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Los críticos del PSC fracasan en su nuevo intento por cuestionar la estrategia de Pere Navarro

El Consell Nacional de los socialistas catalanes avala casi por unanimidad la reforma federal acordada con el PSOE, y refuerza así al primer secretari. Apenas tres intervinientes se manifiestan a favor de las tesis de la corriente Agrupament

IÑIGO ADURIZ

La reunión de carácter extraordinario que mantuvo ayer la plana mayor del PSC tras dos semanas que han resultado ser determinantes para su futuro no sólo ha demostrado que los manifiestos críticos que han proliferado en los últimos días no suponen un riesgo real de ruptura interna del partido, como se ha venido sosteniendo por los propios díscolos, que han amenazado incluso con usar sus propias siglas en próximas citas electorales. También han permitido vislumbrar la debilidad orgánica de esos sectores que se dicen más catalanistas y que reclaman al equipo del primer secretari, Pere Navarro, un cambio de rumbo inmediato para conseguir de sus socios del PSOE un compromiso a favor del derecho a decidir y de la consulta soberanista. 

El líder de los socialistas catalanes vio ampliamente avaladas las negociaciones que ha llevado a cabo en los últimos meses con su partido hermano del resto del Estado, y que han permitido consensuar tanto el documento que aprobó el Consejo Territorial del PSOE (ver PDF) el pasado día 6 en Granada para la reforma de la Constitución en clave federal, así como la creación de un Comité Permanente de Coordinación Política entre ambas formaciones, que se aprobó en el Comité Federal del sábado después de que fracasara la posibilidad de firmar un nuevo protocolo.

El 99,1%, prácticamente todo el Consell Nacional del PSC -el máximo órgano entre congresos- refrendó ambos acuerdos, reforzando así el peso y la autoridad de Navarro. La abstención, defendida por la recién creada corriente crítica Agrupament que entendía que no podía respaldar la propuesta de Granada porque no recoge el derecho a decidir, apenas logró el 0,68% de los apoyos, mientras que tan sólo uno de los más de 400 miembros que forman parte del mencionado órgano votó en contra de la resolución a favor de la Declaración de Granada.

El texto (ver PDF en catalán) considera 'de la máxima importancia' los acuerdos del Consejo Territorial porque 'abren el camino' a la reforma constitucional federal que también exigen los socialistas catalanes, y advierte de que era 'impensable' que algunos de sus contenidos fueran aceptados por las distintas federaciones del PSOE. Se refiere, sin mencionarlos, al hecho de que los socialistas españoles reconozcan las singularidades de Catalunya o hayan aceptado mencionar el principio de ordinalidad. Todo ello, insiste la resolución, 'ha sido en gran medida posible gracias a la tenacidad del PSC ya la implicación de la dirección federal del PSOE'.

El Consell Nacional cree incluso que el documento de Granada permite al PSC seguir defendiendo 'el reconocimiento de los derechos históricos de Catalunya y del carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüístico del Estado'. El texto vuelve a reclamar también la consulta al pueblo catalán 'acordada' con el Estado en los mismos términos que lo hacían los socialistas catalanes en su último programa electoral. Y reclaman que en el caso de que se produzca, se ofrezca una tercera opción, la del federalismo, que se sitúe entre la ruptura y el centralismo.

La resolución no concreta nada más al respecto, haciendo caso omiso a las exigencias planteadas en la última semana por los sectores críticos que sólo cuatro días después de la reunión de los líderes territoriales del PSOE convergían en la nueva corriente Agrupament. Reclamaban, sobre todo, un mayor énfasis de la dirección del PSC a favor de la consulta soberanista y de la cuestión nacional en sus conversaciones y negociaciones con los socialistas españoles. Ayer, llamó la atención que dos de sus principales impulsores, la exconsellera Marina Geli y el alcalde de Lleida, Àngel Ros, optaran por no presentarse en el máximo órgano de decisión de su partido entre congresos. 

Así, de la treintena de intervenciones que se produjeron durante la reunión, tan sólo tres estuvieron a favor de las tesis más radicales de los críticos según fuentes asistentes al encuentro. Sus manifestaciones estuvieron además 'claramente suavizadas' respecto a las producidas a lo largo de la semana. En ese sentido se manifestaron el diputado del Parlament, Joan Ignasi Elena, el exparlamentario Daniel Font, o la exconsellera Montserrat Tura. Siempre según esas mismas fuentes, el resto de palabras salieron en defensa de la estrategia de Navarro.

El descontento interno con las iniciativas como la de Agrupament también se hizo notar durante la reunión que se celebró a puerta cerrada. Y hubo también quien quiso abroncar a los críticos por la proliferación de manifiestos y por sus declaraciones contrarias a la dirección del PSC en los medios de comunicación. Las intervenciones más duras en este sentido fueron las del líder de los socialistas del Baix Llobregat, Antoni Poveda, el miembro de la agrupación de Barcelona, Pedro Lloret, o los representantes de la comarca del Berguedá y de L'Hospitalet de Llobregat.

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