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Detenidos por explotar a nigerianas con ritos de vudú

Con estas prácticas de brujería amenazaban de muerte a las mujeres, víctimas de explotación sexual, y a sus familiares. La madame y su colaborador han sido detenidos en Parla (Madrid), a petición de Noruega donde acabó una de sus esclavas

Mujer nigeriana ejerciendo la prostitución en la calle.

EFE


MADRID.- La Policía Nacional, en colaboración con la de Oslo, han detenido en la localidad madrileña de Parla a dos personas de origen nigeriano que explotaban sexualmente a mujeres de esa nacionalidad mediante ritos de yuyu vudú.

Esta práctica consiste en realizar una serie de ceremonias supuestamente mágicas o de brujería en las que se sacrifican animales y las víctimas aceptan su plena subordinación y obediencia bajo la amenaza de su muerte o la de sus familiares.

Según informa la Dirección General de la Policía, los arrestados operaban desde 2011 y fueron detenidos en virtud de una Orden Europea de Detención y Entrega emitida por las autoridades judiciales noruegas.

La denuncia de una víctima presentada en Oslo en octubre último puso en marcha la operación policial, que determinó que las mujeres captadas en Nigeria vivían en situación de extrema pobreza y eran engañadas con falsas ofertas de trabajo en España, para lo que les facilitaban billetes de avión y documentación con la que suplantaban la identidad de un residente legal europeo.

Asimismo, las víctimas de estos rituales asumían una deuda de 60.000 euros y eran obligadas a prostituirse en distintas ciudades europeas.


En el caso de la denunciante que desencadenó la operación, fue captada 2011, cuando residía en Nigeria, por una mujer que posteriormente resultaría ser su madame y que, aprovechándose de su pobreza, la engañó para que viniera a trabajar a España.

Después la puso en contacto con otros miembros de la organización, que le facilitaron el billete de avión y el resto de la documentación.

Una vez en España, fue trasladada a un piso de Parla, donde su madame la encerró e informó de que había contraído una deuda de 60.000 euros.

Para que afrontase el pago, fue obligada a iniciarse en el ejercicio de la prostitución callejera hasta que saldara dicha deuda por completo.

La madame y sus colaboradores ejercían un estrecho control sobre ella, sirviéndose de todo tipo de agresiones, amenazas y del empleo de los tradicionales rituales de yuyu vudú como principales instrumentos de coacción.

La víctima fue trasladada y explotada en distintas ciudades españolas, para finalmente ser enviada a la localidad francesa de Burdeos y después a Oslo, donde la víctima decidió denunciar los hechos.

Desde entonces y a partir del requerimiento de la policía Noruega, comenzó una investigación que permitió la identificación en España de la madame y de sus colaboradores más directos, así como de los lugares en los que la víctima había estado controlada y por los que había pasado mientras estuvo en España.

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