uribe hizo por redes un llamamiento a la llamada Revolución Molecular Disipada, una teoría conspirativa que tiene su origen el neonazismo chileno contemporáneo y que busca dinamitar las movilizaciones sociales que se están produciendo en América Latina.
"Es una especie de terrorismo urbano, que aparece de manera reticular, que no tiene un mando, ni una sola orientación, pero que busca destruir el Estado de Derecho y acabar con la democracia. Esto es el intento de Uribe de renovar su Política de Seguridad Democrática", explicó recientemente el senador izquierdista Iván Cepeda en una entrevista a Público al advertir sobre los intentos de la ultraderecha para desestabilizar los sistemas democráticos latinoamericanos.
Vox también mantuvo contactos con el Gobierno de la autoproclamada presidenta de Bolivia Jeanine Añez, quien accedió al poder tras el golpe de estado contra Evo Morales producido en noviembre de 2019. Añez está hoy en la cárcel por aquellos hechos.
Estos intentos de desestabilización democrática se producen en medio de un ascenso de las fuerzas progresistas y de la izquierda en las encuestas para las elecciones que se acercan tanto en Perú como en Colombia; mientras que en Bolivia y Argentina ya se han desestimado en las urnas gobiernos conservadores. La última voluntad popular se ha dado el pasado fin de semana, cuando los chilenos han apostado por independientes y protagonistas de la revuelta de 2019 en las elecciones constituyentes encaminadas a terminar para siempre con la Carta Magna del dictador Pinochet.
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