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Elecciones 2019 Sánchez no contesta a Iglesias si pactará con Cs, ni Casado si gobernará con Rivera

En un debate previsible y formalista, el candidato socialista apeló al voto del miedo a un gobierno con la ultraderecha, y PP advirtió de que si el PSOE gana las elecciones volverá a La Moncloa de la mano de los independentistas y los "batasunos"

Pablo Casado (PP), Pedro Sanchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), con sus asesores antes del comienzo del debate electoral en TVE. REUTERS/Sergio Perez

Fue un debate previsible, formalista y un tanto encorsetado. Los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo iglesias (Unidas Podemos) no se salieron del guión de los mensajes que llevan lanzando toda la campaña y, salvo momentos muy puntuales, casi fue un debate de guante blanco.

Así, el mensaje que prevaleció en Sanchez fue apelar al voto del miedo a la ultraderecha y a que se repita el Gobierno de Andalucía; mientras que Casado y Rivera explotaron el otro voto del miedo, de que Sánchez repita un Gobierno con los independentistas y "batasunos", como repitieron en numerosas ocasiones. Iglesias, en lo que es su línea de campaña, denunció todos los incumplimientos de preceptos constitucionales.

Lo que no aclaró este primer debate son los pactos postelectorales. Iglesias preguntó en más de tres ocasiones a Sánchez si entraba en su planes pactar con Ciudadanos si  sumaban mayoría absoluta, y el candidato socialista no contestó ni una sola vez. "Muchos ciudadanos tomarán nota de su silencio"; dijo el líder del partido morado.

Pablo Casado (PP), Pedro Sanchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), en el debate electoral en TVE. REUTERS

Pablo Casado (PP), Pedro Sanchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), en el debate electoral en TVE. REUTERS

Pero, a su vez, Rivera se ofreció varias veces a Casado para pactar una mayoría para "echar" a Sánchez de La Moncloa, y el líder del PP en ningún momento habló de hacer un Gobierno conjunto. Lo mas que dijo es que Ciudadanos no era su adversario político.

Casado, más moderado; y Rivera, más incisivo y con palabras más gruesas, intentaron acorralar a Sánchez por su llegada a La Moncloa con los votos de los independentistas, y su supuesto pacto con Quim Torra en Pedralbes. Insistiendo una y otra vez en que volverá a hacerlo y será el camino que marque la futura independencia de Catalunya. "La unidad de España está en riesgo si sigue Sánchez en el Gobierno", llegó a decir el líder del PP.

Sánchez negó una y otra vez estas acusaciones, se refugió en su "no es no" a la independencia, al referéndum y la autodeterminación, pero indicó que su objetivo seguirá siendo el diálogo. Aquí el candidato socialista tuvo el apoyo de Iglesias, quien dijo que esta situación sólo se resuelve dialogando, y pidió a PP y Ciudadanos que dejen de utilizar "determinados lenguajes" para referirse a este conflicto.

Como estaba previsto, Rivera y Casado instaron a Sánchez a que contestase sobre los posibles indultos, y el presidente recordó que no hay precedentes de que ningún presidente antes de una sentencia en firme diga qué va a hacer, "no puede haber un indulto preventivo ni puede haber negación preventiva del indulto", dijo. Iglesias pidió respeto al trabajo de la Justicia.

Pero Sánchez, sobre todo, se defendió del tema territorial atacando a la corrupción del PP, y recordó que la moción de censura había sido por la sentencia de la Gürtel y nada que tuviera que ver con Catalunya.

Las "cloacas"

Otro aspecto relevante del debate fue cuando apareció el asunto de las "cloacas del Estado". Hasta entonces, el intercambio de palabras entre Sánchez e Iglesias fue de cordialidad e, incluso, el presidente del Gobierno dio las gracias a Unidas Podemos por el apoyo prestado durante su mandato.

Sin embargo, Iglesias no quiso dejar pasar la actuación del PSOE con las cloacas del Estado y le recordó que el "número dos" de la Secretaría de Estado de Comunicación de La Moncloa tuvo que dimitir por estar implicado en el escándalo de espionaje a esta formación y, actualmente, está imputado; y también le reprochó que los socialistas impidieran la comparecencia del comisario Villarejo en el Congreso. Sánchez, incómodo, contestó que "la moción de censura acabó con las cloacas".

El resto del contenido del debate siguió por los cauces previstos. Cada candidato colocó sus propuestas, menos Sánchez, que se dedicó más a relatar las medidas tomadas por su Gobierno en estos últimos diez meses. Y se visualizó claramente la diferencia de planteamientos en los económico y en los social entre PSOE y Unidas Podemos frente a PP y Ciudadanos. Los dos bloques políticos se plasmaron con total nitidez, así como la clara alianza entre las "dos derechas".

Acabado el debate, todos se apresuraron a mostrarse satisfechos y a darse como vencedores. Casado, Rivera e Iglesias hicieron las primeras valoraciones desde las propias instalaciones de RTVE, mientras que Sanchez decidió hacerlas en Ferraz. Eso sí, todos eran perfectamente consciente que hoy martes les queda el partido de vuelta.

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